El alemán Ottmar Hitzfeld, seleccionador de los helvéticos, arrancó los trabajos de campo con una breve charla a sus jugadores, que luego entretuvieron a los fotógrafos con toques de balón y unos cuantos saltos y carrerillas, mientras los tres porteros se ejercitaban por separado.
Después, y alejados las cámaras, claro está, el estratega germano se concentró en preparar esa maquinaria que tan bien le funcionó en el triunfo por 1-0 ante España pero que se le desajustó frente a Chile, que venció a Suiza por el mismo marcador.
Sabedor de que sólo el triunfo les mantendrá con posibilidades de vida en el Mundial, Hitzfeld ha advertido a los hondureños de que ya tomó nota de sus «agujeros» defensivos y, viejo zorro como es, se propone aprovecharlos.
Los suizos se entrenaron en el estadio de la Universidad Central de Tecnología de Bloemfontein porque la FIFA dispuso que ninguna de las dos selecciones pisara el césped del Free State, afectado por las bajas temperaturas.
Suiza llega con tres puntos al partido con Honduras, producto de su sorpresivo triunfo sobre los españoles, seguido de la derrota frente a los chilenos, mientras que los hondureños han perdido sus dos partidos, ante a Chile y España, que también juegan mañana.
