Tegucigalpa – El ganador de las próximas elecciones presidenciales de Honduras se enfrentará a un reto gigantesco, ya que heredará un país con multicrisis y sin cerrarse varios ciclos y con la obligación de generar confianza, credibilidad, transparencia y honestidad, señaló la analista hondureña Thelma Mejía.
– Para el día de las elecciones, dependiendo de los resultados habrá o no violencia después del cierre de las urnas.
En una exposición realizada ante la Mesa Técnica del G-16, el grupo de los países e instituciones financieras donantes de Honduras, Mejía recordó que el país tiene una multiplicidad de problemas como la debilidad del tejido institucional, la migración, el desplazamiento forzado, la pobreza extendida y profunda, el cambio climático, narcotráfico y la violencia, entre otros.
La analista expuso ante la Mesa Técnica de los cooperantes que a lo anterior, que forman parte de la crisis estructural hondureña, se deben agregar la aparición de la pandemia del COVID-19, así como las tormentas tropicales Eta e Iota que golpearon el país hace un año y que devastaron las regiones productivas de los valles de Sula, Aguán, el occidente y sur del país, agudizando los problemas nacionales.
La expositora hizo referencia a lo anterior, destacando que es el marco en que Honduras va a acudir a las elecciones el próximo 28 de noviembre, donde los votantes elegirán un nuevo mandatario para el periodo constitucional 2022-2026, así como renovar las 128 bancas del Congreso unicameral y los 298 gobiernos municipales.
Pobreza
Honduras registra una pobreza extendida y profunda, señaló Mejía, quien citó cifras del Banco Mundial (BM) que señalaban que antes de la pandemia Eta e Iota el país registraba el 14.8 % de su población con ingresos menores a dos dólares diarios, así como la mitad registraba ingresos menores a 5.50 dólares por día y otro tercio de los habitantes era pobre o estaba vulnerable de volver a caer en la pobreza.
En ese sentido, el BM situaba a la clase media hondureña en apenas el 18 % de la población, una de las tasas más bajas en Latinoamérica, donde el promedio es del 41 %.
Pandemia y tormentas
La analista destacó que la pandemia del COVID 19 y las dos tormentas tropicales provocaron una contracción de la economía del 9 %, además de destruir casi medio millón de empleos el 2020, lo que profundizó la pobreza en el país.
Las autoridades hondureñas, especialmente el Banco Central de Honduras, estimaron que la economía hondureña crecerá este año en el rango 8-9%, lo que devolvería el producto interior bruto a los niveles de prepandemia. Inicialmente se estimaba que la recuperación económica tardaría dos años.
El ingreso récord de remesas, más de 7 mil millones de dólares para el 2021, así como la recuperación del sector maquila y los buenos precios del café son los impulsores del crecimiento económico del 2021 en los niveles del 8-9%.
Migración y desplazamiento
Mejía apuntó que la migración hondureña sigue siendo activa, estimando que más de 500 salen diariamente del país para buscar su futuro en el extranjero.
En este punto la expositora detalló que la migración también es provocada por los desplazamientos forzados, estimando que 937 mil personas se fueron al exterior, mientras 247 mil ciudadanos lo hicieron a nivel interno por conflictos y la violencia que ocurre en el país, de acuerdo al Informe Global de Desplazamiento Interno.
Catástrofe educativa
Asimismo, planteó que otro de los sectores golpeados por la pandemia fue el sector educativo, donde a su juicio ocurre una catástrofe, ya que ha privado a dos millones de alumnos de acudir a las aulas, provocando pérdidas en los aprendizajes de lectura y matemáticas.
Indicó que el 60 % de la población hondureña no tiene acceso a la conexión de internet, de manera que 1.1 millones de estudiantes no pueden conectarse.
Narcotráfico y corrupción
La actividad y expansión del narcotráfico ha sido visible en el país, penetrando y copando importantes sectores de la institucionalidad hondureña, advirtió Mejía, quien señaló que también es uno de los detonantes de la inseguridad y violencia en el país.
Detalló que el nivel de violencia ha elevado la tasa de homicidio a 42 por cada 100 mil habitantes, generando un ciclo recurrente de violencia, que a la vez provoca la ola de migración del país.
Preocupa la democracia
También apuntó Mejía que otra de las preocupaciones y que forman parte de la multicrisis es la satisfacción del hondureño con la democracia y las posturas que muestra sobre la misma.
De acuerdo a Latinobarómetro, según recordó la expositora, solo el 15 % de los hondureños se muestra satisfecho con la democracia, mientras el apoyo a la misma se reduce a un 30 %, una reducción ya que el 2018 la misma era del 34 %.
El 62 % de los hondureños señalan que no importa el tipo de gobierno con tal que resuelva los problemas del país y un 42 % indicó que le da lo mismo un gobierno democrático que otro diferente.
En cuanto a la confianza en las instituciones, a nivel gubernamental las Fuerzas Armadas cuentan con el mayor nivel de apoyo con un 32 %, seguido de la Policía Nacional con un 27 %, la Presidencia de la República con un 13 % y los partidos políticos con apenas un 9 %.
Fuera de las instituciones públicas, las Iglesias cuentan con una adhesión de credibilidad del 74 % de los hondureños.
Desafío electoral
Mejía consideró que el día de las elecciones se desarrollarán con normalidad desde la apertura de los comicios hasta el cierre de las urnas, estimando que ocurrirán las pequeñas quejas como que las urnas abren tarde, no llega todo el material electoral o que no se encuentran en la lista algunos votantes.
Pero destacó que el problema ocurrirá cuando comience el conteo de votos y se profundizará si los resultados son cerrados, lo que motivaría a violencia en la noche o los días posteriores.
Indicó que otro mal podría ser que uno de los participantes se declare triunfador antes del primer conteo del Consejo Nacional Electoral (CNE) o que existan fallas en los mecanismos de transmisión.
Indicó que en ese sentido es importante que no se generen noticias falsas y el papel de los medios de comunicación social una vez que estén autorizados a revelar encuestas a boca de urna. PD