San Salvador – El ministro de Hacienda de El Salvador, Nelsón Fuentes, presentó este jueves a la Asamblea Legislativa una solicitud para que se autoricen 200 millones de dólares en préstamos para financiar las primeras tres fases de un plan de recuperación de territorios controlados por las pandillas.
El funcionario explicó a los diputados de la Comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto del Congreso que de los 200 millones de dólares, financiados por el Banco Centroamericano de Integración Económica, 91 millones de dólares serán destinados a la segunda fase del plan de seguridad, lanzada el 2 de julio.
A través de su cuenta de Twitter, Fuentes informó al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, de que el documento había sido entregado a los diputados de la Comisión de Hacienda.
«Presidente @nayibbukele le informo de que he presentado y entregado a los diputados de la Comisión de Hacienda la estrategia de financiamiento para el #PlanControlTerritorial (…) sin duda, El Salvador camina hacia una nueva oportunidad», publicó.
Bukele llamó la noche de miércoles a los 84 diputados del órgano Legislativo a dar sus votos para aprobar los primeros 91 millones de dólares para que la «gente no huya por la violencia» y para «no tener otra generación perdida».
El mandatario aseguró en una cadena nacional de radio y televisión que con la primera fase del Plan Control Territorial, con la que se concentraron unos 6.000 policías y soldados en 17 municipios, se ha logrado interrumpir «el funcionamiento normal de las estructuras de pandillas», por lo que los homicidios «han bajado drásticamente».
No obstante, el Ejecutivo de Bukele se ha negado constantemente a revelar a la prensa la cifra consolidada de los homicidios, pese a las constantes solicitudes de información.
El Salvador es considerado uno de los países más violentos del mundo por las tasas de entre 103 y 50,3 homicidios por cada 100.000 habitantes registrados entre 2015 y 2018.
La mayoría de estos crímenes son atribuidos a las pandillas Mara Salvatrucha (MS13), las facciones Revolucionarios y Sureños del Barrio 18 y otras minoritarias.
Un estudio presentado por la Embajada de Estados Unidos en El Salvador en marzo de 2017 señala que el 62,4 % de los jóvenes que se ha unido a las pandillas o «maras» en este país lo hicieron por «ocio» o «amistad».
Estas estructuras criminales, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro administraciones.
