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Espiral de secuestros mantiene atemorizados a hondureños

Tegucigalpa.-Honduras vive una ola de secuestros sin precedentes que afecta por igual a empresarios, comerciantes, políticos, profesionales y hasta humildes familias que ahora son víctimas de este flagelo que antes solo era propio de personas acomodadas.
 

Según el presidente del Codeh, el 3 por ciento de los miembros de la Policía Nacional dirigen el crimen organizado en el país

Esta espiral de secuestros solo es semejante a la que vivió el país en el 2001, precisamente durante la administración liberal del ex presidente Carlos Roberto Flores, año en el que se registraron un total de 37 raptos en todo el país.

Oficialmente la policía hondureña reporta un total de 23 secuestros en lo que va del 2007, sin embargo, el Comité para la Defensa de los Derechos Humanos (Codeh) registra al menos 32, sin tomar en cuenta aquellos que no son reportados por los familiares de las víctimas.

En los últimos siete días se han reportado al menos tres secuestros que se han hecho públicos en los medios de comunicación, uno de los cuales está relacionado con un prominente empresario y otro con un reconocido político del Partido Nacional.

Este jueves se informó del plagio del joven Alejandro Bú, quien horas después fue liberado por sus captores al enfrentarse a la policía.

Bú fue interceptado por varios delincuentes en la colonia Jacaranda en las cercanías de El Picacho, pero quedó libre tras un enfrentamiento a tiros entre los facinerosos y los policías en la colonia Cerro Grande.

Alejandro Bú tiene 24 años y, según se conoció, estudia ingeniería en una universidad privada de Tegucigalpa.

El martes de esta semana también se registró el secuestro del ingeniero civil, Carlos Humberto Tosta Flores (32), bisnieto del ex presidente Vicente Tosta (1924-1925), quien fue interceptado por hombres desconocidos fuertemente armados a la altura de la aldea El Balín de Santa Cruz de Yojoa, Cortés.

El 3 de octubre pasado fue secuestrado también en Comayagua, el joven de origen chileno Jorge Manzur de 23 años, quien fue liberado el 12 de octubre, luego de pagar un rescate de medio millón de lempiras.

El delito del secuestro ha cobrado un preocupante auge en los 20 meses de la administración de Manuel Zelaya al pasar de 9 plagios en el 2006 a 32 en lo que va del presente año, según un monitoreo del Codeh.

Este flagelo social se suma el incremento de los homicidios, el cual creció en 2.1 por ciento en el primer trimestre de 2007 con respecto al mismo periodo del año anterior, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

El estudio registró un total 725 muertes por homicidios entre enero y marzo de 2007, 15 más de los registrados en el 2006.

Durante el Gobierno anterior de Ricardo Maduro (del PN, 2002-2006), quien entregó el poder a Zelaya el 27 de enero de 2006, los secuestros bajaron sustancialmente.

En 2000 se registraron 47 secuestros y en 2001 un total de 45, pero en 2002 bajaron a 22 y para 2005 llegaron a tres.

La policía coludida

El presidente del Codeh, Andrés Pavón, dijo que el secuestro es una práctica ilegal que cobra fuerza en el país por la debilidad del Estado en su sistema de investigación criminal.

Dijo que este tipo de crimen está articulado entre personas vinculadas a bandas criminales y agentes del estado, en este caso miembros de la policía hondureña y tiene sus raíces en la ausencia de una política estatal visible de seguridad.

“El pueblo está a merced a merced de los agentes de seguridad, o sea, que tenemos una policía criminal, o mejor dicho la policía se volvió criminal en Honduras”, apuntó.

El defensor de los derechos humanos añadió que el 3 por ciento de los miembros de la policía hondureña dirige el crimen organizado y tiene atemorizados al 97 por ciento restante de los integrantes del estamento de seguridad nacional.

A lo anterior se suma, según Pavón, el hecho que en la actualidad hay un Ministerio Público y una Secretaría de Seguridad sin liderazgo.

Agregó que el delincuente ve que el Estado es débil en el combate del delito y eso está generando la transnacionalización del secuestro, es decir, que criminales de Guatemala, El Salvador y México pueden actuar a su libre albedrío y en la total impunidad.

Denunció que dentro de la policía se ha vuelto a organizar el temido escuadrón 3-16, responsable de la desaparición de dirigentes populares y políticos en la década de los ochentas, pero ahora con la finalidad de cometer diferentes crímenes desde dentro de la misma policía.

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