Yesenia Martínez
Académica /Historiadora
Ernesto Argueta Ayes fue un médico que nació en 1882 en la ciudad de Juticalpa, departamento de Olancho, y falleció en 1962 en la ciudad de Tegucigalpa. En el año de 1903 mientras se encontraba estudiando en la Facultad de Medicina de la Universidad de Guatemala, el presidente Manuel Bonilla, del Partido Nacional, ordenó el cierre de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Tegucigalpa, por fuertes manifestaciones de los docentes y estudiantes de medicina, quienes se opusieron a recibir a las mujeres con padecimientos de enfermedades venéreas.
Este olanchano de grandes ideales también promovió la agenda del primer centenario de independencia, 1903-1921. [1]
En octubre de ese mismo año, Argueta Ayes asistió en representación de los estudiantes de la Universidad de San Carlos de Guatemala al Tercer Congreso de Estudiantes Centroamericanos, organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores, en la ciudad de Managua, Nicaragua. El principal objetivo fue, fomentar la configuración de la República Federal de Centroamérica. Allí se encontró con Ricardo Alduvín y Julián Pineda, ambos representaban a los estudiantes hondureños. [2] Años después Alduvín se graduó de medico en la Universidad Nacional Autónoma de México, en el contexto de la Revolución Mexicana; mientras Pineda se convirtió en un prominente abogado y fiel defensor del gobierno continuista de Carías Andino entre 1933 y 1949.
[1] Historiadora, docente e investigadora del Departamento de Historia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras; y doctoranda en Ciencias Sociales en el Colegio de Michoacán, México. yesymg@gmail.com
[2] Yesenia Martínez, “Entre las ideas unionistas centroamericanas y la inestabilidad política se tejió el proyecto sanitario, 1903-1924”, en “Estado Liberal, Salud Nacional y Transnacional ante las enfermedades infecta contagiosas y tropicales de las poblaciones subalternas en Tegucigalpa y el Caribe de Honduras, 1902-1933” (Tesis de doctorado en Ciencias Sociales- Colegio de Michoacán, Zamora, México, 2017-2022, mayo del 2021).
[3] Boletín Federal, Órgano del 3er. Congreso Centroamericano de Estudiantes, Managua, 29 de octubre de 1903, 1 y 4. En APEAA, Tegucigalpa.
Cabe señalar que en ese congreso de Managua conocieron al periodista nicaragüense Salvador Mendieta (1875-1942), fundador del Partido Unionista de Centro América (PUCA). Encuentro que conectó a Argueta Ayes con el filósofo Antonio Batres Jauregui (1847-1929) de Guatemala, fiel defensor de la nación civilizada o la homogeneidad de un solo pueblo, por la uniformidad biológica y racial. Ambos pensadores, Mendieta y Batres Jauregui fueron fundadores del proyecto de Regeneración de Centroamérica desde 1899, con la intención de crear la Patria Grande, siguiendo el pensamiento de José Cecilio del Valle y Francisco Morazán.[4] Según Marta Casaús y Teresa García, ambos intelectuales iniciaron los espacios de sociabilidad de una primera célula unionista en la región, donde participó el hondureño como Francisco Paredes de San Pedro Sula en 1899.[5]
Toda esta conexión fue el respaldo para que Argueta Ayes con apenas veintiún años de edad, se perfilara como un líder unionista centroamericano. Al llegar a Managua se dirigió con un poema a la juventud nicaragüense y centroamericana, y según la agenda allí desarrollada, fue uno de los principales oradores del encuentro. En cambio, Ricardo Alduvín sometió una propuesta para que se realizará el próximo Congreso de estudiantes en la ciudad de Tegucigalpa, sin embargo, su petición no fue aceptada por mayoría. La asamblea decidió que el cuarto congreso se desarrollara en la ciudad de San José, Costa Rica. Por su parte Julián López Pineda, quien para ese momento era estudiante de la Facultad de Ciencias Jurídicas, sometió un proyecto donde se admitieran a todas las sociedades y personas, incluyendo a las mujeres que reunieran las condiciones necesarias. Para revisar esta propuesta en pro de la causa se comisionó entre otros al mismo Argueta Ayes para su aprobación.[6] Fue una sugerencia acertada, y quizá la primera propuesta que registra la inclusión de las mujeres en proyectos comunes con los hombres, en el siglo XX. Por lo menos para Honduras y de un hondureño es inédito, hasta que se elaborara el Código Sanitario en 1910, por autoría del mismo Argueta Ayes.
[4] Teresa García Giráldez, “El Debate sobre la Nación y sus formas en el pensamiento político centroamericano del siglo XIX”. En Marta Casaús y Teresa García, Las redes intelectuales centroamericanas…, 30-37; y “La Patria Grande Centroamericana: La Elaboración del Proyecto Nacional por las Redes Unionistas” …, 131-133.
[5] Teresa García Giráldez, “La Patria Grande Centroamericana…, 134.
[6] Ver Boletín Federal, Órgano del 3r. Congreso Centroamericano de Estudiantes, 2; 5 de noviembre de 1903, 1-3; y El Comercio, “Comercio de Estudiantes”, Managua, 01 de noviembre de 1903, 1. En APEAA.
Sin duda, este encuentro fue el momento que marcó el inicio de la vida política y las ideas unionistas de todo este colectivo de médicos y jóvenes hondureños, particularmente de Argueta Ayes. Vínculos que los llevó a formar una red intelectual y política para la primera mitad del siglo XX. Incluyendo a mujeres y estudiantes, todos autores de los imaginarios de la nación.
Desde entonces, Argueta Ayes busco las maneras de conectarse con otros jóvenes estudiantes de medicina, que luego se unieron al proyecto unionista. Entre ellos están: José Jorge Callejas, con quien compartió los mismos espacios de la práctica médica; igual con su hermano Venancio Callejas (casado Enma Bonilla, hija del ex presidente Policarpo Bonilla del Partido Liberal). Ambos hermanos Callejas eran miembros del Partido Nacional, y familiares del ex presidente Rafael Leonardo Callejas (1990-1994), vínculos que no les valió para ser perseguidos y enviados al exilio por la dictadura de Tiburcio Carías Andino.
Al igual que los Callejas, otros amigos cercanos de Argueta Ayes fueron, los también médicos y presidentes de la república, Francisco Bertrand Barahona (1913-1919), originario del departamento de Olancho; Miguel Paz Barahona (1925-1929) y Vicente Mejía Colindres (1929 – 1932), procedentes de la región occidental de Honduras. De este último, Argueta Ayes fue su compadre, por apadrinarle a su hijo mayor Ernesto Argueta Ariza (1928-2020), con quien también compartió el exilio de Carías Andino entre 1944 -1948.
También mantuvo una cercana amistad, compañerismo profesional y compartieron las ideas unionistas con Héctor Valenzuela, Sebastián Pastor, Isidoro Mejía, Rubén Andino Aguilar, Samuel Laínez, entre otros. Desde sus años de estudiantes en la Facultad de Medicina en Guatemala, al igual que sucedió con Camilo Girón y José Jorge Callejas, quienes se habían formado en la Facultad de Medicina en El Salvador. Todos importantes intelectuales y activistas políticos gestores de los imaginarios nacionales, junto a, Rafael Heliodoro Valle, Rafael Alduvín, Paulino Valladares, Froylan Turcios, Visitacion Padilla, Graciela Bográn, Paca Navas de Miralda, Clementina Suarez, entre otras y otros.
Por su relación de amistad, y de un proyecto en común como profesionales de la medicina en gestar el proyecto sanitario entre 1907 a 1932, los define como una generación en el sentido que lo plantea el filósofo español Julián Marías. Según este autor, una generación se forma con un colectivo de individuos que comparte una edad histórica, donde el sujeto de la historia era la sociedad, y se volvieron no solo ideólogos, sino actores, en este caso, de los imaginarios nacionales. O más claramente este autor define a una generación, cuando se trata no de la vida biológica del individuo como tal, sino de parte de ella inmersa en la vida histórica y social.[7]
Por su activismo en el proyecto unionistas y la defensa de la soberanía más allá de las fronteras hondureñas, a la generación de médicos donde se incluye Argueta Ayes, también se les debe considerar parte de la “red intelectual y política” de alcance centroamericano, durante las décadas de 1910 y 1920. Y en la cual no los integran como tal, Casaus y García. Aunque se identifiquen como tal, si consideramos el planteamiento de Melgar Bao, al definir que, una “red intelectual y política” se forma cuando un colectivo trabaja en proyectos comunes, y los hace formarse por “la comunicación reiterada que existe entre pares, horizontal o jerarquizada, la cual propicia compromisos, intercambios epistolares y de bienes, así como viajes, encuentros y prácticas concertadas. Sin embargo, dicha red se puede yuxtaponer o converger con otras de carácter social (vecinaje, paisanaje, parental, laboral, amistoso, masónico, deportiva o religiosa).”[8] Mejores definiciones no pueden atribuírseles. En el mismo momento que se promovía la inversión y comercialización del banano. Particularmente entre los años de 1907 a 1932. Tiempo en el que el historiador Marvin Barahona lo ha interpretado como el inició de La Hegemonía de los Estados Unidos en Honduras, marcada por las estrategias económicas, y
claramente instalada.[9] Por tal razón, no fue casualidad que esta generación de médicos, en la cual se encontraba involucrado el joven olanchano Argueta Ayes, aprovecharan los mismos espacios para encontrarse no solo en la práctica médica, para promover el proyecto sanitario más importante de la Reforma Liberal, sino también para fomentar la idea de las patrias chicas, y la Patria Grande, refiriéndose a la Federación Centroamericana de 1824 a 1838.
[7] Julián Marías, El Método Histórico de la Generaciones (Madrid: Revista de Occidente, 1949), 20-22 y 82-83.
[8] Melgar Bao, Redes e imaginario del exilio en México y América Latina: 1934-1940 (México: CIALC, 2018), 16.
[9] Marvin Barahona, La Hegemonía de los Estados Unidos en Honduras (1907-1939) (TEGUCIGALPA: CEDOH, 1989).
[10] Ver correspondencia entre Ernesto Argueta y Juan Manuel Díaz, presidente de la Sociedad Unionista Matías Delgado, La Protección, Guatemala, febrero de 1905, 3. Tonacatepeque, enero 2 de 1905 y Guatemala 12 de febrero de 1905. En APEAA.
[11] Ernesto Argueta, Patria, “15 de septiembre de 1821”, Guatemala, 30 de septiembre de 1904, 1. En APEAA.
[12] Las notas y discursos de Argueta se encuentran registrados en la prensa guatemalteca antes citadas, y varios periódicos centroamericanos entre 1903 a 1907, los cuales se encuentran en la Hemeroteca Nacional de Guatemala y en el APEAA.
[13] Batres Jauregui, “Vibraciones del patriota”, Patria, Guatemala, 3 y 12 de diciembre de 1904, sin no. de páginas. En APEAA.
[14] Batres Jauregui, “Vibraciones del patriota”, Patria, Guatemala, 3 y 12 de diciembre de 1904…
Este vínculo, al igual que su relación con Salvador Mendieta (autor de la obra La enfermedad de Centroamérica en 1934), contribuyó para que los nombraran a ambos como parte de la comisión de recibimiento en la séptima reunión de la Sociedad de la Regeneración Centroamericana, celebrada en la Universidad Central de Tegucigalpa en 1908.[15] Este activismo lo promovió para ser nombrado por la Junta Directiva Unionista de la Sociedad La Regeneración de Tegucigalpa, como el director de su diario La Regeneración.[16] Por cierto, se dio por aprobación de importantes políticos, como Ángel Zúñiga Huete y Paulino Valladares (secretario privado del presidente Miguel R. Dávila entre 1907 a 1911).
Este mismo año de 1908, mientras se reunían en Tegucigalpa, su amigo Rafael Heliodoro Valle, se trasladó a continuar sus estudios a la ciudad de México. Su llegada a la capital mexicana significó, según Jorge Amaya y Adalberto Santana, el momento de la formalización no solo las relaciones diplomáticas, establecidas en el “Tratado de Amistad, Comercio y Navegación” durante la presidencia de Dávila. También fue el momento que marcó las relaciones culturales entre Honduras y México, con particular importancia en el contexto de la Revolución Mexicana.[17] Durante este gobierno de Dávila, el doctor Argueta Ayes fue nombrado para redactar el Código Sanitario, legislación que sentó las bases de la política social de la salud moderna, entre 1910 a 1924. Ya en el último año de la administración de Dávila, Argueta Ayes mostró su malestar por la injerencia de EE.UU. en Honduras, al permitirse firmar el primer compromiso económico y político por parte del gobernante. Su malestar le llevó a desacuerdos con su amigo, Vicente Mejía Colindres, quien para entonces fungía como secretario de Instrucción Pública.
[15] Ver Ernesto Argueta, La Regeneración, Tegucigalpa, 25 de febrero de 1908, 2; y “Programa de Reunión de junta directiva del VII Aniversario de la Sociedad Unionista La Regeneración”, Tegucigalpa, 6 de marzo de 1908, 2. En APEAA.
[16] Fernando Fiallos, Srio 1. y Rafael Mediana, Srio.2; Correspondencia a Ernesto Argueta, Tegucigalpa, 28 de mayo de 1909; y José Ángel Zúñiga Huete y Carmen García C., “Correspondencia a Ernesto Argueta”, Tegucigalpa, 24 de octubre de 1908. En APEAA.
[17] Ver Yesenia Martínez, “Mujeres intelectuales hondureñas en la correspondencia de y con Rafael Heliodoro Valle, 1928-1958” …
Según se manifiesta en intercambios de la prensa del momento, esto sucedió porque Mejía Colindres le mostró apoyo al presidente Dávila para firmar el préstamo Morgan, el cual comprometía al gobierno de Honduras con el de EE. UU. Según Argueta Ayes por ser este un compromiso de deuda externa, en condiciones onerosas para el país.[18] Situación aclarada inmediatamente, y sin obstáculo para que ambos médicos junto a sus amigos y colegas del unionismo participaran en 1913, en la Marcha Culta a favor de la defensa de los territorios por la presencia de EE. UU. en la región centroamericana.[19] Evento también conocido como “La Gran Manifestación del domingo” 19 de agosto de 1913, en las calles y plazas de las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela.
Ahí se encontraron intelectuales, políticos, miembros de la sociedad de estudiantes, obreros de la capital y mujeres activistas, esposas de intelectuales y madres llevando niños en sus senos y ancianos.[20] Tal fue la magnitud de este malestar que se extendió en varias ciudades del país,[21] con el único interés de rechazar el proyecto del Protectorado de EE.UU. en Centroamérica. Y fue motivo para que se creara la Liga de la Defensa Nacional en defensa de la soberanía centroamericana. Así se refirió el padre del doctor Argueta Ayes, el Procurador Judicial de la ciudad de Juticalpa en el departamento de Olancho, y amigos de los presidentes Dávila y Bertrand Barahona, don Indalecio Argueta; en una de sus correspondencias le manifiesta a su hijo, “siento que no se haya publicado tu protesta contra los yankis, ya que el motivo da un vasto campo para ello. En la Postal que nos enviaste, se ve en vos una actitud de verdadero orador y la plétora de espectadores debe a ver hecho más imponente el acto”.[22]
[18] Ver Boletín Legislativo, “Mensaje dirigido al soberano Congreso Nacional en sus sesiones ordinarias de 1911 por el Dr. Don Miguel R. Dávila, presidente de la República de Honduras”, Tegucigalpa, 16 de enero de 1911, 13-14. En CDCH –UNAH. También en El Nuevo Tiempo, Tegucigalpa, 22 de enero de 1913, 1; y El Nuevo Tiempo, Tegucigalpa, 16 de febrero de 1913, 1. En APEAA, Tegucigalpa; y Medardo Mejía, Capítulos Provisionales sobre Paulino Valladares (Tegucigalpa: Editorial Universitaria, 1999), 13-14.
[19] Liga de la Defensa Nacional Centroamericana, Labor hondureña por la Autonomía de Centroamérica. Comayagüela: Imprenta Sola, 1914. En APEAA.
[20] Vicente Mejía Colindres, “Con motivos de nuevos comentarios publicados en el Diario Oficial, El Cronista, Tegucigalpa, 29 de enero de 1913, 2; 1 de febrero de 1913, 2; y 19 de febrero de 1913, 1.
[21] Ismael Zepeda, “Nacimiento de la conciencia antiimperialista en Honduras, 1913-1921” (Ponencia presentada en el II Congreso Nacional de Historia, Ciudad Universitaria, Tegucigalpa, 23-25 de octubre del 2019).
[22] Indalecio Argueta, Procurador Judicial de Juticalpa, “Correspondencia a su hijo el medico Ernesto Argueta Ayes”, Juticalpa 6 de noviembre de 1913, 2. En APEAA.
La protesta a la que se refiere don Indalecio Argueta, donde participó de orador su hijo, fue una clara manifestación en contra de la presencia de EE. UU. en la región. La que contó con el apoyo total de su amigo y paisano, el presidente Francisco Bertrand (1913-1919). Y por primera vez se contó con decenas de mujeres como protagonistas políticas, entre ellas: Visitacion Padilla (1882-1960)originaria del departamento de Tegucigalpa, y Graciela Bográn (1896-200) de la ciudad de San Pedro Sula en el departamento de Cortés. Ambas fieles representantes de la voz femenina y sus discursos antiimperialistas y anti dictatoriales hasta mediados del siglo XX; también gestoras de la participación política y el sufragio feminista en Honduras desde esta fecha hasta 1955.[23]Pero no integradas como tal en el proyecto unionista, y menos en las tareas sanitarias.
En cambio, la participación de Argueta Ayes en la Gran Manifestación del domingo, fue motivo para que su amigo el presidente Bertrand Barahona lo nombrara presidente del Comité Central Unionista en 1915. Ese mismo año también se dedicó a crear la propuesta de las Juntas de Fomento como un proyecto de la salud nacional, iniciado por en la ciudad de donde era originario, Juticalpa, en el departamento de Olancho. Ya para el año de 1919, mientras ocupaba el cargo como ministro plenipotenciario del gobierno de Honduras en Guatemala, el doctor Argueta Ayes también ocupó la presidencia de la Oficina Internacional Centroamericana con sede en la ciudad de Guatemala. Desde allí, promovió el proyectó de la integración centroamericana, y organizo una agenda para la conmemoración del primer centenario de la independencia de Centroamericana. En parte, desarticulado por la injerencia de EEUU entre 1921 y 1924.
Ese mismo año de 1919, mientras la población hondureña vivía los estragos de epidemia de influenza o gripe, e iniciaba un quinquenio de guerras y conflictos armados. E igual se programaba la agenda de conmemoración del primer centenar de la independencia centroamericana, incluida la creación de la República Federal de Centroamérica. Así lo manifestaron en la correspondencia intercambiada, y en los editoriales de la prensa nacional y centroamericana; también lo hicieron en los espacios donde se reunieron en 1921. En la Universidad Central, hoteles y plazas de Tegucigalpa y El parque la Libertad en Comayagüela,[24] y en otros espacios en México, Costa Rica y Estados Unidos, desde 1919.
[23] Ver Yesenia Martínez, “Mujeres intelectuales hondureñas en la correspondencia de y con Rafael Heliodoro Valle, 1928-1958” …; Visitación padilla, “colaboración Femenina en la Defensa Nacional”, en Froylan Turcios, Boletín de la Defensa Nacional (Tegucigalpa, editorial Guaymuras, 1980).
[24] Ver, “Informe de la Delegación Unionista de Honduras en El Salvador”, Patria, Tegucigalpa, 26 de octubre de 1917, 1 y 3; Vicente Mejía Colindres, “Informe de la Delegación Unionista en Guatemala, leído por el Dr. Don Vicente Mejía Colindres, en la solemne Recepción que a aquella Delegación se hizo, en el Teatro Manuel Bonilla, el 7 de noviembre de 1917 por la noche”, Tegucigalpa, Patria, 6 de febrero de 1918, 1. y 30 de Enero de 1918,1; El Demócrata, San Pedro Sula, 8 de marzo de 1919, 1; El Demócrata, San Pedro Sula, 15 de marzo de 1919, 3. En APEAA, Tegucigalpa. También en Correspondencia de Policarpo Bonilla a Rafael Heliodoro Valle”, New York, 4 de noviembre de 1920. En ERHC, Exp. 297, 1916-1939, Biblioteca Nacional de México.
A pesar de que se programaron diversas actividades por un tiempo de cinco años anticipados, estas no se lograron en su totalidad, en parte por la inestabilidad política que se desencadenó entre 1919 y 1924, provocadas de principio por las diferencias de Policarpo Bonilla del Partido Liberal y el mismo presidente Francisco Bertrand Barahona del Partido Nacional. Conflicto que se agudizó luego que el presidente de la república Bertrand Barahona promoviera la candidatura de su primo y también medico Nazario Soriano. Donde también se vio involucrado el doctor Argueta Ayes por estar propuesto como vicepresidente en la campaña de Soriano.
En estas diferencias participó el candidato presidencial por el Partido Liberal, Rafael López Gutiérrez, quien luego se convirtió en presidente de la república, durante los años que van de 1920 a 1924. Y a quien le correspondió organizar las actividades de 1921. Su candidatura inició luego de un conflicto armado en 1919, que llevó al abandono del cargo al presidente Bertrand Barahona. Este fue quizá, el antecedente previo y en parte referente y causal de la guerra más sangrienta de la primera mitad del siglo XX, desarrollada durante el primer semestre de 1924.[25]
[25] Ver, “Correspondencia entre Rafael Heliodoro Valle y Policarpo Bonilla”, México, 2 de noviembre de 1920. En ERHE, Exp 294, en la Biblioteca Nacional de México, UNAM; Froylan Turcios, Boletín de la Defensa Nacional (Tegucigalpa, editorial Guaymuras, 1980), 17-18; Mario Argueta, Tres Caudillos, tres destinos, 1919-1932 (Choluteca: Editorial Subirana, 2007); y Edgar Soriano, Caudillos entre la matanza del pueblo y el poder (Tegucigalpa: Litografía López, 2009).
Esta situación obstaculizó parte de la agenda programada para conmemorar el primer centenario de independencia en 1921, y de paso también provocó la desintegración del proyecto unionista, por el intervencionismo de EE.UU. ante la amenaza de que se configurara la República Federal de Centroamérica el 15 de septiembre de 1921. Así se registra en la correspondencia entre Policarpo Bonilla y Rafael Heliodoro Valle. Lo que puede constatarse en el Boletín de la Defensa Nacional publicado por Froylan Turcios en 1924, luego de la presencia de marines en la ciudad de Tegucigalpa.[26] Las intenciones y el deseo del doctor Argueta Ayes por una patria grande, y de conmemorar un primer centenario de la Independencia centroamericana, quedó registrada en la postal que circuló por todos los países de la región en 1921. Ahí figuran, entre otros los hondureños, Argueta Ayes, Mejía Colindres, López Gutiérrez, Bonilla, y los centroamericanos Alberto Masferrer, Salvador Mendieta, entre otros (Ver imagen No. 1).
[26] Ver, Mario Argueta, Tres Caudillos, tres destinos, 1919-1932…; Edgar Soriano, Caudillos entre la matanza del pueblo y el poder…; Evelio Inestroza, General Gregorio Ferrera (1880-1931), Revolucionario indigenista o caudillo insurreccional de las transnacionales bananeras en Honduras (Tegucigalpa: Multigráficos Flores, 2019), 250-257; y Ethel García Buchard, “El Discurso Antiimperialistas y la denuncia a la intervención de Hondura en el Boletín de Defensa Nacional”; Revista Sendero Universitario, No. 1, Año 1 (Mangua: UNICA, julio-dic, 2014) :38-50.
Imagen No. 1. Postal impresa en Guatemala por sugerencias del doctor Argueta Ayes para conmemorar el primer centenario de independencia de 1921.
Por todo lo expuesto, el olanchano y médico de profesión Ernesto Argueta Ayes, se le debe considerar como el principal promotor del unionismo, entre 1903 y 1921. Además, de ser junto a toda una generación, los autores intelectuales de la política social de la salud gestada en la segunda etapa de la Reforma Liberal. Aunque no lograron la idea de la patria grande, fue al igual que sus amigos de la red intelectual y política, los autores intelectuales de los imaginarios nacionales en tiempos de conmemoración del primer centenario de independencia.