Tegucigalpa – A criterio de la experta en temas migratorios, Marcela Caro las condiciones actuales no favorecen su renovación automática del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los hondureños en Estados Unidos.
La profesional del derecho explicó que miles de hondureños, salvadoreños y haitianos han permanecido desde 1999, con TPS, pero sin poder acceder a una residencia permanente a pesar de haber cumplido con todas las regulaciones establecidas. Mientras tanto, otros migrantes que nunca lograron acceder al TPS siguen sin permisos de trabajo ni licencias de conducir, a pesar de llevar décadas en el país.
El TPS hondureño tiene como fecha de vencimiento el 5 de junio de 2025, y Caro enfatiza que la actual administración estadounidense aplicará un proceso de revisión minuciosa, exigiendo récords impecables, ausencia de antecedentes penales y cumplimiento fiscal para considerar su renovación.
Sin embargo, la experta señala que la falta de diplomacia efectiva del gobierno de Xiomara Castro podría afectar negativamente esta evaluación. Según Caro, las posturas y decisiones de la mandataria hondureña han generado distanciamiento con Washington, lo que reduce las posibilidades de obtener una extensión del beneficio migratorio.
Actualmente, hay 55,000 hondureños con TPS que no han podido regularizar su estatus en Estados Unidos. El caso de los venezolanos, cuyo TPS fue recientemente revocado, es un recordatorio de que la política migratoria estadounidense es cada vez más estricta.
La cancelación de esta protección para los venezolanos se justificó con datos estadísticos que mostraban la participación de algunos beneficiarios en actividades delictivas, como el Tren de Aragua. Esto ha sentado un precedente preocupante para otras comunidades con TPS, incluyendo la hondureña.
Ante este panorama, Caro subraya la importancia de una reforma migratoria que brinde estabilidad a los tepesianos y evite que decenas de miles de hondureños queden en una situación de vulnerabilidad. La gran pregunta es si el gobierno hondureño logrará articular una estrategia diplomática efectiva para garantizar la continuidad de este beneficio o si, como hasta ahora, dejará el destino de sus migrantes a la suerte del clima político estadounidense, tal como lo están denunciando las organizaciones de migrantes, concluyó la experta. LB