La misión de alto nivel, encabezada por los titulares de Defensa y Seguridad, así como el coordinador del gabinete del poder ejecutivo, Jorge Ramón Hernández Alcerro, se reunirá con personeros del Departamento de Estado, de Defensa, Justicia, el Comando Sur y con funcionarios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros.
La ofensiva se da justo cuando el gobierno está apostando a dar fuertes golpes a la delincuencia común y organizada, al tiempo que demanda de Washington una responsabilidad compartida, pero diferenciada en el combate al narcotráfico.
La administración del presidente Hernández ha sido clara en que esta lucha no la puede librar sola y se necesita de un apoyo más fuerte de Estados Unidos para cerrar filas ante un problema que tiene en esa nación del norte su más fuerte demanda de consumo, mientras países como Honduras son los que cargan con la mayor parte del problema al contabilizar la cifras de muertos y la pérdida de control del territorio en zonas donde los barones de la droga se mueven en total impunidad.
Informe de últimas acciones
Aunque la delegación de alto nivel salió con discreción, por las declaraciones brindadas por el ministro de seguridad, Arturo Corrales, se colige que el tema de la delincuencia y la criminalidad es uno de los argumentos que tendrá el mayor acento en las citas. Se prevé que también el tema de la reforma y depuración policial, a la cual Washington ha puesto un énfasis particular.
Así, la delegación hondureña informará a la administración del presidente Barack Obama los alcances de una polémica ley de derribo de avionetas sobre la cual Estados Unidos ha mostrado “ciertas” inquietudes por considerar que podría terminar en presuntas violaciones a los derechos humanos si hubiese algún error de procedimiento al momento de abordar y derribar una aeronave que se presume podría trasladar droga.
Pero el gobierno hondureño descarta esa posibilidad y como muestra de que busca frenar el avance de la narcoactividad, anunció previo a la visita de la misión de alto nivel, la puesta en marcha de un escudo marítimo y aéreo en las conflictivas zonas de Colón y La Mosquitia, en el Caribe hondureño.
Dos regiones propicias
En esas zonas, a cientos de kilómetros de distancia del centro político del país como es Tegucigalpa, se presume que la narcoactividad tiene una fuerte presencia al grado que las autoridades han encontrado, en el caso de La Mosquitia, aeronaves escondidas entre matorrales que se presume serían usadas para el trasiego de drogas.
Tanto Colón como La Mosquitia son regiones que cuentan con amplios corredores que
conectan a la región Caribe, ya sea con Colombia o con Nicaragua, además de que sus vastas montañas son zonas idóneas para favorecer el trasiego de la droga, según los expertos antidrogas.
De acuerdo al gobierno, el escudo aéreo y marítimo lanzado en estos dos departamentos permitirá echar a andar un plan operativo con la ley de protección de espacios aéreos.
En este sentido, el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad que preside el gobernante Hernández, ordenó el desplazamiento de helicópteros y aviones para evitar el ingreso de avionetas cargadas con drogas en el país, al aseverar que por territorio hondureño transita el 80 por ciento de la cocaína que llega a México desde Suramérica con destino a Estados Unidos.
Otro de los avances en la lucha contra la criminalidad organizada, que no solo incluye al narcotráfico, será sin dudas el tema de las extorsiones en donde el actual gobierno ha logrado dar fuertes golpes al bloquear las llamadas de celulares en las cárceles y desarticular algunas bandas.
Extradiciones siguen pendientes
Pero donde el país no parece avanzar es en el tema de las extradiciones, donde la Corte de Justicia tiene unas solicitudes de extradición en espera de agotar procesos y de que les brinden medidas de protección más eficientes, según dejó entrever recientemente el presidente del poder judicial.
El presidente Hernández, al respecto, dijo en declaraciones vertidas en San Pedro Sula que el tema de las extradiciones debe tratarse con mucha ponderación para no ahuyentar a los presuntos extraditables.
Estados Unidos hace un año ha comenzado a difundir la existencia de redes hondureñas ligadas al tráfico internacional de drogas e incluso al cartel de Sinaloa del recién capturado Joaquín “El Chapo” Guzmán, pero en Honduras estas redes no tienen antecedentes en la justicia y ello, de acuerdo a lo expresado en su momento por el ex presidente, Porfirio Lobo, “los problemas de ellos son allá (en Estados Unidos) porque aquí no hay nada” contra ellos.
Se desconoce si en la gira de alto nivel, la delegación hondureña abordará ese tema sensitivo para la nación, aunque las autoridades son conscientes que requieren de mayor apoyo en esta batalla al aseverar que los últimos hechos criminales y de violencia son una respuesta de la criminalidad organizada a las acciones de combate efectuadas por el actual gobierno en su llamada “Operación Morazán”.
En el caso del BID, este organismo ha desarrollado en los últimos años un fuerte componente en materia de prevención de violencia al indagar los costos que la violencia tiene en las economías y desarrollo de los países, donde la violencia e inseguridad no solo está afectando las economías, sino que también generando un forzado desplazamiento de familias víctimas de la inseguridad. En Honduras, ese fenómeno ya inició hace más de cuatro años.
