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Fiscalía de Nicaragua acusa a cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un cámara

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Managua.- La Fiscalía de Nicaragua acusó ante un juez a cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo de la Diócesis de Matagalpa (norte), quienes se encuentran detenidos en la cárcel desde el 19 de agosto pasado, según la querella divulgada este viernes por el Poder Judicial, que no precisa los motivos.

Los acusados son los sacerdotes Ramiro Reynaldo Tijerino Chávez, rector de la Universidad Juan Pablo II y encargado de la parroquia San Juan Bautista; José Luis Díaz Cruz y Sadiel Antonio Eugarrios Cano, primer y segundo vicario de la catedral Matagalpa de San Pedro, respectivamente; y Raúl Antonio Vega González.

También los seminaristas Darvin Esteylin Leiva Mendoza y Melkin Antonio Centeno Sequeira, y el camarógrafo Sergio José Cárdenas Flores.

La acusación fue presentada por el fiscal del caso Manuel de Jesús Rugama Peña ante la jueza Nalia Nadezhda Úbeda Obando, titular del Juzgado Quinto Distrito de lo Penal Circunscripción Managua.

La acusación fiscal no precisa los delitos por los cuales se acusa a los sacerdotes y seminaristas, sólo que el Estado de Nicaragua y la sociedad nicaragüense es la víctima/ofendido.

Ese grupo de religiosos y laicos, junto al obispo Rolando José Álvarez Lagos, fueron sustraídos la madrugada del viernes 19 de agosto por agentes policiales del palacio episcopal de la diócesis de Matagalpa, después de haber estado 15 días confinados.

OBISPO ROLANDO ÁLVAREZ NO FUE ACUSADO

Álvarez, de 55 años y obispo de la diócesis de Matagalpa, administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, y quien se encuentra desde entonces bajo «resguardo domiciliar» en Managua, según la Policía Nacional, no fue acusado.

La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro del presidente Daniel Ortega, acusa al jerarca y a sus colaboradores de intentar «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales», aunque de momento no han ofrecido pruebas.

Álvarez es el primer obispo arrestado desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007 tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990.

En el caso del presbítero Ramiro Tijerino, es hijo de Ramiro Tijerino Haslam, que fue compañero de celda de Ortega durante la dictadura de Somoza, y sobrino de la exguerrillera y exjefa policial sandinista Doris Tijerino.

El arresto del obispo Álvarez y otros siete sacerdotes, incluido los cuatro acusados, es el capítulo más reciente de un último año especialmente convulso para la Iglesia católica de Nicaragua con el Gobierno de Ortega, quien ha tildado de «golpistas» y «terroristas» a los jerarcas.

Este año, el Gobierno sandinista expulsó del país al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag y a 18 monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta.

También llevó a prisión a siete sacerdotes, cerró nueve estaciones de radio católicas y sacó de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos.

La Policía además ingresó por la fuerza y allanó una parroquia, impidiendo a los feligreses recibir la eucaristía dentro del templo y sitiando a otros sacerdotes en sus iglesias, prohibido procesiones con imágenes de los santos, entre otros.

Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.

La comunidad católica representa un 58,5 % de los 6,6 millones de habitantes de Nicaragua, según el último censo nacional.

(ir)

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