San Salvador – La Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador aplica una veda de armas de fuego en la capital del país como medida de seguridad previa a los comicios presidenciales del 3 de febrero, informó este viernes un portavoz del cuerpo de seguridad.
«No se trata de desarmar a la población, sino de establecer los lugares donde una persona no puede portar su arma de fuego», dijo el subcomisionado Miguel Ángel Guerrero, de la Subdirección de Seguridad Pública de la PNC.
El oficial señaló, sin precisar la fecha de su comienzo, que dicha veda de armas está vigente «en sitios públicos» de la capital.
Apuntó que la prohibición de portar armas, norma establecida por decreto del actual gobierno, se extenderá, por solicitud de las alcaldías y en fecha no revelada, en los 50 municipios a los que da prioridad por el Plan El Salvador Seguro (PESS) y que históricamente han registrados las cifras más altas de violencia.
Según Guerrero, la PNC salvadoreña tiene entre sus filas a más de 1.200 agentes «adiestrados» para aplicar la veda da armas de fuego en estos 50 municipios, que también poseen presencia de las pandillas.
Un estudio del Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME) de EE.UU., publicado en agosto pasado, señala que «El Salvador registró la tasa de mortalidad acumulada más alta relacionada con armas de fuego a nivel mundial» entre 1990 y 2016 con 39,2 muertes por cada 100.000 habitantes.
La cifra de personas asesinadas con armas de fuego en este país en 2018 llegó a 2.598, dato que representa aproximadamente el 78 por ciento de las 3.340 muertes violentas computadas en ese año.
En las elecciones presidenciales del 3 febrero competirán Hugo Martínez, del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN); Carlos Calleja, con la Alianza Republicana Nacionalista (Arena); Nayib Bukele, por la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y Josué Alvarado, con el partido Vamos.
Sondeos difundidos por diversas casas encuestadoras colocan a Bukele como el líder en la intención de voto, seguido por Calleja y Martínez.
Se trata de la sexta elección presidencial desde la firma de los Acuerdos de Paz, que pusieron fin a doce años de guerra civil (1980-1992), y a la que están convocados 5,2 millones de electores.
