París – El presidente francés, François Hollande, que conoce un fuerte repunte de su popularidad estos días, centró hoy en la acción internacional y en la regeneración social tras los atentados yihadistas los ejes actuales de su Presidencia.
Con su viaje a Ucrania y Rusia junto a la canciller alemana, Angela Merkel, como anuncio estrella, Hollande repasó ante decenas de periodistas en el Elíseo la actualidad de su país en la tradicional conferencia de prensa que ofrece cada semestre.
Su hiperactividad en el ámbito exterior y su preocupación por extender los ideales republicanos entre la juventud desencantada coparon la mayoría de las intervenciones de Hollande que, a diferencia de otras ocasiones, pasó de puntillas por la economía.
La propuesta de paz anunciada por Hollande tendrá como base «la integridad territorial de Ucrania» y será presentada hoy al presidente de ese país, Petró Poroshenko, y mañana al ruso, Vladímir Putin.
«No se podrá decir que Francia no ha hecho todo por la paz», declaró Hollande al anunciar su viaje, que coincide con la presencia en Kiev del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry.
Kerry evalúa junto a los responsables ucranianos una posible entrega de armas para hacer frente a los separatistas prorrusos en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, una forma de ayuda que el presidente francés volvió a descartar hoy.
«Siempre pensamos que la guerra es para los otros, pero a unas horas de vuelo de aquí hay civiles muriendo», recordó Hollande, antes de reconocer que solo hay dos opciones: implicarse en el conflicto armando a Ucrania o apostar por la opción de la diplomacia y la negociación, «que no puede ser prolongada indefinidamente».
«Estamos en una guerra que puede ser total. Le he propuesto (el plan) a la canciller Merkel no solo para que se hable, sino para hallar un texto que pueda ser aceptable para todas las partes», insistió.
Pese a todo, dejó claro que Francia «no está en guerra en Ucrania», sino que pretende evitarla, y reiteró su postura contraria a que esa república exsoviética pueda entrar algún día en la OTAN.
En cambio, las tropas francesas sí están plenamente implicadas en la lucha armada contra el Estado Islámico (EI) en Irak y contra los grupos yihadistas en el Sahel, algo que llevó a Hollande a entonar una queja poco habitual.
«Francia no puede arreglar todos los conflictos del mundo. Se nos llama por todas partes. En Libia se nos solicita, en Nigeria, en Camerún, en Siria… Quiero enviar un mensaje al resto de países: haced vuestro trabajo. No déis lecciones, pasad a la acción», pidió.
El presidente admitió que estaba pensando en Estados Unidos y Rusia, «que no pueden dedicarse solo a mirar», y exhortó a la comunidad internacional a ayudar a los países africanos a combatir el terrorismo.
De cara a su propio país, que todavía intenta reponerse de los ataques yihadistas de enero, Hollande reconoció que los atentados le han «cambiado a la fuerza», pero que estos también han transformado a todo el país.
El presidente reiteró que no se presentará a la reelección si «no ha conseguido sus objetivos», en aparente alusión a la bajada del desempleo que prometió al llegar al Elíseo, y criticó al ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen «por no compartir los valores republicanos».
Dentro de las medidas que anunció hoy destaca el llamado «contrato cívico» con los jóvenes, por el que, a partir del 1 de junio, se pondrá en marcha un servicio cívico voluntario de ocho meses para todos los menores de 25 años.
En mayo, entrará en vigor un paquete de reformas educativas que incluyen un refuerzo de la enseñanza de la lengua francesa desde los ciclos preescolares, una mayor formación de los educadores y una mejor enseñanza de las nuevas tecnologías.
Hollande también se mostró a favor de profundizar en la democracia participativa y propuso que se hagan «consultas más frecuentes a la población, que pueden estar vinculadas a las elecciones locales».