Tegucigalpa – Más de 21 mil jóvenes soñadores hondureños penden de las decisiones del Congreso estadounidense respecto a la definición del futuro del DACA. Son muchachos que han construido su vida en los Estados Unidos donde la mayoría estudian, muchos de ellos trabajan y otro tanto combinan las dos actividades.
-El programa DACA fue proclamado en 2012 por el entonces presidente, Barack Obama, pero el presidente Trump ordenó que expirara en marzo, una decisión que ha sido bloqueada temporalmente por los tribunales.
-800 mil jóvenes se encuentran actualmente amparados al DACA, el 2 % de ellos son de nacionalidad hondureña, según datos oficiales.
Se trata de una generación productiva, con un futuro profesional promisorio, sin antecedentes criminales y con sus familias construidas a pulso en la unión americana.
Pero tras una política amenazante del actual presidente Donald Trump, estos muchachos viven en zozobra a la espera de lo que determine el legislativo estadounidense, mientras las autoridades hondureñas y las organizaciones proinmigrantes también hacen lo propio.
Ante la dificultad de aprobar una reforma migratoria y proteger de la deportación a quienes habían sido llevados de niños por sus padres a Estados Unidos, el entonces presidente Barack Obama impulsó la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) en 2012.
Jóvenes exigen que no se les cancele este beneficio migratorio que también les concede un permiso de trabajo.
Al programa se acogen al menos 21 mil hondureños, de acuerdo con datos ofrecidos a Proceso Digital/Departamento 19 por la asesora en materia consular del ministerio del Exterior de Honduras, Gabriela Vega.
Son jóvenes que no solo estudian, en muchos casos trabajan y en otros combinan ambas actividades. Gran parte de ellos, a través del envío de remesas a sus familiares en Honduras, apoyan la economía nacional.
Estos jóvenes “soñadores” también aportan con sus impuestos a la economía norteamericana.
El hecho de trabajar y estudiar convierte a estos jóvenes en bastiones tanto para la economía hondureña como estadounidense.
De acuerdo con el experto en temas migratorios Ricardo Puerta, los jóvenes “soñadores” deben ser considerados como una inversión en recursos humanos calificados por los EE. UU, ya que en un futuro cercano su formación les permitirá convertirse en mano de obra de alto nivel.
Fuerza laboral
Gabriela Vega catalogó a los jóvenes “soñadores” como una fuerza laboral ya que también pagan impuestos en EE.UU.
“Al ellos sumarse a la fuerza laboral de Estados Unidos ya con permisos de trabajo y con la responsabilidad de pagar impuestos, anualmente se pagan unos 200 millones de dólares en impuestos por personas amparados al DACA”, expresó la funcionaria hondureña.
Indicó que, según estudios internacionales la economía estadounidense perdería 400 billones de dólares si se cancela este programa como pretende el presidente Donald Trump. En total están amparados en el DACA más de 800 mil jóvenes de varias nacionalidades.
Pese a que el presidente estadounidense pretende acabar con este programa, la asesora consideró que existe esperanza para los hondureños acogidos al DACA. Informó que ya se han sostenido pláticas con autoridades estadounidense a favor de los hondureños amparados a este programa y otros como el Estatus de Protección Temporal (TPS).
“Honduras ha estado con una ofensiva diplomática para lograr la extensión y si no es la extensión, entonces una solución permanente para nuestros hondureños amparados bajo estos alivios migratorios”, enfatizó.
Aceptó que las alternativas legales para los hondureños amparados al DACA son pocas, “pero existen”. Ejemplificó que, un hondureño casado con una persona estadounidense puede optar a una residencia permanente, otra opción sería solicitar una visa tipo U para personas víctimas de crimen y también la visa T, para las que han sufrido trata de personas.
Karol Escalante, cónsul de Honduras en Chicago, Estados Unidos.
DACA ya no está abierto a nuevas solicitudes
El DACA no se ha cancelado, pero sí dejó de recibir nuevas solicitudes, por lo que ya solo es válida la renovación, recordó la cónsul de Honduras en Chicago, Karol Marcela Escalante.
Escalante recapituló que “actualmente lo que busca el Congreso de Estados Unidos es que a los “dreamers” se les otorgue eventualmente un estatus permanente, de igual manera otro frente ciudadano desde las cortes federales busca que se continúen recibiendo solicitudes por primera vez siempre y cuando las personas cumplan con los requisitos”, expresó la cónsul hondureña.
“Son aproximadamente 800 mil personas beneficiarias bajo el programa DACA sin duda esto significa un apoyo sustancial a la economía de este país considerando que son jóvenes estudiantes y trabajadores sin ningún antecedente penal o criminal. Estas personas han crecido en este país y sin duda la mayoría de ellos se sienten orgullosos de sus países de origen, pero su vida la han desarrollado en esta nación del norte ya que llegaron cuando aún eran menores de edad”, apostilló la diplomática hondureña.
Reveló que, los hondureños representan un dos por ciento del total de jóvenes amparados en el DACA, según datos avalados por la oficina de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos de América.
Destacó, que “desde los consulados de Honduras en Estados Unidos de igual manera mantenemos reuniones informativas con las autoridades locales y estatales en el área de jurisdicción de cada una de nuestras oficinas. De manera semanal proporcionamos asesoría migratoria gratuita a todos los compatriotas que nos visitan, entre ellos hay muchos “dreamers”, hacemos énfasis en que si hay alguna vía en que ellos puedan obtener un estatus permanente, ya sea por un conyugue u otro familiar, el momento de hacerlo es de inmediato. También hacemos todo lo posible por socializar información relacionada con programas educativos y de ayuda financiera destinada específicamente para este grupo de jóvenes”.
Leoncio Velásquez, presidente de Hondureños Unidos de Los Ángeles (HULA), Estados Unidos.
Esperanza
Luego que un tribunal bloqueara de forma temporal la decisión de Trump de cancelar el DACA, tanto los líderes como la comunidad hondureña guardan la esperanza de la renovación ya que el futuro de este está en manos del Congreso.
«Tenemos esperanza en que DACA no termine en un simple programa temporal», expresó Leoncio Velásquez, presidente de Hondureños Unidos de Los Ángeles (HULA).
Acotó que las declaraciones del presidente Trump sobre DACA no infunden temor en la comunidad hondureña ya que el futuro del programa depende del Congreso y no de él.
Argumentó que los jóvenes soñadores de Honduras se deben quedar en Estados Unidos, ya que la mayoría «ni siquiera conoce el país» porque casi toda su vida ha radicado en la unión americana adaptándose al idioma y a la cultura.
El precio del aporte económico
El jefe del departamento de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Luis Guifarro, conversó con Proceso Digital y reflexionó sobre el precio del aporte económico que los migrantes hacen tanto a la economía hondureña como estadounidense e indicó que la creación de trabajos es la forma de dar respuestas a los jóvenes inmigrantes
“No nos deberían alegrar cifras como que el flujo de remesas presente una tendencia creciente ya que eso tiene una secuela social”, razonó el economista hondureño.
Los migrantes hondureños envían en promedio cada año 4 mil millones de dólares en concepto de remesas.
Muertes, desintegración familiar y accidentes en los que se pierden extremidades, son parte de la secuela social detrás del crecimiento económico en el aporte que le realizan a la economía los inmigrantes hondureños, enumeró Guifarro.
“En este momento el factor que está estabilizando el sector externo de la economía nacional es sencillamente las remesas familiares, pero el problema es que una sociedad no puede estar basando el comportamiento de una economía en un factor como ese ya que es a costa de un problema social”, caviló.
En términos económicos explicó que cuando una economía crece, como lo ha hecho la estadounidense, muchas actividades no son desempeñadas por su propia fuerza laboral, por lo que hacen uso de extranjeros que se ocupen de, las que llamó, labores residuales.
“La población migrante hondureña lo que va a hacer son actividades laborales residuales que implican que los propios nacionales ya no quieren desempeñar estas actividades porque son ciudadanos mejores calificados”, añadió.
Acto seguido -dijo- que el tema migratorio es fácil de entender desde el punto de vista económico, en el caso de Honduras al mercado laboral se integran entre 250 y 300 mil hondureños cada año y si no existe capacidad de absorción en ese mercado entonces los flujos migratorios van a tender a crecer.
Finalmente, consideró que la creación de empleo es la forma como se pueden evitar los flujos migratorios y garantizar el aporte a la economía nacional por parte de los connacionales más jóvenes.
El líder hondureño Francisco Portillo en una protesta por ampliación del DACA.
Consecuencias
Un estudio realizado por un grupo creado por líderes de empresas tecnológicas de Estados Unidos, FWD.us. concluye que cerca de 300 mil jóvenes indocumentados amparados al DACA perderán sus empleos en los primeros nueve meses, luego que el programa expire.
Cada día, unos mil 700 jóvenes perderían la posibilidad de trabajar y contribuir a la economía del país, hasta llegar al despido de la totalidad de los 690 mil beneficiados con DACA que integran la fuerza laboral, en un plazo de dos años, según vayan expirando sus permisos de residencia y empleo, según este grupo, detalla la investigación de FWD.us.
Las empresas tendrán problemas además en el momento de los despidos porque, en muchos casos, no saben quiénes son los receptores de DACA empleados, porque sus permisos de trabajo no son diferentes de los demás.
De terminar el DACA, en la próxima década se perderían más de 460 mil millones de dólares del producto interno bruto (PIB) en EE. UU.