Por Alberto García Marrder, desde Madrid.
Par Proceso Digital, La Tribuna, El País y Contexto de Honduras
El 11 de marzo de 2024, se cumplieron veinte años del mayor atentado terrorista en Madrid ( y en toda Europa): la llamada “Matanza de Atocha” con 191 muertos.
Células de musulmanes yihadistas hicieron explotar dinamita que llevaban en las mochilas en esa mañana en trenes de cercanías.
El gobierno conservador de Jose María Aznar insistió primero, con mucha vehemencia, que los autores eran de la organización terrorista vasca ETA. Ese fallo le costó las elecciones al Partido Popular y el ascenso al poder del radical socialista José Luis Rodríguez Zapatero, convertido en un fiel defensor del chavismo venezolano.
Muchos analistas consideran, sin pruebas alguna, que ese atentado pudo ser una represalia por la política de Aznar, en esos años, de apoyo a Estados Unidos en la guerra de Irak. Y para eso está la famosa foto de Aznar en Las Azores con el entonces presidente americano, George W. Bush y el primer ministro británico, Tony Blair.
Una colega periodista que estuvo, poco minutos después del atentado en la Estación de trenes de Atocha, el sur de Madrid, me cuenta que vio tendidos en los andenes decenas de cuerpos de las víctimas y no pudo contener las lágrimas cuando escucho esto:
–“Sonaban sus celulares, posiblemente de sus familiares al escuchar las primeras noticias en la radio, …y nadie contestaba”.
Pedro J. Ramirez, director del digital “El Español” y ex director del diario “El Mundo” de Madrid, lo resume muy bien:
—“ Se cumplen 20 años de la masacre del 11-M y eso implica la prescripción de los delitos. A partir de hoy nadie podrá ser perseguido por aquellos 192 asesinatos. Se consuma así el fracaso del Estado en el esclarecimiento de los hechos. Porque seguimos sin saber quien ordenó y planificó los atentados, quienes pusieron las bombas en los trenes y qué explosivos utilizaron. Casi un 60% de españoles cree que desconocemos la verdad sobre “cuestiones esenciales” como esas.”
“¿Cómo no voy a mantener mi “Yo acuso” de hace 15 años contra los 18 policías, jueces y fiscales que por acción u omisión contribuyeron al cierre en falso del sumario por la mayor matanza de nuestra historia?”
Nunca se supo quien o quienes ordenaron ese atentado. Cuando la policía descubrió un escondite de cuatro islamistas en un piso del barrio de Leganés, estos prefirieron inmolarse en un suicidio colectivo.
En un juicio posterior de la Audiencia Nacional, condenó a 21 de los 29 procesados, aunque solo tres por relación directa con el atentado. Estos son los únicos que siguen presos y les quedan 20 años más de cárcel.
El único condenado y que hizo estallar una mochila mediante una tarjeta de prepago, es el marroquí Jamal Zougan, sentenciado a 42,292 años por autor material y que cumple condena en una prisión de máxima seguridad en Galicia.
Pero quedan muchas interrogantes sin contestar y los familiares de las víctimas piden más investigaciones. Y la sociedad española también.
Y la primera víctima política de esa tragedia fue el Partido Popular, entonces en el poder, por la mala gestión al insistir, erróneamente, que fueron los de ETA los autores. Fallo que aprovechó muy bien el opositor Partido Socialista en las siguientes elecciones.