El motivo principal de la gira de Chen a la región era participar en la VI Cumbre de jefes de Estado y Gobierno de Taiwán-SICA y aunque oficialmente exhiben una declaración donde se otorga el respaldo político aTaipei y se le apoya para que sea admitido como estado independiente en las Naciones Unidas, para efectos prácticos la reunión se puede considerar un balde de agua fría para los taiwaneses.
Y más que la declaración política formal de la Cumbre , lo que todo el mundo político valoró fue la calidad de los participantes de la misma, un barómetro real encuanto al apoyo que le daban los aliados centroamericanos a Taiwán.
Precisamente en los participantes de la cumbre Taiwán-SICA es donde se concluye que la gira de Chen es un fracaso para sus objetivos políticos, ya que apenas tres presidentes acudieron a la misma, mientras el resto de participantes decidió degradar la calidad de las delegaciones al enviar a sus vicepresidentes o incluso funcionarios de menor categoría.
De los tres presidentes, realmente solo se puede destacar la presencia del salvadoreño Tony Saca en la cumbre, quien incluso en la conferencia de prensa demostró su fuerte compromiso con Taiwán. El presidente guatemalteco Oscar Berger es un mandatario de salida y su compromiso no puede ser tomado en cuenta, ya que en 20 días los guatemaltecos acudirán a elecciones a elegir su sucesor.
La debilidad del mandatario guatemalteco incluso fue admitida por el mismo Chen en la conferencia de prensa final de la cumbre cuando indicó que la sede original era Guatemala por su condición de ostentar la Presidencia Pro tempore del SICA, pero debido a la proximidad de los comicios, pidió su traslado a Honduras.
Y el presidente Mel era el tercer mandatario participante, pero su condición de anfitrión lo convertía en un actor obligado. Durante los tres días de presencia de Chen en Honduras, los funcionarios hondureños no tuvieron reparos en señalar que aparte de los vínculos diplomáticos con Taiwán, los hondureños buscarían estrechar relaciones económicas con China, la declarada enemiga de la isla taiwanesa.
El mismo mandatario taiwanés se vio obligado a aceptar que se pueden tener intercambios con China e incluso relaciones con Pekín, sin que Taipei se sienta traicionado.
AUSENTES
Los grandes ausentes fueron los presidentes Daniel Ortega de Nicaragua, Omar Torrijos de Panamá y Leonel Fernández de República Dominica, quienes optaron por la formula de enviar a sus segundos a representarlos.
La falta de un compromiso claro de estos mandatarios, cuando la cumbre se preparó con anticipación, es el mayor fiasco diplomático de Taipei y debería hacer sonar las alertas en la cancillería taiwanesa.
Taipei esperaba que tras la sonada ruptura protagonizada por Costa Rica hace unos meses, que renunció a los vínculos con Taiwán y establecerlos con China, la cumbre en Honduras serviría para mostrar al mundo que había sido un incidente aislado y que contaba con el compromiso de sus otros seis socios del Sistema de Integración Centroamericana (SICA)y República Dominicana.
Pero la situación fue embarazosa para la diplomacia taiwanesa y deberán hacer más para presentar la declaración final como un gran éxito y minimizar la ausencia de los mandatarios.
Desaires
Durante su estadía en Honduras, Chen sufrió varias humillaciones como el hecho que el miércoles el canciller Milton Jiménez Puerto lo dejara esperando más de una hora en un acto protocolario en la Plaza Morazán.
La acción de Jiménez Puerto demostraba la debilidad taiwanesa y su impotencia de replicarlas, ya que Taipei urge de retener a sus aliados políticos y no puede darse el lujo de perder otro, tomando en cuenta que Nicaragua es un caso especial.
Por su lado el político Carlos Montoya, fiel defensor del gobierno y representante de Honduras ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), le señaló claramente que debía realizar ofrecimientos claros y que no dudará en abrir la billetera.