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Extradiciones evidencian raíces e infiltración del narcotráfico en Honduras

Tegucigalpa – Las más de veinte extradiciones de hondureños solicitadas por Estados Unidos reflejan los niveles de infiltración del narcotráfico en Honduras, un problema que inició en los años setenta y que a lo largo de este tiempo vivió una especie de expansión silenciosa que pasó más allá del trasiego de droga como puente de Sur a Norteamérica.

 

– El primer extraditado hondureño, Carlos “el Negro” Lobo recibirá su sentencia este martes en un tribunal estadounidense.

 

Las incautaciones de drogas y de propiedades hechas por las autoridades en los últimos tres años fueron dando las señales de que algo no estaba bien en el país, la presencia del narcotráfico y de la criminalidad organizada había avanzado en proporciones inimaginables para la sociedad, a vista y paciencia de los operadores de justicia que optaron por hacerse de la vista gorda.

 

Hoy que Washington reclama el nombre de hondureños presuntos narcotraficantes para ser juzgados en su país, las autoridades empiezan a contar, como en las series televisivas, la existencia de este o aquél otro cartel, sus vínculos y sus riquezas que florecieron con complicidades ocultas que ahora están obligados también a descubrir y develar.

 

La lucha contra el narcotráfico tomó un nuevo rumbo cuando se produjo hace más de tres años una reunión en Washington entre la presidencia de la República y el Poder Legislativo con personeros del Departamento de Estado.

 

El camino arranca con Mario Ponce

 

Posteriormente se aprobó en el Congreso hondureño una reforma constitucional que contempla la extradición de hondureños implicados en casos de narcotráfico, crimen organizado y terrorismo.

 

Previo a esta ley, el país había tomado la decisión de extraditar a Estados Unidos al guatemalteco Mario Ponce, líder de una red criminal del narcotráfico con asiento en Guatemala, Honduras, El Salvador e incluso Costa Rica, según informes de prensa guatemaltecos.

 

La extradición de Mario Ponce y sus vínculos con Honduras recién empiezan a flotar y tiene en el capturado hondureño, Héctor Emilio Fernández Rosa, una pieza clave de cómo se presume movían sus operaciones en el trasiego de la droga y el control del cartel dejado por Ponce entre  Honduras y Guatemala, indicaron a Proceso Digital fuentes de seguridad.

 

La presencia del narcotráfico en Honduras data desde los años setenta. Las autoridades indican que en ese espacio se montó en Honduras una red con conexiones en México y Colombia.

 

Un hecho destacado en el país fue la presencia y luego captura de Ramón Mata Ballesteros, quien guarda prisión en Estados Unidos tras ser capturado por fuerzas de ese país en territorio hondureño. Su familia apela desde hace más de dos décadas su expatriación a Honduras por considerar que su captura violó normas legales hondureñas e internacionales, sin que hasta ahora hayan tenido suerte. Mata fue capturado por suponérsele ligado a la muerte del agente antidroga, Enrique Camarena.

 

Bajó perfil para reproducirse

 

Tras esa etapa, el tema del narcotráfico bajó perfil en el país por las siguientes tres décadas, con excepción de escasas capturas o allanamientos de algún alijo de droga, el desmantelamiento de un presunto narco laboratorio, más de algún político o militar capturado con droga fuera de las fronteras hondureñas, entre otros pequeños golpes.

 

La zona del país que más inquietudes daba era la región de La Mosquitia, una zona demasiado lejana donde la información fluye poco.

 

triangulo

 

Washington aún no arreciaba con fuerza en sus demandas en la lucha antidroga, hasta que el desplazamiento de los carteles colombianos y mexicanos hacia Centroamérica, en especial a Honduras, Guatemala y El Salvador, del Triángulo Norte, llegaron con todo, instalando carteles locales, definiendo territorios y armados de una brutal violencia que hoy tiene a estas naciones entre las más inseguras de la región.

 

En un encuentro regional hace más de tres años en Guatemala, los países centroamericanos pidieron a Washington dos mil millones de dólares más para el combate al narcotráfico, pero la petición quedó en promesas y el dinero no fluyó como se esperaba, sino que como una especie de riego por goteo.

 

negroNo obstante, en el caso hondureño Washington parece haber encontrado mayor apertura política en el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández, quien cuenta con una serie de leyes aprobadas en combate a la narcoactividad, y ha logrado conformar una fuerza interinstitucional de operadores de justicia que logró la primera extradición de un hondureño en la figura de Carlos Arnoldo “El Negro” Lobo, quien recibirá su sentencia en un tribunal de La Florida, estados Unidos, este martes, 11 de noviembre.

 

A desmontar las raíces

 

Pero otros hondureños han sido designados por Estados Unidos como potenciales extraditables, entre ellos el empresario José Handal Pérez, su padre y su esposa, la banda denominada Los Cachiros, el cartel de los Valle y otros hondureños como Juving Alexander Suazo, considerado lugarteniente de “El Negro” Lobo y Héctor Emilio Fernández Rosa, del cartel del guatemalteco Mario Ponce, dicen informantes de las agencias antidrogas.

 

Estados Unidos ha sumado otras diez extradiciones, aparte de las solicitadas, y hasta ahora todo indica que se está frente a un desmantelamiento de plazas locales no solo hondureñas sino que también mexicanas ligadas a los carteles de Sinaloa y Los Zetas.

 

Los golpes se han concentrado por ahora en la región de occidente donde operaban Los Valle y Héctor Emilio Fernández, éste último al parecer tenía sus operaciones ejecutivas en San Pedro Sula.

 

dolares

 

La lucha contra el narcotráfico se ha asentado en esas importantes zonas del país, pero aún sigue intacta la región Caribe y otras zonas del centro y nororiente del país, donde se presume que los trabajos de las fuerzas de seguridad serán graduales y coordinados como hasta ahora.

 

En esta guerra que se ha declarado abiertamente a los transportistas de la droga hondureña es claro que el país ya no es puente de la droga de Sur a Norteamérica. Los informes de Naciones Unidas especializados en criminalidad organizada señalan a este país como una ruta de transporte, procesamiento, comercialización y consumo, últimas en menor escala pero que sin duda están generando inestabilidad en las zonas de mayor concentración de la violencia.

 

Así el gobierno hondureño está mostrando a la sociedad que el narcotráfico no es un ave de paso en este país, es un problema que hizo nido, que tiene raíces y éstas se deben desmontar, al margen de la captura de importantes cabecillas.

 

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