Tegucigalpa – Dos hechos violentos que causan escalofrío y mueven las fibras humanas de todos los hondureños se han suscitado en las últimas horas, una familia asesinada en Olancho y un periodista es atacado en Comayagua, quien posteriormente falleció en la capital, pero lo más condenable es que estos sucesos son frecuentes en el país.
“Ay señor… Dios mío Ayúdenme… Ayúdenme, Señor, me acaban de disparar señores… Ayúdenme por favor… ocupo una ambulancia me estoy desangrando hayyy”. Qué ser humano no puede conmoverse ante un desgarrador llamado como fueron las últimas palabras públicas que pronunció el periodista Luis Almendares, al pedir ayuda tras recibir tres impactos de bala.
Y es que sin duda alguna Honduras se desangra, ante la impotencia de sus ciudadanos y la falta de resultados contundentes de parte de las autoridades, horas antes de este hecho lamentable que terminó con el fatal desenlace de la muerte del periodista Almendares, en la comunidad de San Fernando, Patuca, departamento de Olancho se derramaba la sangre de tres personas de una misma familia.
Este cruel suceso, se contabiliza como la tercera masacre en apenas 72 horas, las víctimas eran una pareja de esposos, de la tercera edad Francisca Aracely Zavala Almendares (70), de oficio maestra; José Antonio Teruel (72); y Marco Tulio Zavala Almendares (68), un ganadero hermano de la docente.
Sin ningún respeto por la vida, dos sujetos dispararon sus armas en contra de los tres ciudadanos, y un elemento que se agrega y que podría sumar a la hipótesis de muerte es que Francisca y Marco Tulio eran hermanos del juez Onery Zavala, quien ejerce en Danlí, El Paraíso.
Honduras uno de los países más peligrosos para el ejercicio periodístico
Entre 2001 y 2020 en Honduras han sido asesinados más de 80 periodistas, y según el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (Conadeh), y el 97 por ciento de los casos han quedado impunes hasta ahora.
Según la suma de medios de comunicación para ser más exactos a la fecha suman 87 crímenes contra periodistas y comunicadores.
Ya este año la criminalidad había sorprendido al gremio periodístico con el doble homicidio del periodista hondureño Germán Vallecillo y el camarógrafo Jorge Posas, quienes fueron asesinados a tiros, el miércoles primero de julio de este año, en plena pandemia, en la ciudad de La Ceiba, a unos 280 km al norte de Tegucigalpa en el Caribe de Honduras.
El ejercicio del periodismo, según el presidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), Dagoberto Rodríguez, se ha vuelto «hostil» en Honduras.
Y tras el nuevo asesinato de un profesional del periodismo el Colegio se pronunció en sus redes sociales en Twitter se lee. “El Colegio de Periodistas de Honduras condena el vil asesinato del licenciado en periodismo Luis Alonso Almendares y exige a los cuerpos de investigación del Estado una investigación exhaustiva para llegar hasta los responsables. ¡¡NO SE CALLA LA VERDAD MATANDO PERIODISTAS!!
La versión de que Honduras es uno de los lugares más peligrosos del mundo para ser periodista, la confirman varios organismos nacionales e internacionales.
Para el caso según un informe publicado por el Instituto Internacional de Prensa (IPI), la cifra de periodistas asesinados convierte a Honduras en el segundo país más letal para un reportero, y más peligroso que algunas zonas de guerra.
De acuerdo con el IPI, estos asesinatos son el resultado de una combinación mortal: Narcotráfico, debilidad institucional y corrupción endémica. Los periodistas que investigan o informan críticamente sobre cualquiera de estos problemas se enfrentan habitualmente la amenaza de ataques, amenazas de muerte y asesinatos.
En el caso más reciente que nos ocupa, el asesinato de Luis Almendares, de momento las autoridades informan que investigan, mientras trasciende que una de las últimas publicaciones de “Luisito” como se le conocía popularmente podría estar ligado con el hecho.
Se trata de un video que hace unos días el periodista había publicado en su cuenta de Facebook, el mismo lo encabeza con un titular – así matan en Honduras desde un vehículo con luces.
Además de esta publicación era un constante denunciante en su profesión y al parecer ya el periodista había sido víctima de amenazas.
Algunos de los últimos hechos violentos que acabaron con la vida de miembros de la prensa
El Instituto Internacional de Prensa (IPI), hace referencia que en 2019, cuatro periodistas hondureños probablemente fueron asesinados por hacer su trabajo. En marzo, el periodista y presentador Leonardo Gabriel Hernández, crítico de autoridades locales y regionales, fue asesinado a tiros en Nacaome.
En agosto, el periodista de televisión Edgar Joel Aguilar, fue asesinado a tiros dentro de una barbería en Copán. Tres meses después, el presentador de radio de 73 años Buenaventura Calderón, crítico en su profesión, fue abatido a tiros frente a su casa en Puerto Lempira.
Ya a finales del 2019 justamente el 25 de noviembre se recuerda el asesinato del periodista de televisión José Arita, quien fue liquidado a tiros poco después de abandonar su oficina del Canal 12 en la ciudad de Puerto Cortés.
Pero además de que Honduras tiene una de las tasas de muertes más altas de periodistas, también tiene una de las peores tasas de impunidad por el asesinato de periodistas. Según C-Libre y del CPH de todos los asesinatos solo siete han sido resueltos por las autoridades.
Esfuerzos ineficaces
De acuerdo con datos estatales se hacen esfuerzos y en losen los últimos años se han reforzado el sistema judicial y la fuerza policial, y existe la Ley de Protección para las y los Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia.
No obstante, organismos de Derechos Humanos y el CPH, reconocen que si bien son esfuerzos y pasos, al parecer estos se han quedado más en papel porque no se ha visto mayor progreso.
En las últimas horas Dagoberto Rodríguez, dio a conocer que el CPH, ha tomado la determinación de retirarse del Mecanismo de Protección, por falta de resultados y voluntad, porque en las reuniones ni siquiera envían representantes de alto rango y la ausencia de los titulares de la Secretaría de Seguridad, Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh), Secretaría de Seguridad y Policía Nacional en el mecanismo de protección ha sido una constante.
Pero la falta de progreso en cuanto a las acciones en contra de criminalidad y la violencia en el país no es solo en el gremio periodístico hay otros gremios sumamente golpeados como el de los y en crimen general, ha bajado la tasa de homicidios, pero los índices siguen siendo altos.
La sangre de hondureños sigue corriendo y preocupa el incremento de los asesinatos múltiples, basta con dar un vistazo a las noticias de sucesos, solo en lo que va del 2020 se registran 36 masacres que dejan 133 hondureños muertos; y como si no fuera suficiente el luto colectivo por las muertes por coronavirus, tristemente se siguen sumando las muertes violentas, que mantienen un duelo permanente para la sociedad. (PD)