Managua.- La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco informó este jueves que pidió al papa Francisco que realice una visita a Nicaragua para que sirva como «bálsamo al sufrimiento» del país, que vive una crisis sociopolítica y derechos humanos en la que la Iglesia Católica también ha sido objeto de ataques.
«Estamos solicitando al papa Francisco que haga gestiones para visitar Nicaragua en un momento cercano, porque creemos que su visita será un bálsamo para el sufrimiento que está pasando el pueblo nicaragüense, y de manera particular los obispos, sacerdotes, religiosas, y la feligresía católica», explicó a periodistas Violeta Granera, integrante del Consejo Político de la Unidad.
Nicaragua, donde el 58,5 % de la población se considera católica, según el último censo, todavía no ha superado la crisis que inició en abril de 2018, cuando se desataron numerosas manifestaciones contra el Gobierno que dejaron cientos de muertos y heridos.
Una visita de Francisco a Nicaragua representaría un alivio para «un pueblo que está siendo reprimido, para los creyentes, y para toda la sociedad nicaragüense que desea una paz con libertad», dijo, por su lado, el también miembro del Consejo Político de la Unidad Félix Maradiaga.
La Iglesia Católica ha sufrido al menos 10 ataques en las últimas dos semanas, incluyendo el incendio en la Catedral Metropolitana de Managua, donde fue calcinada una histórica imagen de la Sangre de Cristo.
La Unidad Nacional Azul y Blanco, que agradeció a Francisco por su «cercanía» con los católicos de Nicaragua, envió la solicitud al pontífice a través del nuncio apostólico en Managua, Waldemar Stanislaw Sommertag.
Nicaragua es el único país de Centroamérica que ha recibido dos visitas papales, en ambas ocasiones de San Juan Pablo II.
El papa polaco visitó Nicaragua por primera vez en 1983, con Daniel Ortega en la Presidencia. Su presencia fue marcada por la reprimenda al recién fallecido sacerdote trapense y poeta Ernesto Cardenal y por el intento de boicot protagonizado por las llamadas «turbas sandinistas» contra el mensaje público del pontífice.
San Juan Pablo II volvió a Nicaragua en 1996 bajo el Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro. En esta visita el papa se arrodilló y oró ante la imagen de la Sangre de Cristo de más de 382 años, que fue calcinada hace seis días, en el incendio parcial de la Catedral de Managua.
El papa Francisco calificó el incendio como un «atentado», sin embargo, la Policía nicaragüense determinó que se trató de un accidente, tal como lo había anunciado la esposa de Ortega, la vicepresidenta Rosario Murillo, minutos después del suceso.
