Estrasburgo (Francia)- El secretario para las relaciones con los Estados de la Santa Sede, monseñor Paul Richard Gallagher, defendió hoy en el Consejo de Europa «el papel que desempeñan las religiones en la construcción de democracias genuinamente participativas».
Gallagher, que destacó la necesidad de dedicar una «atención principal» a la libertad de religión y subrayó el papel del Consejo de Europa en la materia, expresó el apoyo de la Santa Sede al diálogo entre las autoridades civiles y religiosas.
El derecho a la libertad religiosa «indica el nivel de libertad de un país» y por ello un sistema autoritario «no acepta la libertad religiosa», estimó Gallagher, para quien dicha libertad es sinónimo del desarrollo de las sociedades democráticas.
El ministro de Exteriores del Vaticano habló así en el seminario «Construir juntos sociedades participativas: contribución al Encuentro de Sarajevo sobre la dimensión religiosa del diálogo intercultural», preparatorio de ese encuentro programado para septiembre.
Destacó, al respecto, que eventos de ese tipo permiten que las religiones debatan sobre los derechos humanos y que para el papa Francisco son ocasiones propicias «para un intercambio abierto y enriquecedor entre personas y grupos de diverso origen, tradición étnica, lingüística y religiosa».
El relator especial de la ONU sobre la libertad de religión, Heiner Bielefeldt, aseguró, por su parte, que la clave en la lucha contra los extremismos religiosos no es la moderación, sino «la apertura de espíritu y de corazón».
En este sentido, citó el caso de Sierra Leona, «un país pobre, con pasado complicado, donde cristianos y musulmanes cooperan para reconstruir el país».
Bielefeldt alertó, asimismo, sobre la estructura de religión de Estado, donde «hay una religión privilegiada, algo que todavía existe en algunos estados miembros del Consejo de Europa»
Desde 2008, los encuentros anuales sobre la dimensión religiosa del diálogo intercultural reúnen a líderes católicos, musulmanes, judíos, anglicanos, luteranos, ortodoxos, budistas y laicos, que discuten sobre la convivencia o la protección de minorías. EFE
