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Enero, el mes con más contagios y muertos en Honduras desde 2020

Tegucigalpa – Enero de 2021 se ha convertido en el mes con más contagios con COVID-19 en Honduras desde marzo de 2020, con más de 22,000 enfermos debido al relajamiento de la población en diciembre, y alrededor de 400 muertos, según fuentes sanitarias.

El estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) informó el viernes que, desde marzo de 2020, cuando se comenzó a expandir la pandemia, el país centroamericano registraba 3,575 muertos y 146,110 contagios.

Al cerrar 2020, el Sinager registró un acumulado desde marzo 122,763 contagios y 3,141 fallecidos.

En promedio, Honduras registró en 2020, en diez meses de pandemia, 314.1 muertos y 12,263.3 contagios mensuales.

Según los registros del Sinager, comparando las cifras de 2020, en lo que va de enero 23,347 personas se han contagiado con COVID-19, mientras que los muertos ascienden a 434, superando ambas cifras el promedio mensual de 2020.

En marzo de 2020, cuando fueron confirmados los primeros dos casos de contagios con covid-19, fallecieron al menos diez personas, según cifras oficiales del Sinager.

El relajamiento de la población ha disparado la pandemia

Las autoridades sanitarias afirman que el relajamiento de la población durante las fiestas navideñas y de fin de año ha sido la causa para que se hayan disparado los casos de muertos y contagios con una enfermedad que «llegó para quedarse».

Médicos que están al frente de la pandemia en los hospitales públicos comenzaron a advertir en noviembre que la incidencia de casos de la mortal enfermedad se dispararía hacia finales de ese mes porque muchos de los damnificados que dejaron las tormentas tropicales Eta e Iota, que fueron llevados a albergues, no estaban usando mascarilla.

Los dos fenómenos naturales dejaron en las primeras dos semanas de noviembre severas inundaciones y mucha destrucción a la infraestructura, con mayor incidencia en el norte y occidente del país, regiones que, además, registran desde 2020 una alta incidencia de contagios y muertes por COVID-19.

A raíz de las inundaciones, el Gobierno hondureño suspendió la circulación controlada de personas a mediados de noviembre.

Hasta entonces, por ejemplo, solo podían salir las personas cuyos últimos dígitos de su carné de identidad para los nacionales, y pasaporte en el caso de los extranjeros, terminaban en 1 y 2 el lunes, y así sucesivamente.

Luego vino un mayor movimiento, principalmente en la actividad comercial asociada a las fiestas navideñas y de año nuevo, por lo que los médicos y el Sinager reiteraron sus llamamientos a la población para que cumpliera con todas las medidas de bioseguridad recomendadas, lo que muchos hondureños no han hecho.

Madre de cuatro hijos dice que si compra mascarillas no comen

La pandemia de COVID-19 y los daños que dejaron Eta e Iota, también han disparado los índices de pobreza, flagelo que antes de las tres desgracias sufridas por el país ya afectaba a más del 60 % de sus 9.5 millones de habitantes.

Según fuentes de la empresa privada, entre la COVID-19 y las dos tormentas tropicales, alrededor de un millón de personas quedaron sin empleo.

La repercusión que han tenido la pandemia, Eta e Iota, se ve reflejada en bulevares y otras vías públicas de las principales ciudades, con miles de personas, entre mujeres y hombres, adultos, lo mismo que niños, pidiendo dinero y comida.

Muchos piden con mensajes escritos en cartones que muestran a los conductores de vehículos al detenerse cuando los semáforos están en rojo.

Muchas mujeres van acompañadas con varios de sus hijos, incluso hombres, mientras que otros niños lo hacen sin compañía de ningún adulto.

El la calle principal del barrio La Alameda, frente a las instalaciones de un organismo de planificación familiar, varias mujeres y hombres piden con sus hijos.

Una de esas mujeres, que se identificó solamente como Mercedes, dijo hoy escuetamente a Efe que pide con sus «cuatro hijos», de siete, seis, cuatro y dos años, porque es «madre soltera» y no tiene trabajo.

Mercedes llevaba puesta una mascarilla sucia, igual que dos de sus hijos, y cuando se le preguntó por qué los dos otros dos no la usaban, respondió: «si compro mascarillas para todos no comemos».

Añadió que la mascarilla, desechable, la lleva desde el viernes, y que «cuando la gente nos ayuda más, entonces compro mascarillas, pero primero debo darles de comer».

Mercedes no quiso que se le hicieran fotos, ni video sobre su situación y acusó a los periodistas de que «vienen a hacernos daño, hablando mal de nosotros los pobres».

Otras mujeres y hombres que piden en la misma calle, no quisieron dar declaraciones.

Un hombre dijo que respondía «si me das diez pesos» (lempiras, unos 40 centavos de dólar), mientras que otra mujer, que estaba junto a él, indicó: «le digo algo si me regala comida».

Uno de los hombres se mostró agresivo y dijo que están «cansados» de que los «saquen en la tele» y no les den ayuda.

Otros pobres, adultos y niños, en distintos puntos de la capital hondureña, ofrecen servicios de limpieza de parabrisas o venden cosas, y si los conductores les dicen que no, entonces piden dos lempiras (ocho centavos de dólar) «para comer».

A raíz de la alta incidencia de la pandemia, el Sinager informó hoy que se mantiene el toque de queda en todo el país de las 05:00 a las 20:00 horas locales (de las 11:00 a las 02:00 GMT), pero que en cuatro de los 18 departamentos del país, el sábado y domingo se restringe la circulación a cinco dígitos de su carné de identidad o pasaporte.

La nueva disposición restrictiva, que entrará en vigor el domingo, rige para los departamentos de Santa Bárbara, Cortés, Yoro y Atlántida, en el occidente, norte y Caribe del país, que son los de mayor incidencia con COVID-19.

El domingo solamente podrán circular las personas cuyo documento de identificación termina en 5, 6, 7, 8 y 9, según el Sinager. (ag)

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