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EEUU vislumbra el final de la lucha contra el vertido de BP

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Washington – El Gobierno de EE.UU. afirmó hoy que el 75 por ciento del crudo vertido en el Golfo de México está neutralizado y expresó su confianza en el éxito del sellado del pozo de BP, como el comienzo del fin del desastre medioambiental.
 

Poco después de que la petrolera British Petroleum anunciara el éxito de su última operación de sellado, que comenzó el martes, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó hoy que la lucha por contener el derrame «finalmente está llegando a su fin».

En un discurso ante la federación sindical estadounidense AFL-CIO, el presidente elogió los esfuerzos para frenar la marea negra que «ha puesto de cabeza» la vida de miles de personas.

«Vamos a asegurarnos de que aquellos que han resultado afectados (por el vertido) van a ser compensados económicamente y vamos a estar al lado de la gente en la región el tiempo que haga falta hasta que vuelvan a la normalidad», aseguró.

Casi tres cuartas partes de los 4,9 millones de barriles de petróleo que se han derramado al océano desde abril se ha recogido, quemado, evaporado o descompuesto por procesos naturales, según un informe científico que presentó hoy la asesora de energía de la Casa Blanca, Carol Browner.

Entre lo neutralizado, la asesora contabilizó un 26 por ciento del total derramado que aún flota de manera residual en pequeñas partículas en el océano. A ello hay que sumar la cuarta parte del total que, según este informe, aun sigue en las aguas del Golfo.

Las partículas residuales, sin embargo, «tienden a dispersarse naturalmente», indicó en una conferencia de prensa Jane Lubchenco, subsecretaria de Comercio para los Océanos y la Atmósfera.

Estos datos refuerzan el optimismo que hoy reinaba en BP y entre los equipos de ingenieros que trabajan en el Golfo, que aseguran que la operación de sellado definitivo «static kill» (eliminación estática), que consiste en hacer empujar el petróleo hacia su lugar original mediante una inyección de lodo pesado, ha funcionado.

El almirante Thad Allen, encargado por el Gobierno para coordinar la lucha contra el vertido, aseguró en una conferencia de prensa en la Casa Blanca que las posibilidades de frenar la catástrofe «han aumentado sustancialmente» en las últimas 24 horas y que su equipo está «muy confiado» en que del pozo no manará más crudo al océano.

Allen explicó que los científicos e ingenieros que trabajan en el Golfo de México debaten ahora sobre las posibilidades de sellar el cúmulo de lodo inyectado con un tapón de cemento, un proceso que llevarán a cabo «cuando tengan claras las condiciones de presión en el pozo».

El siguiente paso, según Allen, será completar la construcción de un pozo auxiliar que permitirá clausurar la parte inferior del pozo que produjo la marea negra mediante un procedimiento bautizado como «bottom kill» (eliminación desde el fondo).

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, subrayó que las tareas de limpieza y compensación aún tienen un largo camino por recorrer y que hasta que no se completen no se izará el cartel de «misión cumplida».

Preguntado por si el Gobierno debe una disculpa a Tony Hayward, que en junio fue destituido de su cargo como responsable de BP para detener el vertido por restar importancia a la magnitud y la gravedad de la catástrofe, Gibbs respondió con un rotundo «nadie le debe una disculpa».

Según Gibbs, el hecho de que la respuesta haya sido mejor que la esperada en un principio se debe, en parte, a la presión «constante» a la que la administración de Barack Obama sometió a BP.

El derrame se inició el pasado 20 de abril, tras una explosión que hizo colapsar la plataforma desde la que se operaba el pozo submarino.

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