Tegucigalpa (Proceso Digital/Por Ronald Ordóñez) – El enclave bananero durante la primera mitad del siglo XX, el paso del Huracán Mitch en 1998 y la creciente corrupción, arrastrada en los últimos 50 años, son hechos históricos en la vida de Honduras que en alguna medida han contribuido a los flujos migratorios internos y hacia el exterior.
Así lo expresan varios expertos consultados por Proceso Digital sobre la historia de la migración en el marco de los festejos del Bicentenario de la Independencia de Honduras de la Corona de España.
La migración existió siempre, pero al tratarse de un fenómeno multicausal contó con mayor relieve durante muchos acontecimientos que marcaron la historia de Honduras, reflexionaron.
Los entrevistados coinciden en tres grandes momentos de la migración y la emigración en Honduras: el enclave bananero que tuvo su mayor auge entre 1940 y 1970; el Huracán Mitch que devastó al país en 1998, y la corrupción, que se ha incrementado en las últimas dos décadas.
Enclave bananero
Para el experto en demografía poblacional, Manuel Flores Fonseca, quien cuenta con una tesis doctoral sobre la historia de la inmigración en Honduras, la misma se remonta desde el periodo precolombino (época anterior al arribo de Cristóbal Colón a América en 1492).
No obstante, alcanza relieve histórico con la instalación en la zona norte de Honduras de las empresas estadounidenses United Fruit Company, Standard Fruit Company y Cuyamel Fruit Company.
Durante este periodo, en el que Honduras inició la explotación del banano, muchos connacionales del interior emigraron al norte del país y hacia Estados Unidos, específicamente a Nueva Orleans, donde hoy se contabilizan más de 150,000 catrachos, haciendo de esta ciudad la comunidad de extranjeros más numerosa, dijo Fonseca a Proceso Digital.
«La historia del cultivo del banano se inicia con pequeños productores; sin embargo, sobresale el registro de la grandes corporaciones norteamericanas productoras de la fruta, siendo esta penetración en agricultura, producto de limitaciones del régimen de producción de los pequeños productores locales”, señaló Fonseca.Entonces, la demanda aumentaba, «el mercado se extendió y el escenario de la comercialización fue copado por grandes empresas con innovaciones administrativas, técnicas, de transporte y cuidado de la fruta», subrayó.
Pero es en 1920 que empiezan a llegar al país inmigrantes de Europa, entre alemanes, ingleses, judíos, palestinos, árabes y turcos, que se incorporan en algunas actividades productivas y en el comercio urbano.
Esos inmigrantes fueron desarrollando actividades y un poder económico secundario, con los alemanes en el sur y los árabes y judíos en el norte del país quien detalla que estos éxodos avanzan en el control del comercio local, así como de importaciones, exportaciones.
La caída de las exportaciones bananeras causada por la recesión mundial y brotes de epidemias del banano, afectaron la producción y generaron desempleo en esa actividad. Los inmigrantes entre las décadas del 30 y 40 alcanzaron las proporciones más altas con respecto a la población total en los censos de 1926 y 1930.
Los extranjeros representaban el 4.95 % de la población total, en los censos de 1935 y 1940 se acercan al 4 % y, aunque las nacionalidades centroamericanas eran mayoría, los europeos y estadounidenses representaron porcentajes importantes del total.
Los garífunas, grupo étnico que llegó a la costa del Caribe de América Central en 1797, después de ser desterrados de San Vicente, se ubicaron primero en Roatán, de donde después se fueron asentando en toda la costa nacional y luego en Belice, Guatemala y Nicaragua, donde han habitado desde hace más de 224 años, conservando su cultura, lengua y costumbres.
De estos asentamientos se deriva la migración garífuna a los Estados Unidos, lo que posibilitó la construcción de redes migratorias familiares hacia el norte a través del tiempo.
Ciudades como Nueva York, Nueva Orleans, Houston y Los Ángeles tienen una presencia significativa de migración garífuna, relató a Proceso Digital el demógrafo, quien actualmente trabaja en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
El Mitch gran puerta a la migración
El experto en el tema migratorio Ricardo Puerta señaló a Proceso Digital que el huracán Mitch es la gran puerta a la migración masiva en Honduras.
Para el año 1998 se calcula en cientos de miles los hondureños que residían fueran del país, cifra que se triplicó en un año, justamente después del paso del huracán Mitch, añadió.
Puerta destacó que no todos los hondureños migraron de forma irregular.
Destacó que el programa migratorio Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) permitió a más de 100 mil connacionales que residían en Estados Unidos obtener la documentación que los protegiera.
«Lo que abrió en Honduras la migración masiva fue un acto de la naturaleza, fue el Huracán Mitch en el año 1998», manifestó el sociólogo.
«El Huracán Mitch lo que provoca es la migración masiva hacia Estados Unidos, eso marca algo que persiste en el siglo XXI, son las migraciones masivas que ahora se traducen en caravanas», reflexionó Puerta.
El huracán Mitch es el fenómeno más poderoso y mortal que ha afectado a Honduras en toda su historia.
El TPS fue aprobado en 1998 como apoyo del Gobierno estadounidense en la reconstrucción de Honduras por los estragos causados por el huracán Mitch, y entró en vigor el 5 de enero de 1999.
Además de Honduras, Nicaragua también recibió el beneficio del TPS, ya que ambas naciones fueron golpeadas por el Mitch. El TPS fue aprobado durante el mandato de Bill Clinton.
Ese paraguas migratorio permitió a más de 100 mil hondureños ampararse, además de contar con un permiso de trabajo en EE.UU. y protegerse contra la deportación.
Este fue el primer flujo masivo de hondureños de forma regular hacia el país del norte; sin embargo, la oferta de trabajo y de protección contra la deportación también potenció la migración irregular.
La corrupción
De otro lado, la corrupción, que se traduce en inestabilidad política, es la raíz de las causas estructurales de la migración que en las últimas dos décadas cuadriplicó el número de migrantes hondureños, señaló a Proceso Digital el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso-Honduras), Rolando Sierra.
Sin embargo, a lo largo de la historia de la migración, la inestabilidad sociopolítica del país estuvo relacionada siempre a los movimientos migratorios masivos desde Honduras, pero en las últimas dos décadas esta problemática se acentuó en el país centroamericano.
«Esto se ha visto especialmente después de 2010, vemos que la situación sociopolítica de Honduras tiene este efecto donde la población está viendo como única alternativa la emigración», comentó.
Lo anterior también se evidencia con el incremento de hondureños solicitando asilo y refugio en diversos países del mundo, argumentó.
«Anualmente más de 20 mil hondureños solicitan refugio en México y esto tiene que ver con la inestabilidad sociopolítica del país», dijo Sierra, quien lamentó que en el presente siglo Honduras no ha logrado reducir los porcentajes de población en pobreza, condición en la que permanecen más del 70 % de los 9.5 millones de hondureños.
Con base en lo anterior, Sierra pidió a las autoridades mayor transparencia en el manejo de los fondos públicos para evitar que más jóvenes emigren por falta de oportunidades.
Sierra considera que es un conjunto de factores los que impulsan la migración irregular desde Honduras, pero que sin duda la corrupción es la raíz del problema, ya que ese flagelo se traduce en inestabilidad política que desata una serie de eventos como la falta de empleo y de generación de oportunidades, principal causa por la que miles de hondureños buscan una mejor vida en otro país.
«Obviamente, este tema de inestabilidad política y de falta de oportunidades, es lo que está llevando a los hondureños a emigrar», reflexionó.
Sierra advirtió que la tendencia hacia la migración continuará en Honduras por los siguientes años a causa de la inestabilidad política. El experto prevé que en el año 2035 se contará con la mayor cantidad de migrantes hondureños.
Un reflejo del aumento de la migración son los movimientos por goteo que evolucionaron con las caravanas de migrantes, puntualizó. (RO)