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Escándalos, amenazas y hasta “narcopolítica” sobresaltan a hondureños

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Tegucigalpa – Si la inseguridad es de por sí, un problema que provoca zozobra entre la población hondureña, los escándalos de corrupción en el gobierno que han sido bautizados por el propio presidente Porfirio Lobo como “goles”, han venido a sumarse a esa ola de ansiedad que agobia a la sociedad y más aún cuando la denuncia de la narco política ha tomado un alto perfil.
 


Ciudadanos de a pie así como líderes de opinión y expertos consultados, coinciden en que la intranquilidad generada desde el mismo gobierno que cada día sorprende con un nuevo escándalo o con una nueva amenaza como regular los medios de comunicación en país, genera crispación entre la población, lo que incluso puede derivar en trastornos nerviosos.


Este martes por ejemplo, el gobernante Porfirio Lobo, en pleno consejo de ministros denunció un escandaloso contrabando de arroz durante 2011. Igualmente políticos de la oposición y también el propio designado presidencial, Víctor Hugo Barnica han denunciado que el crimen organizado está presente en campañas políticas.

Frustración y Desaliento

La especialista en neuropsicología y demencias, Paola Soto, expresó que “hay varios tipos de problemas mentales que afectan a diario a los hondureños y también diversas formas de trastornos mentales que repercuten a corto, mediano y largo plazo en la salud”.

Juan Carlos Molina, quien se dedica al oficio de la mecánica automotriz, expresó que “en este país ya no se puede vivir, hay que andarse cuidando de los delincuentes y a veces hasta de los mismos policías y encima cada día nos salen con un nuevo molote en el gobierno”.

Por su parte, el carpintero Enrique López, dijo que la situación económica en el país es dura porque cada día sube el precio de los productos de la canasta básica y el sueldo ya no ajusta y si eso no fuera suficiente, en los medios de comunicación abundan las noticias sobre lo que él calificó como “picardías” que hacen los políticos que trabajan en el gobierno.

Otro problema que enfrentan muchos hondureños es el desempleo y aunque los cafetaleros señalan que tienen que traer cortadores de otros países porque los hondureños no quieren hacer ese trabajo, la verdad es que en las ciudades como Tegucigalpa, los puestos de trabajo escasean.

Conocedores del tema del café señalaron a Proceso Digital que es un insulto escuchar al designado presidencial, Samuel Reyes, informar en público al presiente Lobo que un cortador de café puede ganar diariamente 800 lempiras. La cifra es considerada por los caficultores como sobredimensionada porque representa que el cortador tendría que recolectar al menos 16 latas del aromático grano.

Y si bien la demanda de cortadores es significativa, no tiene vínculos con la realidad en cuanto a las cifras que manejan algunos dirigentes del rubro en una campaña con fines poco claros.

La administradora de empresas, Leticia Varela, quien se encuentra desempleada, señaló que conseguir un trabajo para las personas que sobrepasan los 40 años es una tarea muy difícil en la empresa privada, mientras que en el gobierno hay que tener padrinos políticos y no se toma en cuenta la capacidad.

Todas estas situaciones generan que muchos hondureños pasen de malhumor porque se sienten frustrados de vivir en un país donde existe negatividad y falta de esperanzas de un porvenir mejor, coinciden profesionales de la sicología.

Otra frustración es que a pesar de comprobarse que muchos funcionarios estatales están inmiscuidos en actos poco transparentes, todo se arregla con una disculpa o con pedir perdón durante una sesión del Consejo de Ministros.

Paños Tibios

Algunos sectores cuestionan que los escándalos que se han suscitado en el gobierno y que salpican la administración no reciban un castigo.

El director ejecutivo del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) Armando Urtecho, criticó la forma en que se abordan escándalos como la contratación de los 100 megavatios de energía sucia; el “arrozazo”; el incremento a la tasa aeroportuaria y la creación de una tasa por seguridad migratoria, entre otros.

“Como a él (presidente Lobo) le gusta el fútbol, le van a seguir echando goles hasta desde la media cancha”, comentó Urtecho.

El economista y analista, Carlos Urbizo Solís, añade que otra preocupación es la conformación del Presupuesto General de la República, donde a Seguridad, que es el principal problema que afecta a los hondureños, solamente se le asignaron 3,500 millones de lempiras.

“Es un presupuesto raquítico, con eso no se va a resolver el problema de seguridad y no es que cínicamente alguien diga que con más dinero van a haber más policías y consecuentemente más ladrones, es que estamos hablando de que hay más buenos policías”, comentó.

Agregó que “esos buenos policías deben estar bien equipados, bien pagados y bien entrenados, algo que no está sucediendo y cuando vemos que la Presidencia tuvo el año pasado más dinero que el gastó seguridad pública, vemos una distorsión” arguyó.

Goles e Intranquilidad

El economista retomó que si el mismo presidente Lobo reconoce que apenas parpadea sus funcionarios le meten un gol, es una expresión desafortunada y delicada porque entonces la población debe preguntarse “¿qué tipo de personas son los que rodean al presidente y que control tiene sobre la cosa pública?”.

“Él es el director de la orquesta y esta administración que va a terminar en menos de dos años, se va a identificar como el gobierno de Pepe Lobo”, advirtió.

Urbizo asegura que “desde 1972, cuando ocurrió un golpe de Estado contra el entonces presidente Ramón Ernesto Cruz, el pueblo hondureño no tiene paz ni tranquilidad”.

Añadió que el gobierno de Roberto Suazo Córdova, surgió el problema de los “Contras”, luego José Simón Azcona con los Cetras y una serie de distorsiones y abusos; escándalos en el gobierno de Carlos Roberto Reina; el huracán Mitch en la administración de Carlos Flores y después el problema político en el gobierno de Manuel Zelaya.

“Entonces, el pueblo hondureño está ávido de paz y tranquilidad y no estar en sobresaltos como los que ocurren en este gobierno donde todas las semanas se inventan una ley, que hoy la introducen, otro día la aprueban y después la vetan o la retiran”, aseguró el analista sampedrano.

Reiteró que “el pueblo quiere paz y tranquilidad para tener prosperidad porque en materia de seguridad, aspecto fiscal y social hay un desorden” puntualizó.

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