El Cubulero, Valle – Ubicada a 138 kilómetros de la capital hondureña y a unos pocos de El Salvador, la aldea El Cubulero, en el departamento de Valle, es un lugar de origen de la migración para cientos de hondureños y al mismo tiempo un punto ciego que es aprovechado por los miles de migrantes en tránsito por Honduras.
-Las remesas representan en la economía hondureña entre el 17 y 18% del Producto Interno Bruto (PIB).
-Las autoridades migratorias de Honduras han requerido en 2015 a más de 11 mil migrantes extranjeros mientras transitaban de forma irregular por el territorio hondureño.
– Mientras que miles de extranjero buscan llegar Honduras para continuar su ruta migratoria contrastantemente otros 100 mil connacionales la emprenden cada año.
Así lo confirmaron varios de sus habitantes a Proceso Digital y su web especializada en temas migratorios Departamento 19, medió que se trasladó hasta esta aldea perteneciente al municipio de Alianza en el sureño departamento de valle.
Los habitantes de esta pequeña aldea se dedican básicamente a la siembra y a la agricultura, también incursionan en la pesca y venta de camarones, rubro característico de la zona sur de Honduras.
Al ser una zona fronteriza con el país vecino de El Salvador y ante la poca presencia policial es también un punto ciego para las autoridades locales y un tramo de la ruta migratoria de miles de migrantes extranjeros que utilizan el territorio hondureño como trampolín para llegar a Guatemala y posteriormente a México y Estados Unidos.
«A diario pasan migrantes»
Doña Petrona Bustillo Barahona, de 53 años, quien se dedica a la venta de pescado, curiles y huevos de tortuga compartió con este medio de comunicación que a diario observa pasar a migrantes de otros países, ya que un punto ciego para llegar a El Salvador y continuar con su viaje hasta la nación norteamericana.
«A diario pasan los migrantes pero los comprendo porque mi hijo también se fue de mojado» dijo Bustillo Barahona, mientras tomó un descanso en su negocio para atender la entrevista.
Compartió que de sus tres hijos uno decidió emigrar cuando tenía 16 años, hoy a doce años de ese entonces aún le recuerda con nostalgia.
«Aquí es punto ciego y a diario vemos pasar migrantes extranjeros pero reconocemos más a los peruanos», afirmó.
Aunque tiene su negocio confiesa que su mayor soporte económico son las remesas que envía su hijo, aunque las mismas no son constantes.
Este medio de comunicación constató que el envío de remesas es un negocio rentable en la zona al punto que aunque se carecen de varias cosas, si existe una sucursal de una empresa dedicada al envió y recibo de remesas.
«Mi hijo me ayuda poco pero me ayuda», comentó mientras retomaba sus ventas.
Cabe señalar que este medio de comunicación buscó sin éxito una reacción del alcalde de Alianza, Faustino Manzanares, quien no devolvió las llamadas, no se encontraba en su oficina, ni en su casa hasta donde se apersonó este medio de comunicación.
«Varios salen por El Salvador»
De acuerdo al ciudadano Francisco Flores, de 48 años, de la aldea El Cubulero emigran en grupos y varios deciden hacerlo por El Salvador aunque representa un viaje más costoso y extenso, pero con menos puntos de seguridad que evadir.
Flores es padre de cuatro hijos, quienes todos han emigrado y a diferencia de la mayoría de los casos lograron llegar a la nación norteamericana.
El hijo mayor emigró hace 27 años, mientras que el menor lo hizo hace tres, recuerda este campesino de tez blanca y altura promedio quien aprovechó la oportunidad de ser entrevistado para pedir a las autoridades locales y nacionales ayuda con semillas para iniciar nuevamente con la siembra.
Al igual que muchos un apoyo importante en su economía son las remesas que sus hijos mandan de forma regular para el sostenimiento de su familia.
Aunque es beneficiado con las remesas aconsejó a los hondureños que tienen previsto hacer el peligroso viaje hacia EE.UU. evitarlo si les es posible, ya que representa muchos peligros que son casi inevitables.
«La ayuda más grande son las remesas»
De su lado, Blanca Obidia Joya de 48 años y propietaria de una pulpería manifestó que en El Cubulero «la ayuda más grande son las remesas» que envían los migrantes originarios de ese sector al lograr llegar a EE.UU.
Con cierto dolor expresado en su tono de voz y exteriorizado con su mano empuñada, reveló que su único hijo emigró hace dos meses.
«La misma pobreza del lugar obliga a los pobladores a irse de mojados», apostilló mientras atendía a uno de sus clientes.
Y aunque aún no es beneficiaria de las remesas, la experiencia de residir toda su vida en El Cubulero le dice que son estas las que permiten a los pobladores «vivir modestamente» en ese sector del territorio hondureño.
«La única opción parece ser, irse de mojado»
Luego de permanecer desempleado varios meses y las cosechas familiares perdidas por la sequía, el lugareño José Alcides Soto consideró que «la única opción parece ser, irse de mojado» hacia la unión americana donde residen más de un millón de hondureños, entre documentados e indocumentados.
«Primero las sequias y ahora las inundaciones», acentuó al ser consultado sobre los problemas que generan desempleo en la comunidad.
Confesó que trabaja de lo que salga, al tiempo que dijo que nunca ha emprendido la ruta migratoria pero lo contempla hacer si la situación no mejora en su comunidad.
Opción que también requiere dinero, estimó. «Esta complicado viajar… pero tengo planes de emigrar».
Refirió que a diario, lugareños y especialmente jóvenes emprenden la peligrosa ruta migratoria que ha provocado que al menos 350 hondureños pierdan alguna extremidad mientras intentaban alcanzar su «sueño americano».
«En un año planeo irme»
Aunque no es originario de El Cubulero, pero trabaja en el sector como conductor de una mototaxi, Mario Alfonso Ferrufino Sánchez, de 36 años, dio a conocer que un año emprenderá la ruta migratoria para poder darle una mejor condición de vida a sus cuatro hijos de 14, 10,7 y 2 años de edad.
Para tal objetivo, declaró haberse endeudado con la mototaxi que trabaja y sacó a plazos en una casa comercial.
Como muchos, tiene familiares que ya han emigrado hacía EE.UU., él cuenta con cinco hermanos que residen de forma irregular en la nación estadounidense.
Sus planes son terminar de pagar la mototaxi y ahorra el equivalente a cinco mil dólares (unos 110 mil lempiras) para pagar un «Coyote» -traficante de personas- y emigrar como a diario lo hacen hombres, mujeres, y niños de ese sector.
Meta que no parece estar lejos a juzgar por las tarifas que cobra por sus servicios, los cuales se resumen en 150 lempiras por transportar a los usuarios hasta el sector que llama «El Carreto» o hasta la carretera principal por donde pasan los autobuses de la ruta interurbana.
Remesas
En conversación con este medio de comunicación el presidente interino por ley del Banco Central de Honduras (BCH), Manuel Bautista, reveló que hasta el mes de septiembre el envío de remesas familiares a Honduras creció en 10.6 por ciento respecto al mismo período de tiempo del año anterior.
Ese crecimiento se materializa en los dos mil 746 millones de dólares enviados por la diáspora hondureña en el extranjero en 2015, respecto a los $2 mil 455 millones enviados hasta septiembre de 2014, reveló el presidente interino del ente rector de la política monetaria de Honduras.
Este crecimiento, dijo Bautista, fue posible luego que los migrantes regulares e irregulares mantuvieran en los últimos tres meses un promedio diario de envío de remesas familiares de 10.3 millones de dólares.
A falta de un día para culminar el año proyectó que al cierre se habrán enviado al menos $3 mil 569 millones.
