Leópolis (Ucrania) – Reunidos en un refugio antiaéreo, periodistas ucranianos y extranjeros debatieron los retos a la hora de hacer que, en el contexto de la guerra, las voces de Ucrania se oigan en todo el mundo, más allá de Occidente.
Más de 400 profesionales de los medios y del ámbito público, así como activistas, se congregaron en el Foro de Medios de Leópolis (oeste) entre el 25 y el 27 de mayo para abordar los desafíos de la cobertura de la defensa contra la invasión rusa.
Debido a los frecuentes ataques rusos con drones y con misiles, el evento tuvo lugar bajo tierra para evitar las interrupciones de posibles alarmas antiaéreas.
«Uno de los objetivos del Foro de Medios de Leópolis es abogar por Ucrania en los círculos profesionales internacionales. Por eso intentamos equilibrar la lista de hablantes e incluir no sólo a aquellos que la apoyan de forma incuestionable sino también a escépticos moderados», dijo a EFE Olga Myrovych, jefa de la ONG que organizó el evento.
«En Ucrania a veces pensamos que el mundo ya nos ha escuchado y sabe lo que está pasando aquí. Pero por desgracia, esto no es universalmente cierto», señaló y aludió a que muchas personas no tienen claro por qué lucha Ucrania y ven el conflicto como algo local, distante, entre rusos y ucranianos.
Sin embargo, agregó, para los ucranianos «es una guerra de la civilización contra la barbarie, por lo valores, la sociedad democrática, todo lo que hemos construido con tanta dificultad».
«Es importante que no haya un diálogo sobre Ucrania y sobre cómo poner fin a la guerra sin implicar a Ucrania. Uno de nuestros mensajes clave es que la paz solo es posible como triunfo contra el mal, no como una serie de compromisos con él», remachó.
Nataliya Gumenyuk, una conocida periodista ucraniana y fundadora del «Laboratorio de Periodismo de Interés Público», explicó a EFE que uno de los mayores retos es superar la percepción de que Ucrania es una «moneda de cambio» entre dos grandes potencias a nivel geopolítico.
«No creo que hablar a la audiencia extranjera sobre la guerra en términos geopolíticos, como se hace a menudo, sea útil, ya que tiene un efecto polarizante inmediato», reflexionó.
Esta percepción, según ella, desaparece en cuanto alguien llega a Ucrania y habla con los afectados. «Contar historias de interés humano ayuda a la audiencia a ver la realidad de la guerra de forma mucho más clara», dijo.
La organización de Gumenyuk acaba de lanzar un proyecto denominado «Uniendo Continentes» y dará la bienvenida la semana que viene a una delegación de siete medios procedentes de Argentina, Chile, Colombia, México, Nicaragua y Uruguay.
Les mostrará los efectos de la invasión rusa, llevando a periodistas y editores a localidades como Bucha e Izium y facilitándoles entrevistas con soldados, sanitarios y expertos, entre otros.
Gumenyuk alerta sin embargo en contra de dictar narrativas ucranianas a audiencias extranjeras. «Tenemos que preguntar qué quieren saber los periodistas y sus audiencias en América Latina sobre Ucrania», explicó.
David Stulik, exresponsable de prensa de la delegación de la Unión Europea (UE) en Ucrania, alabó la reciente iniciativa del Ministerio de Exteriores Ucraniano de reavivar el diálogo con los países africanos.
«Ucrania debería hablar con los africanos sobre descolonización y mostrar que los ucranianos también han pasado por este proceso tras el colapso de la Unión Soviética, controlada por Moscú», señaló.
Los participantes resaltaron la importancia de la labor de los periodistas sobre el terreno para mostrar y documentar los crímenes de guerra cometidos por Rusia.
«A pesar de todos los retos a los que se enfrenta ahora mismo el periodismo ucraniano, nunca ha habido un momento en el que estuviera más vivo que ahora. Nuestros periodistas han demostrado resiliencia y dedicación a su profesión en el momento más difícil», afirmó Olga Myrovych.
Según la Unión Nacional de Periodistas de Ucrania, por lo menos 59 profesionales de los medios han muerto en Ucrania desde el inicio de la invasión, 14 de ellos, tanto ucranianos como extranjeros, mientras ejercían su profesión. EFE