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Entre Mares se niega a cumplir obligaciones legales por daños ambientales y humanos en Honduras

Tegucigalpa.- La transnacional minera Entre Mares, que dentro de poco abandonará Honduras, continúa hoy sin cumplir sus obligaciones legales y deja una estela de graves daños humanos por tóxicos en el norteño Valle de Siria.
 

Habitantes del área sufren enfermedades debido a las concentraciones de arsénico, plomo y cianuro en sangre en cantidades superiores a las consideradas normales por la Organización Mundial de la Salud.

La Fiscalía Especial del Ambiente denunció que la empresa, subsidiaria de la transnacional estadounidense Glamis Gold Ltd, no ha entregado la información exigida sobre plan de cierre de operaciones en ese territorio, a unos 60 kilómetros de esta capital.

Estudios realizados por especialistas, como el biólogo italiano Flaviano Biachini y el doctor Juan Almendarez Bonilla, subrayaron que la presencia nociva de metales en sangre fue hallada en personas que no trabajan en las minas; es decir, en afectados por la contaminación de fuentes de agua y alimentos en la zona.

Aumento de la mortalidad infantil, del estrabismo y otras anomalías como la atrofia muscular espinal en niños y niñas, están entre las huellas más sensibles de la presencia aquí de Entre Mares, sancionada años atrás por sus operaciones contaminantes.

Biachini explicó a la prensa que las altas concentraciones de arsénico producen daños a los sistemas respiratorio, digestivo y cardiovascular, al provocar gastroenteritis, desórdenes cardíacos, disfunción renal, anemia, neuropatía y anemia.

Entre Mares, está por retirarse del país y «las diferentes normas ambientales nacionales e internacionales exigen la implementación obligatoria de un plan de cierre que debe ser previamente revisado y autorizado por el Estado hondureño», indicó el fiscal especial del Ambiente, Aldo Santos.

El plan de cierre, precisó, no ha sido autorizado por el Estado hondureño; cualquier actividad en ese sentido está obligada a contar con la aprobación de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente, a través de su órgano técnico, la Dirección de Evaluación y Control Ambiental.

Pobladores del Valle de Siria reclaman que antes de retirarse de Honduras, la compañía minera, con operaciones desde 1981 en 23 mil hectáreas, debe dar cuenta por la contaminación en perjuicio de la salud humana y de los compromisos legales para enfrentar los efectos lesivos.

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