Este mes de mayo se definen las alianzas entre los partidos para concurrir a las elecciones generales, lo cual representa una novedad para el proceso electoral.
Observo mucho neolenguaje en las declaraciones de los líderes de los partidos, a modo de cortina de humo, que impide descubrir el contenido de sus propuestas.
Si buscamos en la RAE la definición de Alianza, dice que es el “acuerdo que llevan a cabo dos o más personas, organizaciones o naciones”. Pero si profundizamos resulta que el concepto de Alianza Política: “Es la coalición entre dos o más partidos políticos con IDEAS AFINES para ampliar sus posibilidades de llegar al poder”.
Aquí encontramos la primera disonancia de la Alianza “antiJOH”. A los líderes del triunvirato conformado por LIBRE, PAC y PINU solo se les conoce una “idea afín” sobre la que han construido su coalición: evitar que el candidato nacionalista pueda salir triunfador del proceso electoral. Denuncian en los medios que hay que derrotar la dictadura, pero cuando se dan la vuelta practican en sus partidos lo que denuncian delante de un micrófono. Por lo tanto, es importante profundizar en algunas señas de identidad que cada formación aportara a la “Alianza de Oposición”. A saber:
- LIBRE propugna demoler el país. Refundar Honduras mediante una Asamblea Constituyente que redacte un nuevo pacto social. Esto no es nuevo, recordemos que Manuel Zelaya estando como presidente de la republica ya expresó su intención de enterrar la Constitución porque la había violado todo el mundo… sin exclusiones. El modelo que LIBRE tiene de Estado es el que se sustenta en los principios del Socialismo del Siglo XXI, con Chávez y Maduro como ejemplos de liderazgos y “políticas exitosas de convivencia y desarrollo”. Solo hay que mirar a Venezuela para certificar las bondades del proyecto. Los electores deben saberlo antes de votar: ¿Venezuela es la Honduras que soñamos?
- LIBRE pretende devolver los militares a los cuarteles enterrando el trabajo, por ejemplo, de FUSINA y de la PMOP en la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado. ¿Los votantes del PAC y PINU apoyan esa estrategia en favor de nuestra seguridad?
- El PAC pretende implementar la CICIG en Honduras, entregando el poder a autoridades extranjeras para investigar, detener, juzgar y condenar a los corruptos. Pero ese objetivo realmente implica una confesión de incapacidad, ignorancia e incompetencia (ver artículo anterior). Los políticos del PAC se consideran incapaces no ya de combatir la corrupción sino de intentarlo al menos. Si llegan al poder prefieren hacer dejación de soberanía. Critican la injerencia extranjera en nuestra política nacional y por otra parte piden a los organismos internacionales que tomen posesión de nuestras instituciones. ¿Esta aberración es el perfil de estadista que buscamos para nuestros mandatarios?
- El PAC se postula como el partido anticorrupción, pero luchar contra la corrupción no es privativo de ningún partido y sí el compromiso de todos los candidatos. Otra disonancia: ¿Si el PAC es anticorrupción cómo es posible que establezcan una coalición con estructuras y políticos cuestionados e investigados por supuestos actos de corrupción?
- El PINU es un partido socialdemócrata que defiende las libertades individuales frente al Estado en su afán centralizador y de control. Pero entre los postulados progresistas de la socialdemocracia se encuentra, por ejemplo, el derecho a que la mujer decida sobre su cuerpo en caso de quedar embarazada. En el neolenguaje se utiliza la palabra aborto porque suena mejor en los oídos que la de asesinato. ¿Esto lo apoya un electorado que mayoritariamente es católico o evangélico?
Estamos saturados del neolenguaje político. Las alianzas son opciones democráticas pero este triunvirato muestra cada vez más debilidades, una auténtica “Torre de Babel”. ¿Dónde está su proyecto para el desarrollo de Honduras en materias como la salud, el empleo, la agricultura, la seguridad, la política exterior, el turismo, el medio ambiente…? No tiene. Esta utopía, si llega al poder, se repartirá la Administración del Estado tomando cada partido posesión de su parcela a modo de “Reino de Taifas”. Posiblemente veríamos la llegada de otro Cisne Negro.
Pasado un tiempo de deterioro institucional progresivo y de confrontaciones ¿cuál sería el escenario probable? La Asamblea Constituyente que abiertamente ya exige LIBRE desde la Alianza. ¿Regresaremos al 2009? ¿Invitaremos al actual mandatario venezolano para que emule a su antecesor saltando en la Plaza de la Democracia al grito de “pitiyanki”, entre las risas y aplausos de simpatizantes? ¿De verdad creen que pueden seguir engañando a este pobre pueblo pobre? Mejor se van a casa. Su tiempo de gloria pasó. Refunden su pensamiento político y regresen cuando tengan algo diferente que ofrecer, porque esta sociedad lleva 35 años esperando soluciones. El pueblo demanda un marco de convivencia pacífica y oportunidades donde desarrollar su potencial, ¿qué líder quiere asumir este apasionante reto?
