El ex funcionario argumentó que actualmente se ha establecido un recargo por la importación de combustible que en el presupuesto tiene programado una proyección de ingresos de 6,900 millones de lempiras, aproximadamente.
Añadió que “si eso lo convirtiéramos en Impuesto Sobre Ventas conforme a la recaudación que también está proyectada del ISV de 2012, significaría más o menos un incremento de 3 puntos en ese tributo”.
“Mi punto está en que el gobierno necesita recaudar esos 6,900 millones de lempiras para equilibrar su presupuesto de gastos y por lo tanto no es realista a esperar pues de que se va a eliminar ese ingreso si no se crea otra fuente alterna de ingresos”, explicó.
El banquero destacó que “el ISV tiene la ventaja y es que se diluye entre muchos miles de consumidores, sería un impuesto al consumo”.
“Adicionalmente los productos de la canasta básica están exentos de ese impuesto, las medidas, los útiles escolares y entonces no tiene efecto sobre la canasta básica en sí, mientras que el impuesto al combustible sí tiene efecto sobre actividades productivas, porque afecta a la generación de energía”, arguyó el banquero.
El ISV se causa en el momento en que se enajena un bien, o se vende o presta un servicio. El impuesto es general tratándose de las ventas de mercancías y específico en el caso de la prestación de los servicios, en ambos casos, se aplica a las operaciones gravadas que se efectúen en el territorio nacional, destinadas al uso o consumo en el mercado interno.
Para que el impuesto recaiga sobre el valor agregado por las empresas que revistan la condición de contribuyentes, se admite deducir del impuesto total que resulte sobre las ventas efectuadas en el período fiscal correspondiente, el tributo pagado sobre las adquisiciones realizadas en el mismo período fiscal, de acuerdo con las normas establecidas en el artículo 14 de la Ley del Impuesto Sobre Ventas.
El ISV empezó con un 3%, después subió a 7% y en el gobierno de Carlos Flores se subió a 12%.
