Brasilia– El presidente de la Primera Sala de la Corte Suprema de Brasil, Cristiano Zanin, abrió este martes la primera sesión de la fase final del juicio por golpismo contra el exmandatario Jair Bolsonaro y siete de sus antiguos colaboradores.
La sesión comenzó con la lectura de un acta del proceso, tras lo cual Zanin le pasará la palabra al magistrado Alexandre de Moraes, quien actúa como relator y presentará un resumen del caso y de las acusaciones que enfrentan los ochos reos, que, según calculan fuentes jurídicas, pueden suponer penas de hasta unos 40 años de prisión.
Bolsonaro, de 70 años y quien está en prisión domiciliaria, ha alegado problemas de salud y no ha solicitado la autorización que requeriría para asistir a la primera audiencia, que según sus familiares pretende acompañar por la televisión.
El único reo presente en esta primera sesión es el general de la reserva Paulo Sergio Nogueira, quien fue ministro de Defensa durante la gestión de Bolsonaro. Los otros acusados serán representados por sus abogados.
Tras el informe presentado por De Moraes, se pronunciará el fiscal general, Paulo Gonet, quien tendrá un plazo de dos horas y justificará los cargos que ha formulado el Ministerio Público sobre la base de investigaciones realizadas por la Policía Federal.
Luego será el turno de las defensas de los ocho reos, entre los que figuran exministros y antiguos jefes militares, cada uno con una hora de tiempo, y el juicio quedará listo para una sentencia que debe ser dictada la semana próxima.
Los acusados que serán juzgados en esta fase integraban lo que la acusación califica de «núcleo» de una trama golpista que, tras las elecciones de octubre de 2022, fue urdida por el líder de la ultraderecha con el objetivo de mantener el poder, según sostiene la Fiscalía.
Bolsonaro aspiraba a la reelección y fue derrotado por el actual mandatario, el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, pero se negó a reconocer el resultado de las urnas.
Según la Fiscalía, el ultraderechista alentó violentas protestas y bloqueos de carreteras por parte de camioneros, todo en el marco de una conspiración destinada a impedir la investidura de Lula.
Ese movimiento incluyó campamentos de activistas ultras frente a la puerta de numerosos cuarteles del Ejército, en los que se pedía abierta y públicamente un golpe de Estado.
De acuerdo a la Fiscalía, todo eso desembocó en el violento asalto a Brasilia del 8 de enero de 2023, una semana después de la investidura de Lula, cuando miles de bolsonaristas ocuparon y depredaron las sedes de la Presidencia, el Parlamento y la propia Corte Suprema, en la que será celebrado el juicio.
La Primera Sala del Supremo, a cargo del proceso, ha reservado para la fase final del juicio las sesiones de este mismo martes y del miércoles, y prevé continuar las audiencias los días 9, 10 y 12 de septiembre. EFE