Tegucigalpa (Proceso Digital /Por Isis Rubio)– Efrén Elvir, es un chocolatero hondureño que sueña con llevar su marcha a todo el mundo, él también tiene en sus propósitos que sus compatriotas consuman el chocolate, hecho con el cacao que se produce en el país.
–A través de su marca de chocolates Atucun, se ha ganado el reconocimiento mundial.
Efrén es originario de la montaña de Comayagua, donde creció en medio de las plantaciones más emblemáticas y maravillosas que producen las tierras catrachas: el café y el cacao. De ese su pedazo de tierra Efrén se alejó por un tiempo, pero volvió para plantar en ella su propio cacao.

El cacao es el vehículo que ha permitido a Efrén interiorizar su identidad, – “y al conocerla la puedo transmitir, también es un medio de vida que permite a productores de cacao y procesadores de chocolate como yo quedarnos en el país y disfrutar un poco más de estar cerca de nuestras familias y poder recuperar parte de nuestra herencia cultural como son las bebidas y los productos derivados del cacao”.
Para él, el chocolate es la fuente principal de la inspiración, es arte, ciencia y es el alma del trabajo que hace, no solo como un medio de vida, sino la punta del iceberg de su subsistencia dijo, – al magnificar todas las posibilidades creativas que le brinda el grano del cacao.
El chocolatero hondureño estima dedicarse al rubro el resto de su vida y llevar su labor a los niveles máximos, tener tiendas en todo el mundo y que la población hondureña pueda tener acceso al autoconsumo, que todos puedan consumir chocolate hecho con el cacao que se produce en el país.

Ingeniero Agroindustrial
“Mi infancia fue un híbrido entre la ciudad y la montaña de Comayagua y fue una niñez feliz, como cualquier niño curioso, conjugando el campo y la ciudad, con muchas aventuras, trabajo y fue muy enriquecedor haber tenido esa infancia”, sostuvo.
Sus estudios los realizó en centros educativos de Comayagua y se graduó de ingeniero Agroindustrial.
Después de 25 años de haberse ido de su aldea, regresó y redescubrió el cacao criollo de su papá.
“Empecé a explorarlo por la necesidad de tener un trabajo que me ligara a Comayagua, ya que todos los otros trabajos me hacían irme de mi ciudad natal y mi intención era tener algo ligado a mis raíces para permanecer en mi tierra”, reafirmó.

Atucun
Relató que le dio forma a una marca que había desarrollado cuando estaba en la universidad, así nace Atucun. Su significado es puede referirse a tomar algo rapidamente y en pocos sorbos.
Atucun nace con el descubrimiento de un cacao criollo, casi extinto en la montaña de Comayagua y la necesidad de poder darle un valor agregado, detalló.
La marca crece paulatinamente, en la medida que su dueño va desarrollando técnicas productivas y comercializadoras coherentes con el crecimiento del cacao criollo.
“El hecho de tener muy poco cacao en mi zona, porque Comayagua no está tipificado para la siembra de este, nos presionó para poder utilizar todo lo que teníamos”, manifestó.

Subproductos o derivados del cacao
Explicó que el cacao tiene una gran versatilidad, la fruta que producen los países tropicales como Honduras, solo se utiliza el 20% para chocolatería, el 80% se tira a la basura, según sus estimaciones.
“Nosotros estamos utilizando ese 80% para realizar una serie de subproductos o derivados como vinagre para cocinar, vinagre balsámico, probióticos, cerveza, licores y una serie de productos utilitarios que permiten tener un ingreso extra”, sostuvo.
Indicó que el cacao que se produce en Honduras tiene varias características organolépticas, físicas, es sus colores y tamaños, muy diferenciados y una serie de aspectos técnicos que se tienen que tomar en cuenta para distinguirlo.
En Honduras se cultiva cacao criollo y el trinitario, el cacao trinitario es un híbrido entre el criollo y el forastero, nacido en Trinidad en el siglo XVIII. Combina el sabor fino del criollo con la resistencia del forastero, siendo apreciado por su calidad y aroma ambos son diferentes, comentó.

Costo

“No podemos contestar con números cuánto cuesta una barra de chocolate”, sostuvo.
Sin embargo, dijo que los costos de producción de una barra de chocolate artesanal versus una barra de chocolate comercial son 20 veces más alto ya que se parte desde la fruta, se usan procedimientos esmerados que marcan una diferencia sustancial.

Cacao criollo en peligro
Honduras es considerada una de las cunas del cacao, con evidencias arqueológicas que revelan su uso desde hace más de 3,000 años. Durante siglos, el cacao fue valorado como bebida ceremonial, moneda y base para la elaboración de cerveza por culturas precolombinas.
En tiempos modernos, el cultivo tuvo un auge en los años 80 y 90, pero enfrentó una fuerte crisis tras el huracán Mitch en 1998 y la caída de precios internacionales.
Actualmente, el cacao hondureño vive una etapa de recuperación, con creciente interés internacional por sus variedades finas y orgánicas, impulsado por cooperativas, instituciones públicas y privadas que promueven su producción sostenible.
Efrén detalló que el cacao criollo es una variedad que ha sido incomprendida desde hace mucho tiempo debido a que su productividad se considera inferior en comparación con los otros frutos desarrollados en laboratorio o las modernidades de la agronomía.
Por esa razón su cultivo se encuentra en peligro de extinción y la forma de poder recuperarlo es verificando las personas que tienen acceso al cacao para apoyarles en conservar sus siembras, además de fomentarles sus cultivos con acceso tecnológico adecuado y apoyo en general.
Este productor también cuenta con un proyecto particular: un jardín clonal donde se recuperan las variedades del cacao criollo.



Chocolate hondureño en EE. UU.
El cacao hondureño ha logrado posicionarse en mercados tanto regionales como internacionales gracias a su calidad fina y de aroma. Según datos de la Federación Nacional de Productores de Cacao de Honduras (FENAPROCACAHO), aproximadamente el 80% de la producción se exporta a países de Centroamérica, como Guatemala y El Salvador, mientras que el 20% restante se dirige a Suiza, un mercado reconocido por su exigencia en productos premium.
Este posicionamiento ha generado más de L200 millones en divisas, consolidando al cacao como un motor económico en la zona noroccidental del país.
Efrén afirmó que el chocolate que él elabora se distribuye en Estados Unidos, y que tiene un área de procesamiento en Michigan.
También ha enviado cacao a Japón, donde trabaja junto a una empresaria que tiene una tostadora de café en tierras niponas. Ella también ha entrado al rubro del chocolate.
“Hemos tenido muchos potenciales clientes en Argentina y en Europa, sin embargo, por el calado de la empresa todavía estamos esperando la oportunidad de cómo hacer para abrir ese mercado”, sostuvo.

Reconocimientos
Este joven ingeniero industrial, nacido entre las montañas de Comayagua, con su chocolate ha recibido ocho reconocimientos internacionales por su labor en el mundo del chocolate, también ha recibido distinciones en el país.
“Honduras ha sido reconocida como país productor de chocolate, gracias a Dios ha habido una oleada de procesadores locales de chocolate y se ha entrado en algunos concursos de los cuales hemos ganado premios, mismos que han sido prestigiosos”, aseguró.
A través de su marca de chocolates Atucun, se ha ganado el reconocimiento mundial, y solo en 2023 obtuvo dos premios importantes, medalla de Plata a nivel de América en el International Chocolate Awards en New York, que le permitió participar en la final mundial que se llevó a cabo en Italia, donde ganó Bronce, compitiendo con Francia, Alemania y el anfitrión.
En 2022 compitió con tres muestras, obteniendo tres preseas, una de Plata, una de Bronce y una Gourmet, lo que hizo que el mercado de Estados Unidos les prestara más atención.
Mientras que en 2021 había ganado una medalla Gourmet, cuando envió muestras a la Organización de Valorización de los Productores, siendo este su primer premio internacional. IR