Por Alberto García Marrder, especial para “La Tribuna” y “Proceso Digital” de Tegucigalpa. Y para “El País” de San Pedro Sula, Honduras.
He publicado exclusivas periodísticas en varios periódicos, pero solo me ha impactado, cuando a uno de esos, ”Pueblo” de Madrid, lo cerraron en 1984. Fue mi verdadera Escuela de Periodismo y algunas de sus estrellas fueron mis mentores.
Duró apenas unos 20 años. Pero ese vespertino, “Pueblo” (1965-1984), creó la mejor escuela de periodismo de la España bajo la dictadura franquista. Pertenecía a los Sindicatos verticales oficiales, pero era, en realidad, un periódico que sabía eludir la censura de entonces.
Todo esto viene a cuento porque acaba de publicarse en Madrid la fascinante historia de “Pueblo” por el periodista Jesús Fernández Úbeda, bajo el título de “Nido de Piratas”.
Los mejores periodistas y escritores de ahora, surgieron de esa redacción en la calle Huertas 73, donde también había una whiskería, cuyos clientes principales eran miembros de la redacción. Siempre en la madrugada, tras el cierre a las dos de la mañana.
El gran jefe era su director, Emilio Romero, y su redacción estaba llena de falangistas, liberales, de extrema izquierda, comunistas y anarquistas que escribían de maravilla y tenían un olfato periodístico, a pesar de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).
Uno que había venido desde Honduras a estudiar periodismo en Madrid y Londres, también quedé imbuido en aquel ambiente de “Pueblo”. Y hasta firmé una portada, la primera página con letras rojas gigantes que todos los redactores se peleaban por ocupar cada día.
No por un día. Por cinco días consecutivos y a doble página, una serie bajo el título LOS RUSOS SE QUEDAN EN EL MEDITERRANEO, que escribí a dúo con mi amigo y colega Felipe Mellizo, una de las estrellas de “Pueblo”.
Él escribió tres capítulos y yo dos, y no sé por qué, solo salió mi firma y no de los dos. Me presentaban como miembro del Instituto de Estudios Estratégicos de Londres, lo cual era verdad.
El título del libro es muy apropiado ya que en esa redacción había de todo. “Pueblo” era vespertino y llegó a tirar unos 300,000 ejemplares diarios, siempre con sus portadas de títulos grandes.
De “Pueblo” salieron Arturo Pérez-Reverte, el novelista autor de más de diez “Best Sellers”, incluido “La Reina del Sur” y “El Italiano”. Y Juan Luis Cebrián, ex director y fundador del diario “El País” de Madrid. Ambos son miembros ahora de la Real Academia Española de la Lengua.
“Era el oficio más duro, ingrato y más hermoso del mundo, al principio de los setenta, cuando no existían gabinetes de comunicación ni correo electrónico, cuando en “Pueblo” todo Cristo buscaba noticias como lobos hambrientos y se rompían los cuernos por firmar en primera página”, escribió Pérez-Reverte en el prólogo del libro “Nido de Piratas”.
También hay que mencionar a otros prestigiosos periodistas que salieron de Huertas 73: como “Yale” (Felipe Navarro), Jose María Carrascal (ex corresponsal en Nueva York) , José María García (“Butanito”) y Felipe Mellizo, mi mentor y amigo, ex corresponsal en Londres.
Entre las mujeres periodistas, a Carmen Rigalt, Rosa Montero, Pilar Narvión (en París) y Rosana Ferrero ( la novia oficial del director, según el libro “Nido de Piratas”).
Y tres foto-periodistas excepcionales, César Lucas, Raúl Cancio y Juana Biarnés.
El edificio de “Pueblo” tenía diez plantas e impresionaba.
En la quinta planta estaba la redacción, donde nadie tenía un escritorio fijo. Y si alguien lograba uno, lo mas seguro es que tenía en uno de sus cajones, una botella de whisky barato. Y en el día de la paga mensual, se jugaban el salario a las cartas, bridge o mus, con otros colegas.
Si recuerdo que cuando uno entraba a esa redacción, lo que más se escuchaba era el ruido incesante del traqueteo de las máquinas de escribir Olivetti y se olía el humo del tabaco negro, “Ducados” o los mas baratos, los “Celtas”.
En esos tiempos, no había internet ni aparatos electrónicos. Pero si un estupendo subdirector, Julio Merino, y redactores jefes que daban las pautas periodísticas y reclamaban cambios en los borradores.
El director, Emilio Romero, era muy estricto, pero leal con sus periodistas, a quienes patrocinaba siempre en sus portadas y ensalzaba sus andanzas periodísticas por todo el mundo.
Exigía Romero que siempre hubieran fotos de ellos al lado de los protagonistas de las noticias. Para demostrar que “Pueblo” estaba allí, al lado de la noticia.
Mi colega y amigo Felipe Mellizo, siguió al joven torero Manuel Benítez, “El Cordobés” en un maratón de 30 corridas por toda España en 1965. Y se metió en líos cuando, en Almería, comparó a las jóvenes de esa provincia con los melones.
Mellizo publicó en “Pueblo” que “las chicas de Almería son vivas y lozanas, como los melones de secano”, lo que provocó tal enfado, para que el Ayuntamiento de Almería lo declarara “persona non grata”.
Mellizo fue mi mejor mentor periodístico y murió de un infarto el 7 de julio del año 2000, a sus 67 años y con ocho hijos, cuando estaba solo en su casa de Villalba, en las afueras de Madrid.
Y “Pueblo” cerró por última vez, el 16 de mayo de 1984, por órdenes del gobierno español, en su afán de liquidar los medios de comunicación del Estado.