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Grupos vulnerables en el centro de la exclusión

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Tegucigalpa – En los casi cinco meses de confinamiento socialque viven los hondureños producto de la pandemia, los grupos vulnerables representados en los adultos mayores, indígenas, afro-hondureños, mujeres, menores y la comunidad LGTBI han sido el rostro invisibilizado de esta crisis sanitaria.

La comunidad LGTBI y los pacientes renales, son entre otros, los sectores más golpeados, al denunciar la falta de acceso a la salud y a la movilización. Las historias se tejen de a poco, y en algunos casos, éstas terminan en muerte y en violencia.

La asociación de pacientes renales ha venido denunciando la diferencia que son objeto en cuanto al acceso a la salud, sus tratamientos de diálisis han sido reducidos de tres a dos, y solo logran restablecerlos a fuerza de denuncias públicas o tomando acciones como encadenarse en las afueras de la Secretaría de Salud.

Sus relatos son conmovedores, ellos han visto caer a muchos de sus compañeros afectados por el coronavirus, pues las otras patologías que no son el COVID-19, han sido desplazadas en la emergencia ante la saturación de los hospitales, la demanda médica por salud y las carencias propias de la red del sistema hospitalario del país.

El viernes 31 de julio, el presidente de la asociación de pacientes renales, Daniel Mairena, al borde del llanto, informó de la muerte de uno de sus integrantes, el señor Justo Domínguez, por sospecha de coronavirus. “No sé cuántos pacientes renales necesitan (que mueran) para podernos atender con dignidad”, dijo Mairena.

Sus reclamos por un acceso digno a la salud son constantes, se sienten marginados e invisibilizados en medio de esta pandemia. Otro sector que también se pronuncia por la exclusión son los integrantes de la comunidad de la diversidad sexual, donde son las personas Trans, una de las más afectadas, por la violencia que ya les resta vidas.

 Las muertes LGTBI

lgtb honduras
La comunidad LGTBI ha denunciado que han cometido atropellos contra los miembros de la diversidad sexual

En un comunicado a inicios de la pandemia, los integrantes de la comunidad LGTBI indicaron que las medidas de confinamiento social, propias de la emergencia, empezaron a surtir efecto en varios de sus integrantes en cuanto a movilización, acceso a alimentos y a medidas de protección sanitaria como mascarillas, gel, alcohol, entre otras.

Su preocupación se centra en las poblaciones de la diversidad sexual ubicadas en los departamentos de Francisco Morazán, Cortés, Atlántida, Colón, Comayagua y Choluteca, donde, bajo la excusa del confinamiento, han cometido atropellos contra los miembros de la diversidad sexual.

En mayo, se reportó el asesinato de una chica de la comunidad trans, por causa de golpes con piedras, en la ciudad de La Ceiba, en tanto, en el mes de julio, otra integrante de esa comunidad también fue asesinada en una colonia capitalina, con varias puñaladas en su cuerpo, según las autoridades.

La chica trans asesinada respondía al nombre de Ronald Daniel Martínez, conocido en el mundo de la diversidad sexual como “Monic”, quien tenía 44 años. El Ministerio Público informóque la Fiscalía Especial de Delitos contra la Vida, presentó requerimiento fiscal en contra de Kevin Oswaldo Zúniga Pineda por suponerlo responsable de los delitos de homicidio y robo con violencia agravado en perjuicio de “Monic”.

Al respecto, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH) ha reiterado su preocupación por la discriminación y estigmatización que es objeto la comunidad de la diversidad sexual en Honduras, demanda reformas legales para una participación más activa e incluyente, basada en la orientación sexual, la identidad y la expresión de género.

El caso de los garífunas

garifunas raptados
Pero el paradero de los garífunas sigue siendo desconocido y la policía tuvo que pasar la investigaciónal Ministerio Público

Si la marginación de estos sectores pasa desapercibida en medio de la pandemia, es el rapto de cuatro integrantes de la comunidad garífuna de El Triunfo de la Cruz, en Tela, el hecho que ha elevado a la esfera pública la existencia de estos grupos que son parte de la sociedad hondureña.

El 18 de julio, desconocidos irrumpieronen la casa de Alberth Sneider Centeno, presidente del patronato de la comunidad de El Triunfo de la Cruz, lo raptaron junto a otros tres integrantes de la comunidad garífuna llevándolos con rumbo desconocido. Los sujetos no identificados portaban armas potentes y chalecos de la policía. En el caso de Sneider, éste es integrante de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) y goza de medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El caso de los cuatro integrantes garífunas ha llamado la atención de la comunidad internacional, en tanto algunas de sus pertenecías fueron halladas en una hacienda de un sector de San Pedro Sula, tras la captura de un presunto sospechoso.

Pero el paradero de los garífunas sigue siendo desconocido y la policía tuvo que pasar la investigaciónal Ministerio Público y su policía civil especializada por ser un caso de alto impacto, quienes anunciaron que trabajan en la recolección de evidencias y testimonios para dar con los responsables. El presidente Juan Orlando Hernández, incluso posteó en su cuenta de Twitter que sigue el caso y procurará que se haga justicia y de con el paradero de sus captores.

La desaparición forzada de los cuatro miembros de la comunidad de El Triunfo de la Cruz hace crecer las presiones externas y de congresistas estadounidenses por dar un mayor acento a este tipo de problemas y recordar las historias de violaciones a los derechos humanos que con frecuencia ocurren en Honduras.

Pero no solo los garífunas, la comunidad LTBI o los pacientes renales están siendo asfixiados en medio de la emergencia sanitaria de la pandemia, también están las mujeres, los adultos mayores y los menores de edad, la otra franja de vulnerabilidad.

Mujeres, adultos mayores y menores

asesinato de mujeres
Se asegura que una mujer es víctima de la violencia cada hora

En lo que va de la pandemia, se han registrado más de mil 700 denuncias de violencia contra las mujeres.

Se asegura que una mujer es víctima de la violencia cada hora. También se registra la muerte violenta de 118 féminas, en pleno confinamiento.

En tanto, la población de los adultos mayores denuncia dificultades para poder hacer sus trámites personales, pues si bien las medidas de confinamiento han permitido a la gente a salir a hacer sus transacciones y compra de alimentos, según el último dígito de la tarjeta de identidad, en el caso de los adultos mayores les ha colocado un horario preferencial: de 7 a 10 de la mañana. Las autoridades dicen que incluso después de esa hora ellos pueden ser atendidos sin problemas en los establecimientos, pero ello no siempre se cumple, muchos centros los rechazan después de ese horario.

En el caso de los menores de edad, la Fiscalía indicó que, en el período de confinamiento o aislamiento social, la misma ha resultado una “pesadilla” para algunos niños y niñas residentes en diferentes puntos del país, ya que durante el mismo se han producido agresiones sexuales en su contra, mismas que son denunciadas ante las autoridades fiscales quienes se han visto obligadas a interponer sus oficios para detener a los sospechosos de cometer los ilícitos e investigar los hechos denunciados.

A estos hechos se suman las denuncias de explotación por mendicidad a que son obligados los menores por la pandemia. Estas acciones han sido detectadas con mayor intensidad en Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos principales ciudades que concentran el epicentro de la pandemia, de ahí que sus historias pasen también al subregistro de lo no relevante.

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