«Debido a la militarización de la frontera los inmigrantes están pasando por los lugares más apartados, las rutas son más peligrosas y no vienen preparados», dijo a Efe María Eugenia Carrasco, de la Coalición de Derechos Humanos en Tucson.
«Hace mucho frío en las noches, porque el desierto tiene temperaturas extremas, muy caliente en verano y muy frío en invierto», explicó.
Según los activistas, los inmigrantes están cruzando por las partes altas de las montañas para evitar ser detectados por la Patrulla Fronteriza y esto hace más difícil encontrarlos cuando están perdidos o el cuerpo no responde para continuar el viaje que puede tomar días o semanas.
Por su parte, la Patrulla Fronteriza afirma estar lista para los rescates durante la temporada de invierno, época durante la que se reduce su número pero en la que se siguen viendo casos de deshidratación, pero también por hipotermia, debido a las bajas temperaturas.
«La gente debe saber que es imposible prepararse para cruzar un área como ésta, no hay mucha agua y la temperatura baja mucho en las noches», dijo Gerry Carrasco, paramédico del equipo de Búsqueda y Rescate de la Patrulla Fronteriza (BORSTAR).Leer nota.