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El nombre de (la) rosa

Por: Pedro Gómez Nieto

Así se titula una novela de Umberto Eco publicada en 1980 que nos sumerge en la oscura Europa del siglo XIV.

La información, el saber, encerrado en las bibliotecas de abadías y monasterios, era custodiado y monopolizado por la iglesia católica. Hoy día la información es un derecho humano. Los medios de comunicación necesitan acompañar la noticia con imágenes, cuanto más impactantes mayor credibilidad tendrán los hechos. Pero esto viene de lejos… Observemos el comportamiento del discípulo Tomás, del evangelio de Juan 20:24: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»

Al día siguiente de la detención de Rosa de Lobo, exhibida en los informativos esposada de pies y manos, un periodista de televisión se preguntaba en su programa político si la cobertura que le dieron fue la correcta o se extralimitaron al calor de la estampida emocional. Comparaba esa premeditada violación a la dignidad humana de una exprimera dama, con anteriores detenciones de capos del crimen organizado y depredadores del IHSS. En Juan 8:1, Jesús invita a los limpios de corazón a que arrojen la piedra contra la acusada, y los fariseos, teniendo la valentía de reconocerse pecadores, se alejaron para no convertirse en jueces y verdugos. En Honduras, sin pestañear, apedreamos a la esposa de un expresidente porque no hacerlo nos mostraría como estómagos agradecidos, alineados o corruptos. Esta sociedad tiene más hipócritas que botellines de cerveza, las apariencias son la argamasa de las relaciones sociales. Somos peores que los fariseos del evangelio. El periodista mostraba su impermeable, por si llueve…

Hace semanas, Rosa se presentó voluntariamente con su abogado ante el MP, para colaborar con las autoridades en cualquier investigación abierta contra su persona. Las autoridades la engañaron. Si las investigaciones estaban sustanciadas ¿por qué no la detuvieron entonces? Si no lo estaban ¿por qué una vez concluidas no la citaron para detenerla? No, había que exhibirla de forma ignominiosa para mostrarle al “señor de los anillos” los buenos súbditos que tiene. ¿Por qué en el allanamiento del domicilio y detención participaron dos autoridades extranjeras? ¿Quién lo autorizó y bajo que soporte legal? ¿Por qué aseguran el domicilio familiar si fue comprado legalmente por su marido muchos años antes de los hechos que se le imputan?

Se ha construido un caso mediático mezclando verdades con mentiras que no resiste una investigación seria. No habiendo sido funcionaria la exprimera dama ¿cómo se le pueden atribuir delitos que solo pueden cometer los funcionarios? Si un juez, conocedor de la ley, razona que ser la esposa del presidente de la republica la convierte automáticamente en funcionaria, está prevaricando, así de sencillo, porque no puede sustentar lo que dice en base a ley, abusando de su autoridad. Las verdaderas razones terminarán por subir a la superficie como lo hacen los cadáveres cuando se descomponen. Cualquier fin loable queda contaminado si se utilizan medios ilegales para alcanzarlo.

Días antes, determinadas personas del entorno gubernamental se desplazaron a EEUU para reuniones con autoridades de la OEA, Departamento de Estado… En la secuencia de acontecimientos se produce la renuncia de Jiménez Mayor por desavenencias con Luis Almagro que le acusa de incompetente. Mayor le señala por actos de corrupción dentro de la OEA. Ante los medios exponen el contenido de sus bolsas de basura. Almagro necesita fortalecer la OEA ante la comunidad internacional, la MACCIH es una apuesta personal que debe justificar ante los países que aportan dinero para financiarla. También busca elevar perfil para consolidar sus aspiraciones políticas en Uruguay. El propio cargo que ostenta era un objetivo de Jiménez Mayor. “Quid pro quo”, tú me das yo te doy…

En ese contexto “el nombre de (la) Rosa” se coloca encima de la mesa. “Cinco personas tomaron la decisión de entregar a mi Rosa”, le dijo el expresidente Lobo a Edgardo Melgar en 30/30. “Ella puede haber cometido alguna falta administrativa, pero nada de lo que se le acusa es cierto”, comenta. Cinco personas arrojaron a los tiburones mediáticos una víctima propiciatoria para contentar al “señor de los anillos” y darle circo al populacho, sin visualizar que cuál boomerang regresará el día de la siega nacionalista… Como profetizó el expresidente Lobo leyendo el poema de Martin Niemöller: “…ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde”.

No se fortalece la democracia permitiendo que la ley violente derechos humanos de personas que ampara la Constitución. Por años hemos guardado silencio ante la corrupción y el corrupto, ahora lo seguimos haciendo ante los abusos que los operadores de justicia cometen para erradicar esa gangrena nacional. Si permitimos y aplaudimos que la ley sea injusta no somos mejores que los delincuentes que tratamos de combatir. 

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