Kinshasa – El Ejército de la República Democrática del Congo (RDC) mató a 36 refugiados burundeses a disparos durante la protesta del pasado viernes, informó la misión de la ONU en este país (Monusco).
En el enfrentamiento murió además un soldado, y otros 117 manifestantes resultaron heridos, 15 de los cuales se encuentran en estado grave.
Los hechos ocurrieron en Kamanyola, en la provincia de Kivu del Sur, cuando un numeroso grupo de refugiados se congregó para exigir la liberación de cuatro compatriotas detenidos por supuesta fabricación de armas.
Los soldados trataron de dispersar la protesta con disparos al aire y los manifestantes respondieron lanzando piedras, lo que derivó en un violento enfrentamiento en el que el Ejército disparó contra la multitud.
El jefe de la Monusco, Maman Sidikou, condenó los hechos en un comunicado y recordó que las fuerzas de seguridad solo deben utilizar las armas como último recurso «respetando los principios de necesidad, proporcionalidad y de conformidad con las normas internacionales».
Una delegación provincial del Ministerio del Interior está investigando el suceso, sobre el cual el Gobierno de la RDC no se ha pronunciado.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), cerca de medio millón de personas ha huido de Burundi desde abril de 2015, cuando el presidente del país, Pierre Nkurunziza, anunció que se presentaría por tercera vez a las elecciones.
Su decisión iba en contra de la Constitución y violaba los acuerdos que acabaron con una larga guerra civil en 2005.
Desde entonces, en el país africano han muerto centenares de personas y la Naciones Unidas ha alertado de un posible genocidio.
Tanzania acoge actualmente la mayoría de refugiados burundeses, con unas 249.000 personas en tres campamentos superpoblados, en tanto que Ruanda se ocupa de aproximadamente 84.000 burundeses, Uganda de 45.000 y la República Democrática del Congo de unos 41.000.
