Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – El año 2024 ha iniciado con un listón de duelo para las mujeres hondureños. Al menos una ha sido asesinada de forma cruenta cada día. Los reportes de la prensa nacional que desmenuzan los acontecimientos dan escalofríos.
Estos son crímenes en los que no se respetan edades, afectan desde las niñas hasta las ancianas. Lo peor aún, nadie parece hacer nada. La justicia se embelesa con casos mediáticos y las defensoras humanitarias escasamente alzan su voz, muchas contemplan la realidad silenciosamente.
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La primera encuesta nacional sobre violencia contra la mujer en Honduras revela un país en donde este fenómeno ha marcado a las mujeres desde su infancia a tal grado que la ven “tan normal” que no la denuncian, así lo destaca la primera encuesta nacional de su tipo realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), al presentar un rostro del país que evidencia la indefensión de las mujeres, su gallardía y el silencio que potencia a los impunes.
Esta primera encuesta aborda las diversas facetas de la violencia contra la mujer, se centró en los municipios que reportan el mayor número de casos, sin dejar de lado el resto del país, es un trabajo que ahonda en las causas, analiza el estado de las leyes y los esfuerzos del país por tratar de dar respuesta en su legislación e institucionalidad a un problema que azota a este grupo poblacional bajo un silencio justificado por el miedo y la impunidad.
Una de cada dos mujeres de 15 años o más han experimentado algún tipo de violencia en algún momento de su vida, representando un estimado de 1,8 millones de personas de un total de 9.6 millones de personas que conforman la población de hondureños. De ese total poblacional, el 51 por ciento son mujeres.
La población de hondureños de 15 años o más se estima en 6,7 millones, de los que 3,4 millones son mujeres. De esos 3,4 millones, más de 1,8 millones reportan haber sido víctimas de la violencia. Una de cada cinco mujeres de 15 años o más también manifestó haber experimentado violencia en los doce meses previos al levantamiento de la encuesta.
Las mujeres encuestadas han experimentado en su mayoría violencia psicológica en el ámbito de la pareja o expareja, seguido de violencia física, violencia patrimonial y/o económica, así como violencia sexual. Y los datos siguen golpeando al país con rostro de mujer: una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia a lo largo de su vida por parte de su pareja, psicológica, física, sexual, patrimonial y/o económica.
Víctimas de todas las violencias
La violencia que sufre la mujer se refleja con mayor intensidad en las áreas urbanas 57.6% y 45.7 % en las zonas rurales. Ello refleja que las féminas a lo largo de su vida han sido víctimas de las distintas formas de violencia, como si se tratara de una estrategia no escrita de “amansamiento”. Las ciudades que son más hostiles a las mujeres son San Pedro Sula, en el norte, y el Municipio del Distrito Central donde se encuentra la capital de Honduras. Le siguen municipios priorizados como líderes en la violencia contra las mujeres como La Ceiba, Comayagua, Choloma, Gracias, Danlí, El Progreso, Olanchito y Juticalpa; luego el resto del país. La violencia contra las mujeres parece haberse convertido en “algo natural”.
En San Pedro Sula, para el caso, el 68.8 % de las mujeres consultadas dijeron haber sufrido violencia a lo largo de su vida, el 32.2% en los últimos doce meses previos a la encuesta; en tanto en el Distrito Central el 58.2% ha sufrido violencia toda su vida y el 30% en los últimos 12 meses.
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En los ocho municipios priorizados para el estudio, las mujeres que han reportado violencia a lo largo de su vida es un porcentaje del 55.3% y en los últimos 12 meses ese porcentaje fue del 24%. Los datos de la encuesta del INE reflejan la hostilidad del país hacia las mujeres que son la mayoría de su población y generalmente las jefas de hogar y de la familia. Sus cifras presentan una radiografía de país que parece haberse “normalizado” ante este tipo de patrones.
Tan así que el trabajo del INE revela que 9 de cada 10 mujeres aceptan que no denunciaron la violencia que han sido objeto o buscaron ayuda ante situaciones de violencia, porque estimaron que “se trató de algo que no tiene importancia”. Y quienes se atrevieron a denunciar los hechos lo hicieron generalmente ante la Policía Nacional y en los Juzgados.
Otras indicaron que no denunciaban porque no sabían a dónde acudir, por miedo o temor a las consecuencias y represalias o por pena, por vergüenza.
Al desagregar los tipos de violencia que han enfrentado las mujeres, se detalla que 40 de cada 100 mujeres han experimentado violencia psicológica, 26 de 100, violencia patrimonial y o económica, 24 de 100 reporta haber sido objeto de violencia sexual, y 18 de cada 100 mujeres ha sufrido violencia física.
Un continuum de violencia
Los ámbitos en donde se produjo las distintas formas de violencia hacia las mujeres fueron en el ámbito público con 40.1%; el laboral con 31.9%, educativo 16.8% y el comunitario 20.9%.
El continuum de la violencia contra las mujeres y niñas en el país en el ámbito del abuso físico se caracteriza por empujones, bofetadas, puñetazos, lanzamiento de objetos, asfixia, uso de armas hasta el homicidio, suicidio y el femicidio. En el ámbito verbal y emocional las principales características son insultar, criticar, ignorar, gritar, aislar y humillar. En tanto, el abuso sexual se caracteriza por contacto físico no deseado, insultos, acusaciones falsas, sexo hiriente, violación.
Ese desgrane de la violencia contra las mujeres que efectúa la encuesta del INE en asocio con otras dependencias estatales y de cooperación, representa un aporte significativo para el impulso de políticas públicas más efectivas que contribuyan a desmontar esa percepción entre las mujeres y la sociedad que la violencia es un “hecho normal” que no vale la pena ser denunciado.
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Revela la encuesta también el creciente fenómeno de la violencia en línea contra las mujeres, indicando que son las mujeres del área urbana las que más expuestas están a la violencia digital.
Este primer esfuerzo plantea también los desafíos que enfrentan al respecto desde el gobierno y el Estado mismo, pues apenas 3 de cada 10 mujeres dice conocer las leyes que protegen los derechos de la mujer, siendo la ley contra la violencia doméstica la más socializada.
Las mujeres que más han sufrido violencia son las divorciadas, seguida de las separadas, las solteras, las que están en unión libre, las casadas y las viudas. La violencia contra las mujeres también revela que no importa el nivel educativo, pues la sufren y viven quienes tienen educación básica, las de educación media y hasta las de educación superior. Son las cifras que ofrece el país y la historia de las mujeres marcadas por la violencia. (PD)
