Madrid– La figura del papa Francisco, quien ha fallecido este lunes a los 88 años, ha sido a lo largo de su pontificado objeto de desinformación que en algunos casos buscaba dibujarle como un peligro para las tradiciones de la Iglesia Católica y, en otros, utilizaba su imagen para defender postulados de la doctrina eclesiástica.
En numerosas ocasiones, su postura y sus reformas, a las que se opuso siempre el área más ultraconservadora de la Iglesia, han sido tergiversadas en redes en un intento de presentar a Francisco como un papa radical al servicio de una «agenda globalista» que quiere acabar con la cultura occidental.
Un papa doblegado a las élites
En pleno auge de la inteligencia artificial, en redes se viralizaron unas imágenes del pontífice, generadas con estas herramientas, en las que aparecía saludando a un «sacerdote satánico».
«Católicos critican al papa Francisco por haber saludado a un sacerdote satánico en Bérgamo», aseveraban algunos usuarios que, pese a los fallos de las imágenes, las difundieron como reales.
Asimismo, las redes han vinculado al papa con viejas teorías de la conspiración para acusarle de imponer, dentro y fuera de la Iglesia Católica, los preceptos de la élite globalista a la que, según estos mensajes, sirven personajes tan dispares como los multimillonarios Bill Gates o George Soros o los Illuminati.
En foros estadounidenses surgió este año la falsa afirmación de que Francisco había pedido la creación de un «gobierno global» para someter a la población, una afirmación que cruzó fronteras y circuló en diversos idiomas.
En realidad, esos mensajes tergiversaban el discurso del papa por el Día mundial de la Paz, en el que hizo un llamamiento a los países ricos a condonar las deudas de los Estados pobres y a desarrollar una “nueva arquitectura financiera, que conduzca a la creación de un Documento financiero global, basado en la solidaridad y la armonía de los pueblos”.
Su mensaje, lejos de pedir la implementación de un “gobierno mundial”, volvía a ahondar una vez más en el compromiso de Francisco con los más desfavorecidos.
Reformas inexistentes o manipuladas
Gran revuelo causó la decisión del papa de que los sacerdotes pudieran bendecir a parejas «en situación irregular» o del mismo sexo, lo que llevó a numerosos internautas a afirmar falsamente que la Iglesia había legalizado las bodas homosexuales.
Poco antes de esta medida, se viralizaron mensajes que decían que Francisco había instado a “las mujeres europeas” a reproducirse con “inmigrantes musulmanes” para “combatir la baja tasa de natalidad”, unas declaraciones que los usuarios difundían como prueba de la existencia de la teoría del «Gran reemplazo», la cual defiende que los gobiernos europeos impulsan políticas para sustituir la población autóctona por personas de África y países árabes.
Estas publicaciones tergiversaron una entrevista al diario católico francés La Croix que Francisco concedió en 2016 y en la que señaló la importancia de integrar a los inmigrantes que llegan a Europa, sin mencionar nada acerca de que las mujeres deban reproducirse con «inmigrantes musulmanes».
En la misma línea, otros contenidos viralizados en redes sociales en estos años han acusado al papa de «cancelar» la Biblia e intentar sustituirla por un «nuevo libro sagrado» o de cambiar la festividad de la Navidad por la «Fiesta de la Paz».
Su enfermedad, último ejemplo de desinformación
Por otro lado, la desinformación también utilizó su figura para ensalzar los valores cristianos. Así, las pasadas Navidades circuló un vídeo cuyo audio fue manipulado con inteligencia artificial para atribuirle falsamente unas declaraciones sobre «el verdadero sentido de la Navidad», en las que reivindicó a Jesucristo frente a Papá Noel.
El ingreso hospitalario del papa fue el último caso de desinformación sobre el pontífice que EFE Verifica detectó y desmintió. Entonces, en redes se viralizó una supuesta imagen de Francisco dentro del hospital Gemelli de Roma, en el que ingresó el 14 de febrero a causa de una neumonía bilateral.
En la imagen aparece el papa Francisco vestido con una sotana y solideo blanco, recostado en una camilla con un respirador que cubre su boca y nariz.
Las diversas inconsistencias que presenta la imagen —con fallos en texturas y formas— no impidieron que se diseminara por distintas redes sociales, una muestra del potencial de las herramientas de inteligencia artificial para generar desinformación. EFE/ir