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Fariñas pide a EE.UU. que diálogos con Cuba «no desconozcan al pueblo cubano»

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Washington – El disidente cubano Guillermo Fariñas valoró hoy la reanudación de los diálogos en materia postal y migratoria entre Washington y La Habana, pero pidió a EE.UU. que los vincule a garantías de que el régimen cubano cumpla con sus obligaciones en materia de derechos humanos.
 

«Vamos a pedir, cuando nos sentemos precisamente hoy con representantes del Gobierno norteamericano, que no deben desconocer al pueblo cubano» en las conversaciones, dijo Fariñas en una conferencia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) durante su visita a Washington.

«Es muy bueno las conversaciones, pero que siempre lleven la exigencia, la petición, la solicitud de que el Gobierno cubano está comprometido a tratar de cumplir de manera total e integral la Declaración Universal de Derechos Humanos», agregó.

Fariñas y el veterano disidente cubano Elizardo Sánchez, que le acompaña en su visita, se reúnen hoy con la secretaria de Estado de EE.UU. para Latinoamérica, Roberta Jacobson, y el secretario de Estado adjunto en funciones para Democracia y Derechos Humanos, Michael Kozak.

Ambos valoraron la celebración la semana pasada de un primer encuentro sobre la reanudación del correo directo entre EE.UU. y Cuba y el anuncio de que el próximo 17 de julio se retomará en Washington el diálogo sobre migración, estancado desde hace más de dos años.

«Es muy bueno y lo aplaudimos siempre y cuando no se obvie al pueblo cubano, tanto el que está en el exterior como en el interior», subrayó Fariñas; mientras que Sánchez se declaró «a favor» de esos pasos, «por muy limitados que sean».

Los disidentes coincidieron en que la caída del régimen de los hermanos Castro «es cuestión de tiempo» y destacaron la unión de las dos mayores organizaciones de disidentes de la isla, la Unión Patriótica de Cuba de la que Fariñas es portavoz y la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional que fundó Sánchez.

Fariñas advirtió de que el Ejército, «que controla el ministerio del Interior desde 1990», será clave en una eventual caída del régimen cubano y que ya existen dos facciones que se preparan para llevar al país en dos direcciones diferentes.

La primera es la liderada por el jefe del Estado Mayor General, Álvaro López Miera, que integra a «generales y coroneles que nunca han tenido que ver con la represión» y busca repetir en Cuba «el modelo de la transición en Rusia o Bielorrusia», al «aparentar una democracia en la que nada cambia y con una oposición de atrezzo».

«Nosotros no lo vamos a permitir y le pedimos a la comunidad internacional que no lo permita», subrayó Fariñas.

La segunda es encabezada por el General de División de las Fuerzas Armadas de la Revolución (FAR) Antonio Enrique Lussón Batlle, e integra a militares «con las manos manchadas de sangre y que no quieren un cambio de ningún tipo», explicó.

«Lo único que hace que esos dos frentes no choquen es la supervivencia de Raúl Castro», aseguró Fariñas, que prevé que si triunfa la segunda facción, habrá un «estallido social» en Cuba.

«La gran disyuntiva de mis compañeros de armas es qué van a hacer cuando llegue el momento de elegir entre los dos frentes», añadió.

Fariñas, que ha estado en prisión en tres ocasiones durante los últimos once años por oponerse al gobierno castrista, se reunió hoy junto a Sánchez con siete congresistas estadounidenses.

Ambos se vieron el miércoles con parte del caucus hispano en la Cámara de Representantes, con los senadores demócratas por Florida Bill Nelson y Bob Menéndez, y con el republicano por Texas Ted Cruz.

En esas reuniones buscaron «sensibilizar para que (los EE.UU.) no formen parte del fraude» que Fariñas ve en el Ejército y defendieron la necesidad de «fortalecer a la sociedad civil», indicó.

Fariñas, que ha protagonizado una veintena de huelgas de hambre, pudo salir de Cuba en mayo gracias a la reforma de las leyes migratorias que entró en vigor en enero, y ha visitado desde entonces Europa, varias ciudades de EE.UU. y Puerto Rico.

El sábado viajará a Bruselas para recoger el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia que le otorgó el Parlamento Europeo en 2010, y después regresará a Miami, para volver finalmente a Cuba «a finales de julio», según explicó a Efe.


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