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El PSG apusta por la serenidad frente al abismo

París.– En vísperas del crucial duelo contra el Manchester City para las opciones de supervivencia europea del París Saint-Germain en Liga de Campeones, el club de la capital francesa ha adoptado una nueva estrategia: la serenidad frente al abismo.

Frente a su política en pasadas campañas, cuando elevaban el tono y tensaban la vida cotidiana del equipo hasta el punto de crear nerviosismo, el colectivo de Luis Enrique afronta esta situación crítica con la misma actitud que lo haría con cualquier otro partido.

Sin campaña del club en redes sociales calentando el duelo contra los de Pep Guardiola, que, aunque menos, también se la juega, sin declaraciones de sus principales responsables, el PSG ha cambiado el planteamiento del partido.

Una muestra más de que los franceses quieren borrar el perfil de escuadra altisonante para convertirse en un club en el que el equipo es la estrella y su entrenador el fiel reflejo del estado de ánimo con el que afrontan cada duelo.

La sensación generalizada es que incluso si por vez primera desde la llegada de los cataríes en 2012 el PSG se quedara fuera de los octavos de final de la competición, ni Luis Enrique ni la línea adoptada desde su llegada al banquillo van a sufrir cambios.

Varios medios franceses aseguran que el técnico firmó su renovación hasta 2027 justo antes del partido contra el Arsenal en octubre pasado, aunque no se ha hecho oficial por el momento.

El reciente fichaje del georgiano Khvitcha Kvaratskhelia, una petición expresa del entrenador, abunda en la teoría de que su puesto no peligra por ahora.

El discurso del entrenador se inscribe siempre en un contexto a largo plazo y no en la posible eventualidad de quedar fuera de Europa a las primeras de cambio, tras haber ganado sólo dos de los seis primeros partidos europeos.

Con 7 puntos, ocupa el puesto 25, el primero de los que están provisionalmente eliminados, a falta de las dos últimas jornadas. Ante el City en el Parque de los Príncipes necesita la victoria para no afrontar en posición todavía más dramática el último duelo en Stuttgart el 29 de enero.

Luis Enrique repite una y otra vez que su equipo está en trayectoria permanente de mejora, como pone de manifiesto la serie de diez partidos sin derrota, aunque el juego del equipo haya dejado en ocasiones mucho que desear.

Sin rival en la liga francesa, donde cuenta con un colchón de nueve puntos con respecto al segundo, el Olympique de Marsella, el técnico ha conseguido también apaciguar las polémicas que hace unas semanas había en el seno del vestuario y llega a este momento importante de la temporada sin oposición interna.

Durante la reciente gira en Catar, donde conquistó la Supercopa frente al Mónaco, el conjunto francés aprovechó para afianzar la cohesión interna del vestuario.

Las pocas voces que cuestionaron su autoridad parecen ahora acalladas y desde Doha, donde se decide en definitiva el futuro del club, el mensaje de continuidad no puede ser más contundente.

El presidente, Nasser Al-Khelaifi, efectuará una última visita a la ciudad deportiva, pero no se espera que para lanzar un discurso particular, sino para mostrar el respaldo de la entidad al trabajo en curso. EFE/ir

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