· El ombudsman hondureño, considera que la depuración del sistema de justicia es una necesidad imperiosa porque la situación de emergencia que vive el país así lo exige.
El ombudsman hondureño explicó que cuando se habla con insistencia que Honduras es un Estado fallido, es porque quienes gobiernan empiezan a fallar y no cumplen con sus obligaciones fundamentales para que haya un orden democrático y que exista convivencia pacífica en la sociedad.
Demandó que quienes gobiernan el país, deben reaccionar frente a quienes violentan los parámetros de convivencia, pero en forma razonable sin exceso de la fuerza.
“Lo que estamos viendo en Honduras es un estado de indefensión de la gente honesta”, reiteró Custodio.
El activista de los derechos humanos, puso como ejemplo que hay ciertas ocupaciones que se han vuelto de alto riesgo en el país como tener un pequeño negocio abierto al público y el servicio de transporte que prestan los taxistas.
Agregó que quienes conducen una unidad de transporte colectivo, urbano e interurbano, también están sometidos a esas presiones o pagan o los matan y el Estado no está respondiendo adecuadamente.
Aseguró que la falta de políticas criminales por parte del Estado y la carencia de una estrategia han provocado que ese flagelo haya crecido tanto que ya es casi incontrolable.
“Para que el pueblo entienda de qué estamos hablando, imagínense una trabajadora que sale a las 11:00 de la noche de su trabajo y tiene que transportarse, cómo puede llegar al barrio donde vive con alto riesgo para su vida y su seguridad personal”, ejemplificó.
En ese sentido, cuestionó que “si los gobernantes no piensan en eso, si creen que eso depende de millones y millones de lempiras, nunca vamos a tener solución para este tipo de problemas”.
Añadió que no pueden estar pidiendo más recursos, sin tener una propuesta concreta en cómo se va a invertir y cómo le van a garantizar esa seguridad a las personas que están pagando “impuesto de guerra” muchas veces a la misma autoridad.
Custodio reiteró que la depuración de la Policía es una necesidad imperiosa porque realmente la situación de emergencia que vive el país así lo exige.
Enfatizó que “los buenos somos mayoría en cualquier sociedad y la vida de una persona humana bajo condiciones de miedo, no es vida.
Custodio exhortó a practicar la tolerancia en forma sensata para quien la merezca, no obstante, aclaró que “con los delincuentes no se debe ser tolerante”.
Advirtió que en este momento existe un desafío de los malos hondureños que quieren intimidar a quienes trabajan por la democracia, el Estado de derecho y el imperio de la justicia en el país.
Señaló que al igual que en los tiempos de Morazán, sigue el desafío y únicamente el imperio de la ley es la que puede salvar al país y los delincuentes no pertenecen a ese imperio.
Según el Comisionado Nacional de Derechos Humanos, el futuro de Honduras descansa en que se siga buscando la prevalencia de la ley y de la justicia.
“Cada segundo que pasa, todos debemos estar buscando la unión entre nosotros, el respeto a la persona humana y saber que el silencio de muchos es lo que permite la violencia de unos pocos”, comentó.
Manifestó que la opinión pública debe estar debidamente informada de todo el proceso de depuración y de la necesaria investigación de los abusos de autoridad cometidos por la Policía.
“Debe haber un compromiso unificado entre las instituciones del Estado que trabajan en la depuración de la Policía Nacional y hacerle frente a las manzanas podridas que dañan la imagen del ente encargado de la seguridad”, demandó.
