Tegucigalpa – Un habilidoso abogado defensor de Joaquín «el Chapo» Guzmán, tiene revuelta a la clase política y a los burócratas hondureños, al asegurar en sus estrategias de defensa, que el cartel de Sinaloa habría sobornado a un ex presidente de Honduras, dando así una nueva estocada a una élite sacudida también por la corrupción y ahora por las andanzas del señor de los túneles.
Jeffrey Lichtman, el jurista que encabeza la defensa de “el Chapo”, reveló al conocer que uno de los testigos de la fiscalía estadounidense contra su cliente, sería el narcotraficante César Gastelum Serrano, alias “la Señora”, que éste había ordenado la muerte de un fiscal en Honduras y que el cartel de Sinaloa, además, había sobornado a un ex presidente de este país centroamericano.
Gastelum Serrano cayó presó en 2013 y podría comparecer como testigo de la fiscalía.
Gastelum Serrano sería un testigo clave en contra del Chapo Guzmán, pues uno de sus principales operadores del cartel de Sinaloa al ser el que movía los cargamentos de droga en Centroamérica en la ruta del sur a Norteamérica, especialmente Estados Unidos.
La defensa del Chapo Guzmán, dentro de sus estrategias busca debilitar la credibilidad de los testigos en contra de su defendido. Así ha revelado que el cartel de Sinaloa financió campañas electorales en México, una del ex presidente Felipe Calderón y otra del actual, Enrique Peña Nieto. Ambos han rechazado esa versión y el juez regañó al defensor del capo al pedirle presentar pruebas de esas acciones que de otra manera pasarían a ser irrelevantes.
Pero el abogado Lichtman parece no estar dispuesto a dejar títeres sin cabeza, él también “adelanta” lo que tiene. Fue así como indicó que Gastelum no solo ordenó la muerte de un fiscal hondureño, que presumen los entendidos en criminalidad organizada en Honduras, sería Orlan Chávez, el llamado “fiscal de oro” y en cuyo crimen se implica a uno de los oficiales de policía que se encuentran librando batallas judiciales en Estados Unidos por sus ligues con el crimen y el tráfico de armas, al servicio de carteles hondureños ligados al gran cartel de Sinaloa.
Sin dar mayores detalles el abogado Lichtman dijo que el cartel de Sinaloa había “sobornado a un presidente” hondureño, algo que los medios locales asumen se trata de un ex gobernante que por ahora no ha sido identificado.
Sin embargo, ya salieron los primeros ex presidentes a decir: yo no fui. Los primeros en restar crédito a la explosiva acusación de Lichtman fueron los ex gobernantes Manuel Zelaya y Porfirio Lobo Sosa; poco después también lo hizo Roberto Micheletti.
Desmarques presidenciales
Se desmarcaron de esas afirmaciones del abogado defensor del líder del cartel de Sinaloa. Lobo Sosa dijo que nadie podía darle crédito a un delincuente y evocó el caso de Los Cachiros, en el cual uno de sus integrantes, preso en Estados Unidos, reveló que ellos habían financiado parte de la campaña de Lobo Sosa.
¿Quién da crédito a un delincuente que confesó haber matado 71 personas? preguntó Lobo Sosa en relación con lo expuesto ante un tribunal estadounidense por Devis Leonel Rivera Maradiaga, uno de los líderes del desmantelado grupo de la droga denominado “Los Cachiros” que por dos décadas operó en el país y fue un socio del cartel del Chapo Guzmán, según las pesquisas estadounidenses y de la fiscalía hondureña.
El ex gobernante hondureño restó así importancia al destape del abogado del Chapo Guzmán. En esos mismos términos se pronunció el ex presidente Manuel Zelaya y dijo que si Estados Unidos tiene pruebas “que se lleve a quienes tiene que llevar”. Luego el ex presidente Zelaya evadió preguntas al respecto.
Otro de los ex gobernantes que salió al paso de las declaraciones del abogado del Chapo Guzmán, fue Roberto Micheletti, al indicar que él no es el “presidente mencionado en ese juicio y no tengo idea de quién puede ser”. “Hay que esperar a ver qué pasa”, dijo Micheletti al reaparecer en la escena pública y hablar de la crisis interna de su partido y otros aspectos de país.
Los otros sustos
El paso del Chapo Guzmán por Honduras está conectado a sus relaciones con los carteles hondureños de los hermanos Valle Valle y Los Cachiros, pero también con otros transportistas locales como Héctor Emilio Fernández Rosa, alias “don H”, entre otros, indican los informes de agencias investigativas y reportes de prensa. Centroamérica fue y sigue siendo un puente importante para el trasiego de droga del cartel de Sinaloa.
El llamado juicio del siglo, como ha sido calificado el del Chapo Guzmán, está provocando muchos estornudos en el país. Por ahora los testigos que están declarando son los presentados por la fiscalía, pero la defensa también hará sus alegatos. Los expertos dicen que, si el Chapo Guzmán decidió ir a juicio, es porque no quiso negociar con los fiscales para acortar pena y que las sorpresas seguirán dándose en este evento que estiman durará unos cuatro meses.
En Honduras, este estornudo ha alborotado las elites políticas y también uniformadas, pues ha sido estrategia del cartel de Sinaloa repartir sobornos por doquier y así lo han dejado entrever los primeros testigos.
En ese entorno, el interés se centra en el llamado juicio del siglo ante futuros destapes que podrían indicar ligues del cartel de Sinaloa con sus socios hondureños, como las revelaciones que hagan algunos de los extraditables del país en Estados Unidos y otros que han optado por entregarse.