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El «gran momento» de Armando de Castro, uno de los históricos del rock nacional

Mérida, .- Con casi 70 años, el compositor y guitarrista Armando de Castro, una de las figuras claves de la historia española del rock, se niega a bajarse de los barcos de la pubertad y de los escenarios sin dejar antes nuevos revulsivos musicales, como es ‘Big Time’, su último trabajo.

Cincuenta y siete años después de que se subiera a un escenario por primera vez en el antiguo colegio San Antón, mantiene el hambre por la música, esa musa que un día cogió de la mano como compañera de viaje vital al frente de muchos grupos, entre ellos ‘Barón Rojo’, con el que sigue recorriendo medio mundo con las botas limpias y como si no hubiera un mañana.

En su numantina labor de investigar, proponer, crear y ofrecer la música intrínseca que lleva en su cabeza y que transfiere a sus dedos, De Castro, quien reconoce que vive «un gran momento» personal y de composición -que da pie al título de su último disco-, ha dado un paso más y ha conformado un nuevo grupo, ‘ARMANDO DE CASTRO BAND’.

«Es un buen momento. Creo que es un trabajo que, si la gente lo logra llegar a conocer, que es el gran problema que vengo teniendo, puede significar algo diferente en mi carrera», remarca De Castro en una entrevista concedida a EFE con motivo del concierto de presentación de ‘Big Time’, que tendrá lugar este sábado en la Sala Silikona (Madrid).

‘Big Time’

La mítica Leonor Marchesi (Púrpura/Santa), el también incansable Paco Laguna (Obús) y el baterista Rafa Díaz (Barón Rojo) figuran entre los artistas invitados para acompañar a ‘Armando De Castro Band’, grupo que cuenta con David Pérez al bajo y David Gigo con las baquetas.

‘No more, ‘There’s something’, ‘Waiting for the big time’ y ‘You never kown’ son las cuatro canciones inéditas que conforman este disco, con claros guiños al rock de los 70′, rock progresivo y algunos tintes de rock sinfónico.

Es más, De Castro quiere reconocer con este trabajo «hecho con muchas ganas» a quienes fueron «sus padres» en el manejo de las cuerdas de acero, como Eric Clapton, Jimi Hendrix y Ritchie Blackmore, entre otros muchos.

«Gracias a ellos he crecido como guitarrista», afirma, no sin antes precisar que él siempre ha tenido su propio sello a la hora de tocar, tanto en Barón Rojo como en sus anteriores proyectos personales en Armando Rock y Black List. En estos dos últimos, el músico madrileño lamenta que no tuvieran el eco suficiente a pesar de las buenas impresiones recibidas desde el ámbito del rock.

Revulsivos

El hecho de que sean temas inéditos y que las letras sean inglés tiene su aquel. Lo primero, según defiende, es aportar en el camino de una más que necesaria «renovación» en el panorama del rock, pues todo «no puede seguir siendo ‘Highway to hell’, ‘Smoke on the water’ y unas cuantas canciones más» de toda la vida.

«Debemos intentar buscar una nueva generación de cantantes, de grupos y de canciones para revitalizar un poco el panorama del rock actual. Quizás falte el relevo para las grandes bandas que han llenado el panorama del rock en los últimos 40 o 50 años», remarca De Castro, quien invita a las nuevas generaciones del rock a intentar salir adelante con esfuerzo, dedicación y objetivos claros.

También es cierto, aclara, que los tiempos han cambiado con la digitalización, especialmente de las grandes plataformas musicales.

Inglés/español

El motivo por el que De Castro ha optado por el inglés a la hora de dar letra a las cuatro canciones es otorgar más protagonismo a la partitura y al trabajo constante y exigente de la guitarra, algo que en muchas ocasiones pasa de largo.

«Reivindico -lo hace en tono pausado- que una letra no tiene por qué ser algo trascendental; puede ser simplemente un vehículo que te ayuda a que una canción sea más digerible de escuchar, pero ya está». Recuerda que cuando comenzó a escuchar a The Beatles disfrutaba como nadie «de las ganas de vivir» que ofrecía su música, pues «no tenía ni pajolera idea de inglés».

«Me gustaba y me gusta simplemente porque es rock and roll», afirma, a la vez que advierte de que el día que lo considere volverá al español.

De Castro, que en su ADN lleva la introspección -personal y musical- y la improvisación como paso previo a la creación e interpretación, respectivamente, rehuye de mirar la edad de quienes aún tienen mucho que aportar.

«Mientras tenga la cabeza en su sitio y las ideas claras y frescas, seguiré funcionando a tope todo el tiempo que me lo permita la naturaleza». Un mensaje de intenciones para un músico que en una semana como esta de 1984 fue uno de los protagonistas de uno de los conciertos (discos) legendarios del rock, «Barón al Rojo Vivo».

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