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El antes y el ahora de los 12 años y siete meses

Por Yanivis Melissa Izaguirre | Periodista, Honduras

Tegucigalpa, Honduras. La corrupción no tiene ideología, pero sí bandera. No todo es igual entre el pasado Gobierno del Partido Nacional y el presente del Partido Libertad y Refundación; hay una diferencia de forma, o color: una bandera es azul y la otra es rojinegra.

Si algo ha dejado claro la historia reciente de Honduras es que el poder no regenera, solo recicla. Se fue Juan Orlando Hernández con su traje de extraditado, pero quedaron intactas las estructuras que lo hicieron presidente y todopoderoso durante ocho años, oficialmente, más los cuatro de Pepe Lobo que solo fueron el preámbulo del de JOH. Y llegó Xiomara Castro prometiendo refundación, pero, curiosamente, terminó refundando algunos de los mismos vicios que antes se condenaban como verdades absosultas escritas en piedra (… y en muros).

¿Refundación o repetición?

El comparativo de hechos polémicos entre ambos gobiernos no es una tabla de Excel cualquiera: es el espejo retrovisor de una clase política que se disfraza de diferente, pero que es igual. Se cubren bajo el mismo papel polarizado con “opacidad top” para que nadie se asome al Centro Cívico Gubernamental, con todo y suscursales, y vea la opacidad de sus acciones.

Nada ha cambiado. Por ejemplo, JOH tenía a su hermano Tony como narcosocio. Caso juzgado. Xiomara tiene al cuñado, Carlos Zelaya, en un narcovideo que parece más un episodio de “El patrón del mal” que una pieza política. ¿Y la justicia? Bien, gracias. A JOH se lo llevaron esposado. A Carlos Zelaya, apenas lo regañan en X, y -de mentiritas- lo separan del Congreso Nacional y del Partido. Pero no se dice nada de si hay o no investigaciones sobre su participación en una reunión en la que se negociaba financiamiento político para su cuñada y que dio origen al trendy topic de 2024: “la otra mitad para el Comandante.

A la tabla del Excel comparativo hay que agregar que durante años, el Partido Nacional usó programas sociales como carnada electoral. Pero ahora, desde el lado rojinegro, se reparten subsidios como si fuera horchata en ferias comunitarias, sin que eso huela a clientelismo -según ellos- porque, claro, son “subsidios solidarios”.

El control institucional tampoco cambió, solo rotó de manos. Donde JOH tenía su tríada: Congreso, Corte y Fiscalía. Libre tiene también el Poder Judicial, el control del Ministerio Público y, aunque no son mayoría, sabe cómo doblegar las consciencias y los votos de la mayoría de los diputados; lo ha demostrado en varias ocasiones.

La presidente Xiomara tampoco descubrió el arte de las comisiones interventoras. Estas y las que nombraba JOH tienen en común la opacidad, politización y cero resultados concretos. Para resumir, un desperdicio de tiempo y recursos.

Y si alguien pensó que la CICIH vendría a barrer con todo esto, aquí seguimos aguardando como quien espera una carta de Hogwarts.

Paradógicamente, otra de las similitudes es usar la carta anticorrupción como bandera política, que el presente Gobierno presumía como su mayor logro hasta que les explotó en la cara el caso: Congreso Nacional-Sedesol. ¿Y cómo actuaron? Narrativa primero, incoherencia después.

Y, como diría cualquier personaje de El Chavo del 8:

  • “Antes había corrupción”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes se cerraban a la transparencia”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes nombraban comisiones solo como cortinas de humo”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes habían familiares señalados de tener vínculo con el narcotráfico”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes pedían cuatro años más”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes había hostigamiento hacia la prensa”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes usaban los fondos sociales para hacer campaña política”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes acomodaban las leyes a su favor”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes usaban medios estatales para promover a los candidatos de su partido”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes había nepotismo”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.
  • “Antes mataban ambientalistas”.
  • ¿Y ahora?
  • “También”.

Herencia maldita de los 12 años y siete meses, dicen, aunque lo que ha salido a flote es del presente Gobierno. Tal vez el próximo fiscal nos ayude a encontrar otras similitudes.

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