Tegucigalpa – El 80 % de las víctimas de trata de personas en Centroamérica son mujeres y niñas, un flagelo considerado el tercer negocio ilícito más rentable del mundo y cuyo combate requiere soluciones internacionales inmediatas y coordinadas, alertaron este martes expertos en Honduras.
El 55 % de las víctimas de trata de seres humanos en la región son niñas y el 25 % mujeres, dijo a Efe Jorge Ramos, representante de la oficina del coordinador residente de Naciones Unidas en Honduras durante un acto en conmemoración del Día Mundial contra la Trata de Personas, establecido por la Asamblea General de la ONU en 2013.
Señaló que «la pobreza, la desigualdad y la exclusión» son los principales factores que favorecen que la trata avance en Centroamérica, una de las regiones más pobres y violentas del mundo.
La trata “es un problema multicausal» y lo sufren «tanto países desarrollados como subdesarrollados», subrayó Ramos, quien aseguró que las instituciones del Estado son las principales responsables de luchar contra ese flagelo.
La región necesita además aumentar «la conciencia social» sobre la magnitud del problema y generar «respuestas integradas y coordinadas» entre los diferentes actores para frenar la trata, enfatizó el funcionario de la ONU, quien señaló que en los últimos años se han disparado el número de niños víctimas.
La mayoría de las víctimas, en especial niñas pobres, son objeto de explotación sexual, apuntó, y aseguró que en los países centroamericanos la trata está ligada a la migración irregular.
La trata «transborda fronteras» y «está mucho más allá de ser un problema solo de Honduras, es un problema de todos los países en América Latina y en Centroamérica es grave», destacó Ramos, quien insistió en que la región requiere «respuestas regionales e internacionales».
«Las respuestas en el ámbito regional son necesarias para apoyarse conjuntamente en la lucha contra este flagelo», apuntó.
En Honduras al menos 337 personas han sido rescatadas entre 2018 y lo que va de 2019, de ellas 13 fueron localizadas en Belice y Guatemala, según un informe de la Comisión Interinstitucional Contra la Explotación Sexual Comercial y Trata de personas en el país.
En la presentación del informe «Estado de la situación de trata de personas», la viceministra de Derechos Humanos de Honduras, Jackelin Anchecta, dijo a Efe que su país ha avanzado en la persecución de este flagelo, delito castigado con más de 20 años de prisión.
Destacó que la trata es un flagelo que «trasciende fronteras» y, por tanto, requiere «medidas regionales» que contribuyan a atacar las causas del problema, entre ellas la falta de oportunidades.
Anchecta enfatizó que la migración está «muy vinculada» con la trata, ya que muchos centroamericanos emigran en busca de mejores condiciones de vida, pero en el trayecto esas personas «son sometidas a la explotación sexual y reclutadas por grandes redes».
Para luchar contra la problemática, la funcionaria cree que es necesario buscar mecanismos que contribuyan a «generar esas oportunidades» que los ciudadanos intentan encontrar en otros países al emigrar, principalmente a Estados Unidos.
La trata de personas es el tercer negocio ilícito «más lucrativo» que «deja grandes ganancias» a nivel regional, aseguró Anchecta, quien instó a las autoridades de Centroamérica a adoptar «políticas regionales» para garantizar un «abordaje integral» del flagelo.
La trata es un crimen que consiste en captar y retener a una persona mediante la fuerza o la coerción, con el fin de explotarla sexual o laboralmente.