Chapecó (Brasil)- Al grito de «El campeón volvió», decenas de miles de personas despidieron hoy a las víctimas del accidente aéreo de Colombia en el Arena Condá, el estadio del Chapecoense, el modesto equipo brasileño que se convirtió en un ejemplo de superación y cuya tragedia ha sacudido al país.
Los restos mortales de 50 de las 71 víctimas del accidente llegaron a primera hora al aeropuerto de Chapecó (sur de Brasil), donde fueron recibidos con honores militares en una breve ceremonia encabezada por el presidente del país, Michel Temer.
Pese a la lluvia, miles de personas acompañaron en las calles el paso de la comitiva fúnebre hasta el estadio del Chapecoense, donde retumbaron las notas del himno nacional para dar paso a la emotiva despedida de la afición a sus jugadores que se prolongó durante más de tres horas.
«En la alegría y en la pena, mi huracán tú eres siempre un vencedor», rezaba una enorme pancarta colocada en el estadio, sembrado de banderas, fotografías y carteles con los colores verde y blanco -los del Chapecoense – y la consigna «Un héroe no muere, se convierte en leyenda».
El accidente se produjo la noche del lunes en las proximidades de la ciudad colombiana de Medellín y provocó la muerte de 71 de los 77 ocupantes del avión.
Las víctimas, eran en su mayoría miembros del club y periodistas que iban a cubrir el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana de fútbol que el Chapecoense debía jugar contra el Atlético Nacional colombiano.
Para todos hubo hoy un recuerdo en el Arena Condá con la lectura de cada uno de los nombres de las víctimas en una ceremonia marcada por la tristeza y la sencillez.
Flores, globos blancos y la presencia de un pequeño con un penacho de plumas -símbolo del club- evocaron a los «guerreros» de Chapecó.
La ceremonia rindió también tributo a Colombia y a la afición del Atlético Nacional de Medellín por la sentida despedida de la afición colombiana a las víctimas.
El alcalde de Chapecó, Luciano Buligon, entró en el campo con una camiseta del Atlético Nacional y aseguró que los brasileños «nunca olvidarán lo que Colombia hizo por el Chape».
«Gracias a la solidaridad, la caridad y la fraternidad del pueblo; además por su extrema competencia a la hora de trabajar por el ser humano, pudimos tener la dignidad de traer a nuestra tierra los cuerpos de las víctimas», dijo.
A pesar de la tristeza que marcó la ceremonia, el público se unió para corear «el campeón volvió» cuando el conductor del acto prometió que el Chapecoense se va a «reconstruir» con «la pasión verde y blanca» y con «la alegría, la fe y la esperanza que representaban estos jugadores».
«Saldremos de aquí todos victoriosos, porque somos Brasil, somos Colombia, somos todas las naciones y todos los credos», dijo el obispo de Chapecó, Odelir Jose Magri, antes de leer el mensaje de solidaridad que el papa Francisco envió esta semana tras conocerse el accidente.
Al homenaje colectivo se unió, en el último momento, el presidente Temer, quien inicialmente solo tenia previsto acudir al aeropuerto pero rectificó tras las críticas de algunos familiares de las víctimas sobre su ausencia en el estadio.
En el campo también se dieron cita figuras internacionales como el presidente de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), Gianni Infantino, el exfutbolista Carles Puyol, y el jugador del Real Madrid Lucas Silva.
La marcha fúnebre de Verdi y las salvas militares anunciaron el final del homenaje, que terminó con el público en pie coreando el «Vamos, vamos, chape», la consigna que gritaban los jugadores en vestuarios cuando celebraron su pase a la final de la Copa Sudamericana y su boleto para Medellín.