Tegucigalpa– Es muy importante que de inmediato se solucione el problema de las cámaras del 9-1-1 porque son una ayuda y registran lo que sucede en un lugar específico, dijo Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Es un problema que el número 9-1-1 esté fallando cuando se va al compás de los tiempos y de otros países que establecen la videovigilancia y que esté se vuelve un esfuerzo interinstitucional para hacerle frente a la delincuencia, agregó.
Ayestas, manifestó que dicha vigilancia se vuelve un problema de seguridad nacional, porque a través de estas cámaras se vigila personas y hay mucha información delicada, por lo que “es importante que el Estado sea quién lo administre que sea el dueño que no sean otros los que tienen la llave de las cámaras y de las llamadas”.
Las cámaras son una herramienta y las grabaciones además pueden usarse como pruebas de carácter legal en un delito, pero también sirven para que las personas se sientan seguras, ha mejorado el sentimiento de seguridad y se disuaden delitos como robos y asaltos en algunos lugares.
De momento se debe llegar a un acuerdo y solventar de inmediato el problema porque en estas cámaras se apoyan todos los cuerpos de socorro como La Policía Nacional, Cruz Roja, Cruz Verde y Cuerpo de Bomberos, indicó.
Por ello es urgente que se revise la contratación y haya un acuerdo o una resolución para que el Estado tenga la llave y no se siga pagando un contrato tan oneroso, porque se cae en el impago y se pone en riesgo la información de apoyo como lo que se está viendo en la actualidad, apuntó.
Las cámaras del 9-1-1 captan a diario muchos hechos ilícitos que son entregados a las autoridades para su investigación y en su mayoría terminan en operaciones de alto impacto.
Los videos del 9-1-1 se publican con fines educativos y para hacer conciencia en la población y jamás serán empleados para promover el odio, temor y morbosidad en la población. LB
