«Cuando falleció mi papá y vi tanta gente esperando en las filas para mostrar su cariño, sentí que tenía la obligación de trabajar un tiempo por muchos que necesitan que luche por ellos», dijo Lucía Pinochet, que en su juventud fue militante de la Democracia Cristiana.
«Yo soy una luchadora y quiero una sociedad mejor que la que tenemos ahora. Por eso me voy a presentar como candidata a diputada independiente por Las Condes», afirmó.
El distrito por el que postula la hija de Pinochet ha estado tradicionalmente en manos de la derecha política, cuyos partidos se han distanciado en los últimos años del Pinochetismo, luego de apoyar la dictadura que encabezó el fallecido general (1973-1990).
Lucía Pinochet señaló que su primera intención fue postular una diputación por la región de Atacama, en el norte de Chile, lo que «gustó mucho en la zona», pero no a los dirigentes de los partidos de la derecha, que ya tenían un candidato allí y le cerraron las puertas.
«Me di cuenta que no tenía nada que hacer aunque la gente en la calle me pedía que insistiera», relató.
Señaló que lamentaría hacer perder votos a la coalición de derecha, pero «ellos me podrían haber ofrecido algo».
«Ni siquiera nadie me llamó por teléfono ni dijo nada», dijo Pinochet Hiriart, que añadió que su propósito es «luchar contra la delincuencia que se mezcla con el accionar de políticos de la izquierda extremista».
«También pelear para que se considere más al trabajador chileno», añadió.
Lucía es considerada la más política de los hijos de Pinochet y a quien su padre consultaba a menudo.
Desde 1982 fue presidenta de la Fundación Nacional de la Cultura en la cual estuvo doce años y hasta el año 2000 fue directora de la Fundación Pinochet.
En enero de 2006, junto a su madre y sus hermanos fue procesada por evasión tributaria y uso de pasaporte falso en relación con las millonarias operaciones bancarias de su padre en los EE.UU., proceso en el cual fue finalmente sobreseída.