San Pedro Sula – La pionera de una organización para atender a personas con discapacidad, se hizo acreedora la noche de este jueves al premio “Quetglas” 2017, que entrega la Fundación Obras Sociales Vicentinas (Osovi), en la sede de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC).
Este 2017 la Fundación Obras Sociales Vicentinas (Osovi), realizó una premiación por cuarta vez para reconocer a una persona que realiza una labor, actividad o servicio en favor de las personas menos favorecidas, logrando con su trabajo el transformar y mejorar la situación de vida de personas, dignificándolas como seres humanos y como hijos de Dios.
En esta ocasión, la ganadora es doña Olga Zelaya, de 56 años, directora y fundadora de la Casa Hogar Casa Ayuda que desde hace 18 años atiende a personas con discapacidad.
“Me siento muy emocionada, verdaderamente yo no me lo esperaba porque hay propuestas muy buenas, Dios puso su generosidad y agradezco a Él por su providencia y este premio va a ser muy utilizado por nuestros pobres en Comayagua”, expresó Zelaya, al momento de enterarse de que era la ganadora del premio.
Recordó que su misma experiencia de discapacidad, del rechazo, la marginación, la motivó a fundar la Casa Hogar Ayuda localizada en Comayagua, después que Dios le pusiera esa obra en su mente y su corazón.
Los otros tres finalistas del premio son Raúl Lazo, un joven de 22 años, quien a través de la risoterapia ha ayudado a más de dos mil niños especialmente; asimismo, Rafael Domínguez ,de 57 años, quien desde hace 27 años brinda alimentación en un hogar a menores huérfanos y que padecen alguna discapacidad y Milton José Tapia que ayuda a varias aldeas aledañas en el departamento de Francisco Morazán y quien ha aportado sus conocimientos a través de proyectos en seis comunidades beneficiando a más de seis mil personas.
Esta es la primera vez en la que el padre Antonio Quetglas no asiste, ya que falleció en junio de este año.
El padre Antonio Quetglas nació en Santa Eugenia, España, en 1931.
Después de muchos años de estudio y preparación se ordenó como sacerdote y en 1963 llegó a Honduras.
Desde entonces, inició su labor pastoral y social en nuestro país, logrando la fundación de Osovi en 1995.
Su dedicación, su bondad y su impulso han inspirado y concretizado decenas de obras hacia los más pobres, desde niños hasta ancianos.
Su mano y su obra ha tocado no solo a enfermos de males físicos, sino también impulsó la rehabilitación de otro tipo de males como el alcohol.
En ese sentido, para enaltecer y continuar con el legado de servicio, solidaridad y entrega a favor de los más necesitados que enmarcó la vida del padre Antonio Quetglas, la fundación Obras Sociales Vicentinas (Osovi) reconoce el mérito de quienes realizan la labor de ayuda a los más desposeídos.
