Lima – El artista peruano Ramiro Llona abraza el movimiento constante y la evolución en su obra, después de cinco décadas en el arte abstracto contemporáneo, se exhibe actualmente con un conjunto de pinturas al óleo y dibujos elaborados en los últimos 10 años, que se pueden contemplar en dos galerías de la ciudad del Cuzco y el Valle del Urubamba, en el sureste de Perú.
Llona (Lima, 1947) presenta la exposición ‘La Semilla’ con dibujos en técnica mixta en la galería de arte Mantay, en Urubamba; y pinturas al óleo en la sala de la misma galería en la ciudad del Cuzco, así como un libro catálogo dedicado a la exhibición.
«Yo tenía todos estos formatos pequeños, que eran parte de la casa, estaban junto a los libros, a los retratos… Realmente era como un diario íntimo, algo que nunca había sido pensado para exponer», cuenta Llona sobre el proceso de selección de las obras que forman parte de la exhibición, en una entrevista con EFE en su taller de la capital peruana.
«La muestra sobre papel, que es negra, son cosas muy densas» porque el dibujo en papel es «como el hueso del trabajo, lo más esencial», anota el autor formado, en artes plásticas en Lima y Nueva York.
Llona define la inspiración como una mezcla, como «un encuentro entre mi ser, mi presente, y lo que sucede en la tela».
El artista explica que nunca parte de «una idea preconcebida», ni de un boceto. «A mí me gusta que la pintura aparezca en el proceso de hacerla y entonces mi manera de pintar también siempre va a mostrar todo ese proceso como una memoria», expresa.
De «manchas» a personajes y formas
Las obras de Llona parten de «manchas de colores», luego empiezan a aparecer personajes, siluetas y «diálogos entre los personas, las formas, las texturas» y, al final, «ingresa la arquitectura para ordenar un poco el espacio», en base a su formación trunca como arquitecto.
Así, el artista presenta en esta exhibición obras como ‘El río’, ‘Al pie del volcán’, ‘La revelación’, ‘La mujer de Lot’ o ‘Espejismo’, que se nutren de otras formas de arte y también de la lectura de los libros que abarrotan su taller en Lima.
«Yo declaro la total libertad del espectador, no estoy en el asunto de generar mensajes; es un asunto de contemplación, de resolver mi existencia y cada uno se llevará lo que puede, lo que le es útil», comenta.
Llona destaca que lo maravilloso de su actividad es que «nunca está quieto por un instante», y reconoce que su pintura «ha ido evolucionando siempre» porque desde que salió de la escuela de arte le fastidiaba la repetición. «Yo estoy en el asunto de la gente que cambia permanentemente», afirma.
La urgencia de un intercambio
En ese sentido, Llona defiende la necesidad de tener un «urgente intercambio» con la actividad artística entre diversas regiones del país porque el mundo del arte es un «fiel reflejo» de la realidad del Perú.
«Siempre he sido un defensor muy vocal de esto, lo he reclamado, y cuando aparece esta oportunidad en el Cuzco, para mí es como cumplir un deseo», manifiesta.
A lo largo de su carrera, Llona ha realizado proyectos públicos como las pinturas murales en el Gran Teatro del Norte y en la sede del Banco Wiese Sudameris, en Lima, así como exposiciones individuales en Estados Unidos, España, Chile, Colombia, México, Canadá, Suiza y Alemania.
La galería de arte moderno Mantay, que acoge la nueva exposición de Llona en Cuzco y Urubamba, se define como una institución cultural dedicada a la difusión de la obra de grandes maestros del arte peruano, y que brinda apoyo a un hogar de madres adolescentes en situación vulnerable. EFE