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Germán Reyes cierra un ciclo en la academia con una huella imborrable

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Tegucigalpa.- En la semana del periodista, la academia hondureña, en particular la Escuela de Periodismo de la UNAH, sufrirá una de sus peores bajas desde su creación con la salida por jubilación, del destacado periodista y corresponsal de prensa internacional Germán Reyes.
 

Con la salida de Reyes, el 31 de este mes, la Escuela de Periodismo concluye el cierre de una excelente generación de buenos periodistas docentes, es decir, maestros que combinaron la teoría con la práctica, permitiendo a muchas generaciones de periodistas formarse en los ideales y principios sólidos que rigen el periodismo.
 
Esa generación de excelentes periodistas, reporteros y docentes de la que es parte Germán Reyes, cierra un capítulo en la historia de la academia de la Escuela de Periodismo de la UNAH.
 
Caricatura-GermánEl reto para los nuevos docentes universitarios está en seguir el ejemplo de Reyes y otros brillantes catedráticos de la talla de Ventura Ramos, Guillermo Castellanos Enamorado, Juan Ramón Durán, Ramiro Sierra, Reynaldo Amador, Vilma Gloria Rosales, Rosalina Raudales, entre otros.
Como catedrático, Germán Reyes es insustituible pues ha sido un maestro entregado con sus alumnos, un amigo, un consejero, pero también un crítico permanente del trabajo periodístico cuando éste decae en su calidad.
 
El periodismo es una profesión que ha abrazado como una extensión de su familia.
Quienes fueron sus alumnos y hoy despuntan con mucha trayectoria en el periodismo, describen a Germán Reyes—Corresponsal y delegado en Jefe de la agencia española EFE en Honduras—como un periodista fuera de serie, con una pasión envidiable y a quien le encanta capturar la historia en imágenes para contarlas.
 
La fotografía es otra de sus pasiones y le recuerda sus primeros pasos en el periodismo.
Reyes es de esos periodistas que en los acontecimientos claves del país y de Centroamérica, ha estado presto a cubrir sus historias.
 
Cubrió así la guerra centroamericana en los años ochenta, los golpes militares en Honduras, el retorno a la democracia en este país y la firma de los acuerdos de paz centroamericanos.
Un maestro como pocos
Todo ello al par de la docencia, donde es quizá—por ahora—de los pocos maestros a quien un alumno no podía tomarle el pelo vendiéndole historias que ya han sido publicadas en los medios, como si fueran una autoría propia.
Reyes es de esa generación de maestros de la Escuela de Periodismo a quien los alumnos no dormían con historias falsas, forzadas o mal contadas.
 
Tiene la habilidad para detectar cuando una historia periodística es plagiada o cuando es producto de la invención sin sustento.
 
Con su salida, se cierra también esa generación de maestros que gracias a su acuciosidad y experiencia sabían enderezar a tiempo a un estudiante para indicarle que el camino del plagio solo le lleva a un periodismo mediocre y de fracaso.
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Ingresó a las aulas universitarias en 1986 y desde entonces tiene una característica muy peculiar: gusta regalar libros a los alumnos a quienes ve con inquietudes y acuciosidad periodística.
 
Y si el alumno es conocedor de el cantautor español Joan Manuel Serrat, es probable que obtenga dos libros y alguna música de Serrat.
La música es otra de sus pasiones, posee una colección de autores y canciones envidiables y de vez en cuando le da por animar programas musicales los sábados en la noche en los que tuvo una audiencia privilegiada.
Como docente, Reyes ha sido junto a Juan Ramón Durán y Marlen Perdomo de Zelaya, de esos maestros a quienes las limitantes presupuestarias, logísticas y de recursos humanos de la Escuela de Periodismo, no fue impedimento para enseñar a sus alumnos.
 
Ellos ponían dinero de su salario si era preciso con tal que sus alumnos tuvieran acceso al conocimiento y a la información.
Han sido de esos maestros que se preocuparon por acercar al estudiantado con los desafíos del periodismo haciendo hincapié en la importancia de la lectura.
La guerra y los niños, una historia que lo marcó
Durante las más de tres décadas que Germán Reyes estuvo al frente de la academia, su experiencia periodística le valió para ser catedrático en radio y televisión, dos ramas del periodismo que junto a la prensa escrita maneja muy bien.
 
De ahí que sus ex alumnos le consideren un periodista completo.
Una mochila al hombro, unos jeans, unos zapatos de trabajo, un auricular en el oído, una libreta de apuntes y un lápiz, es lo que Germán Reyes carga consigo todos los días.
 
El saco, la corbata y el pantalón de tela es para los actos formales o cuando tiene presentaciones con sus alumnos a quienes todos los días alienta a abrazar el periodismo como el mejor oficio del mundo.
En sus coberturas periodísticas muchos hechos le marcaron y muchos fueron experiencias enriquecedoras de vida como México, un país en el cual estuvo justo cuando caía por la vía democrática de las elecciones la dictadura priista de más de siete décadas.
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Pero sin duda la guerra centroamericana lo marcó mucho al tener que cubrir la angustia y la muerte de pueblos enteros atrapados en un enfrentamiento a sangre y fuego.
 
En medio de ello, los niños y niñas como víctimas inocentes.
Cubriendo precisamente la guerra salvadoreña, descubrió la historia de unos niños payasos que dirigían el tráfico en el convulsionado San Salvador, porque los policías de tránsito no se atrevían a hacerlo porque la guerrilla les podía matar.
Los niños lo hacían, en medio del fuego, para ganarse la vida, usando disfraces de payasos y con sus rostros pintados. Por eso Germán Reyes es un amante coleccionista de payasos porque detrás de esos rostros de alegría, hay siempre una historia triste que contar. Los payasos le recuerdan a los niños de la guerra de El Salvador.
 
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Si hay algo que define muy bien a Germán Reyes, el periodista, el corresponsal, el maestro de generaciones, es que «es amigo de sus amigos», aunque éstos no lo sean de él. Es una frase que repite siempre.
 
El cierre de una generación
Su solidaridad es infinita y su capacidad para entregarse a las personas que quiere, igual.
 
Tanto que mantiene vigente el programa sabatino «Minuto Cultural», junto al periodista y también profesor universitario, Miguel Martínez, en honor al destacado periodista y cronista parlamentario y amante de la cultura, Guillermo Castellanos Enamorado.
Germán-reyes-HomenajeadoRecientemente, sus compañeros de la Escuela de Periodismo y sus alumnos le dieron un sencillo homenaje de despedida que le tomó por sorpresa pues ha sido una de las despedidas más emotivas que se ha hecho, tanto así que le hicieron llorar.
El 31 de mayo, cuando el periodista y catedrático universitario Germán Reyes, cuelgue la tiza, la almohadilla y cierre las cabinas de transmisión desde donde enseñó por décadas las clases de radio y televisión, así como los otros géneros de periodismo, las lágrimas serán de la academia al cerrar con su partida una época de oro de una generación de docentes periodistas que difícilmente podrá volver a tener la UNAH.
 
Germán Reyes representa así la clausura de una oleada de excelentes profesores universitarios que deja una huella imborrable. Los nuevos docentes están obligados a imitar su mística, su entrega y compromiso para seguir dando a la sociedad periodistas de calidad.
Proceso Digital, de quien Reyes es un asesor y consejero permanente, rinde así tributo a un gran maestro, a un excelente periodista y a un profesional que hoy cierra un capítulo en su vida con broche de oro, consciente que tiene otros desafíos pendientes porque el periodismo es su pasión y si algo tiene Germán Reyes en este oficio, es que no conoce el egoísmo para compartir sus conocimientos, mismos de los que nos seguiremos alimentando desde esta Mesa de Redacción que da honor a quien honor merece.
 
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