Washington, (EEUU) – Las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos están dejando traslucir una situación inédita: un presidente que tendrá apuros para ser reelegido por culpa de sus propios errores y no por los méritos de su rival.
Diecinueve sondeos diferentes señalan que el presidente Donald Trump perdería las elecciones si éstas se celebran ahora, pero sería más que todo un voto de castigo contra el mandatario.
Y no precisamente, a favor del flojo candidato presidencial demócrata, el ex vicepresidente Joe Biden, aunque este sea eventualmente el beneficiado.
El candidato presidencial democrata, el vicepresidente Joe Biden. (Foto Justin Lane- EFE-EPA-Rex Shutterstok).
Claro que todo puede cambiar hasta el 3 de noviembre, día de las elecciones, y los sondeos nos son infalibles.
Hace cuatro años, la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, era la primera en las encuestas y ganó el voto popular (48 a 46 por ciento). Pero fue elegido el candidato republicano Donald Trump, por su ventaja en el colegio electoral (306 a 232), cuando eran necesarios 270.
Donald Trump y la ex candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, en un debate en 2016. (NBC News).
Hace apenas seis meses, Trump tenía asegurada la reelección por otros cuatro años más, gracias a una robusta economía y una tasa de paro de un 3 por ciento.
Desde entonces han pasado dos hechos que Trump no ha sabido gestionar y que son las razones de su aparente hundimiento electoral:
1- La pandemia del coronavirus que Trump, inicialmente, no supo valorar su peligrosidad y rápida expansión en marzo, ignorando las advertencia de sus propios asesores. Es “una simple gripe ya controlada”, dijo el presidente entonces. El saldo actual es de más de 125,000 muertos y más de 2,400,000 infectados. Y por el cierre del país, la economía se ha hundido y la tasa de paro ha subido a un alarmante 13 por ciento (aunque acaba de bajar a un 11 por ciento)
En una rueda de prensa sobre el corona-virus, el Dr. Anthony Fauci (director del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas) se tapa la cara por rubor por lo que dice Trump. Hubo muchos desacuerdos entre Trump y Fauci.(Video NBC News)
2- El asesinato por asfixia del afroamericano George Floyd, el 20 de mayo, por el policía blanco Kevin Chauvin en Minneapolis (Minnesota), tras intentar, el primero, pagar unos cigarrillos con un billete falso de 20 dólares. Esto provocó protestas masivas en todo el país, incluyendo saqueos de comercios. El lema “Black Lives Matter” (“Las vidas de los negros importan”) se convirtió en el símbolo del movimiento contra la discriminación racial y la violencia policial. Trump, insensible, adoptó la política de mano dura, ley y orden.
Una protesta anti racista en Oakland (California). (Foto EFE-EPA- John G. Mablango)
A esto, hay que añadir un libro altamente dañino para el presidente, a pesar que intentó, judicialmente, impedir su publicación. Con gran impacto mediático, ha sido el que escribió John Bolton, ex Consejero de Seguridad: “The Room Where it Happened” (“El Lugar donde Sucedió Todo”). Entre otras revelaciones escandalosas, dice que Trump le pidió al presidente de China, Xi Jinping, que le ayudara a ser reelegido con la compra masiva de productos agrícolas americanos.
 John Bolton, ex asesor de Seguridad, autor de un libro que el presidente Trump trató de impedir que se publicara. (ABC News). |  John Bolton, ex asesor de Seguridad, autor de un libro que el presidente Trump trató de impedir que se publicara. (ABC News) .trató de impedir que se publicara. (ABC News). trató de impedir que se publicara. (ABC News). |
Lo senadores republicanos están sumamente preocupados por las elecciones de noviembre, donde están en juego 33 escaños en el Senado. Temen que la actual impopularidad de Trump les afecte y que puedan perder la actual mayoría que tienen (53 a 45). Pero le tienen miedo y nadie se atreve a apartarse de las instrucciones del presidente.
El histórico partido Republicano ya no existe como tal. Trump lo ha hecho a su medida y ahora es el partido “Trumpista”.
Eugene Robinson, columnista del diario “The Washington Post”, escribe: “Es evidente que Trump está determinado a destruir el partido Republicano. Dejemos que cumpla su deseo”, en referencia a que está en manos de los votantes.
La elección presidencial se va a dirimir en cuatro estados claves que Trump ganó en 2016 y donde ahora el ex vicepresidente le aventaja o están empatados, según los sondeos previos: Carolina del Norte, Florida, Georgia y Texas. Si Biden gana en estos cuatro estados (y en el resto del país), todo habrá terminado. Y un demócrata regresaría a la Casa Blanca.
Pero estas son suposiciones. Trump ya ha comenzado una campaña- muy sospechosa- para denunciar, sin pruebas alguna, que en las elecciones podría haber un “enorme fraude” si hay un masivo voto por correo. Si habrá ese voto y eso le perjudicaría.
Además, su campaña electoral ya ha comenzado a explotar el tema de la edad de Biden (cumplirá 78 años en noviembre) y que cuando habla públicamente, se confunde y ”se le va la olla”. Su rival, Trump, tiene 74.
