Tegucigalpa – El gerente de Política Económica del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Santiago Herrera, manifestó su preocupación por el proyecto de presupuesto nacional, señalando que el gasto público continúa expandiéndose a un ritmo superior al crecimiento económico del país.
Herrera recordó que en la última década el presupuesto en términos reales se ha incrementado en un 63 %, mientras que la economía apenas ha crecido un 43 %. “El presupuesto crece más rápidamente que la economía. Entonces, ¿cómo se financia?”, cuestionó.
De acuerdo con el análisis del Cohep, el nuevo plan de gastos destina alrededor de 90,000 millones de lempiras en sueldos y salarios y cerca de 70,000 millones al servicio de la deuda. Esto significa que solo en esas dos obligaciones se consumen 160,000 millones de lempiras, mientras los ingresos tributarios proyectados ascienden a 186,000 millones. “Solo quedarían 26,000 millones para financiar medicinas, infraestructura, educación, seguridad y no queda nada más que cumplir con esa rigidez que ya tiene el gobierno”, explicó.
El economista advirtió además que, en lugar de reducir el tamaño del Estado, el presupuesto refleja un crecimiento del 8 %, más del doble de la expansión económica que estima el Banco Central para este año (4 %). “El crecimiento sigue lento. Crecer lo mismo todos los años no es dinamismo, es inercia”, sostuvo.
Entre los aspectos fiscales que generan mayor preocupación, Herrera mencionó la baja ejecución presupuestaria, la limitada inversión en bienes de capital —clave para impulsar la inversión privada—, y las crecientes deudas pendientes del Estado con diversos sectores. Según Cohep, el gobierno debe 38,000 millones de lempiras en deuda flotante, 20,000 millones en notas de crédito, 2,000 millones a empresas de construcción y 18,800 millones a las generadoras de energía hasta julio de este año.
En materia monetaria, Herrera señaló que Honduras debería haber acompañado la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir su tasa de política monetaria, como una forma de estimular el crecimiento. “Si bajamos la TPM y el encaje al último nivel que subieron, podríamos estar generando una baja en las tasas de interés y reactivar el crédito, que está estancado por dos factores: la tasa de interés y la incertidumbre”, puntualizó. LB